septiembre 28, 2018
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Llamamiento a Encuentro

Encontrarnos para habitar colectivamente, y
escuchar nuestras voces más allá de la representatividad de los líderes y
cuadros, encontrarnos como acción directa para ir desmontando este
cuento que nos contaron de la revolución en la que aparecemos como apoyo
y complemento, incompletas y prescindibles, encontrarnos sin tanto
ruido, recuperar nuestros espacios que son todos, la calle, la cama, la
escena, el megáfono para agitar con nuestras consignas, la asamblea y la
fiesta, invadir premeditadamente esos espacios en los que somos
“invitadas” para hablar de nuestros temas, para cumplir la cuota, la
cuota de mujeres, la cuota de lo LGBTI, la cuota para el 8 de marzo,
desbordar los espacios de convivencia que acomodados en los viejos lemas
quieren seguirnos invitando solo y cuando sea necesario, en complicidad
de otras como nosotras, encontrarnos más allá de las líneas imaginarias
que llaman fronteras, encontrarnos con este chisme tan común de que la
revolución también nos pertenece, que no hay una, sino muchas y muy
variadas las revoluciones que si queremos ver, encontrarnos por y para
nuestras causas.
Construyamos un pequeño encuentro con
grandes discusiones, nuestra propuesta es juntarnos a hablar de esto que
nos atraviesa distinto solo porque somos mujeres o existencias
disidentes a la norma heterosexual, hablemos de los grandes temas que no
se quiere tocar por los velos con los que se los ha
tratado, desmontemos las fronteras que hay, esas líneas imaginarias
entre territorios y también las fronteras morales, políticas, que nos
han separado. Esto para nada representa ninguna división, implica hablar
de nuestras miradas y existencias, implica que hablemos con nuestras
voces, y resulta que en por lo menos los últimos 20 años estas voces se
escuchan, los grandes temas que ha defendido el movimiento de mujeres
(con todo lo diverso que eso representa) han conseguido resonar, no es
una casualidad que absolutamente todos los espacios organizativos, los
estados y gobiernos, las instituciones, ong’s, estén intentado aunque
sea en el papel tener una postura de género, las consignas y debates
propuestos y defendidos al calor de la lucha por el movimiento de
mujeres a tenido acogida fuera de las fronteras porque son temas que nos
son cercanos a todas, en todos los idiomas, en nuestras propias
realidades pero comunes a niveles nunca antes conocidos, desde Medio
Oriente hasta Latinoamérica, las causas de las mujeres, nuestras
causas, tienen hoy por hoy una potencia que necesitamos cohesionar a
favor de transformaciones reales y profundas, encontrándonos y
tejiéndonos puede ser un gran comienzo.
Sin duda, la organización feminista autónoma,
popular y comunitaria se plantea el encuentro de diálogos como
instrumento de lucha y el cambio social como un hecho creativo y
práctico. Es necesario construir un espacio heterogéneo de indias,
obreras, amas de casa, estudiantes, lesbianas juntas, revueltas y
hermanadas. Un espacio donde no nos vamos sumando a discurso ninguno,
sino impugnando las barreras que el patriarcado pone en la construcción
de un vínculo subversivo mujer-mujer, barreras que las mujeres las vamos
haciendo propias. A partir de allí hemos ido desatando una práctica
política en muchas direcciones y nos hemos ido convirtiendo en un
referente social de rebeldía, fuerza organizativa y fuerza
transformadora en nuestra sociedad.
En ese caminar y en ese juntarnos unas con otras,
desordenando el orden de todas las filas, las prioridades y las
jerarquías sociales. De ese trabajar juntas surge no sólo una
experiencia de solidaridad y amistad, sino un conjunto de análisis,
críticas y practicas sobre el necesario cambio social. Porque ningún
cambio social que parta de omisiones es creíble y las mujeres hemos sido
omitidas del sentido de cambio social, de antemano, en todos los
procesos históricos que conocemos, por eso hoy decimos ¡juntas somos
más!.
Temas propuesta para la discusión:
-
Feminismo y Lucha de Clases
Formas organizativas del movimiento feminista, militancia con sectores diversos (pedagogías, metodologías, formación política).
“La primera máquina desarrollada por el
capitalismo fue el cuerpo humano y no la máquina de vapor, ni tampoco el
reloj” (Federici, 2010, pág. 201)
ANTECEDENTES
El reconocimiento del papel transcendental que
juegan las mujeres en la sociedad, pese a los esfuerzos de mujeres
alrededor del mundo en diferentes ámbitos; sigue siendo restringido. La
función reproductiva y de cuidados que cumplen las mujeres, lejos de
visibilizarse y valorizarse social, laboral, científica, política,
comunitariamente, etc., como un trabajo indispensable para la
continuación de la vida, se ha mantenido encubierta.
Este trabajo realizado mayormente por mujeres se
ha funcionalizado dentro del sistema económico-político imperante para
glorificar actividades como la maternidad. Esto es visible, por ejemplo,
cuando se trata de publicitar un modelo de mujer abnegada y entregada
totalmente a la reproducción y cuidado de la familia nuclear (Despentes,
2007).
El trabajo de las mujeres ha sido asociado con los
afectos (sentimientos y emociones), con lo rutinario y la atención a
los demás; es concebido por la sociedad como natural a partir de la
capacidad reproductiva-biológica de las mujeres y fruto de procesos
históricos de socialización que las responsabilizan de las funciones
reproductivas-de cuidados, mientras que a los hombres les corresponde en
mayor medida el trabajo productivo (Larrañaga, Arregui, & Arpal,
2004).
Este escaso reconocimiento dificulta a que las
mujeres se formen como sujetos activos en los diferentes espacios de
participación a la vez que invisibiliza incluso para quienes realizan
este trabajo su rol trascendental para la sociedad, estas
condiciones anularon por mucho tiempo a las mujeres simbólicamente de
espacios de participación manteniéndolas en el cautiverio
doméstico-privado.
Las mujeres de este modo asumen las tareas del trabajo
reproductivo y de cuidados disminuyendo sus oportunidades de desarrollo
personal, profesional, político, etc. y representan sujetos
domesticables, que a más de proveer de fuerza de trabajo, estarían
encargadas de reproducir el disciplinamiento detonado sobre sus propios
cuerpos y existencias. Sin embargo, las mujeres son solo parte de
estructuras complejas de control y regulación en las que operan más
actores externos.
Es necesario dejar claro que estos procesos
violentos de disciplinamiento y desposesión están dirigidos a toda la
población, pero que para los varones la pérdida de tierras de medios de
existencia han sido parcial e históricamente compensados en lo que las
marxistas llaman un pacto interclasista que les permite una apropiación
consiguiente de las mujeres. A este proceso Federici se refiere como
conversión de las mujeres en bienes comunes, que implicó una “nueva
división (hetero)sexual del trabajo”. (Cielo & Vega, 2015, pág. 135)
-
¿Dónde quedan las mujeres en la lucha de clases?
Para aquellas que nos criamos bajo la consigna primero
la lucha de Clases y aquellas que descubrimos el feminismo más tarde de
lo que nos hubiese gustado y que hemos escuchado hasta el cansancio que
el feminismo es una ideología pequeñoburguesa. (Menéndez, 2018)
Es necesario repensarnos las viejas discusiones en
la organización y los roles que dentro de las organizaciones han sido
destinados para las mujeres, repensar y politizar las relaciones a todo
nivel, emprender protocolos de acción frente a las viejas prácticas de
complicidad y violencia, hablar en femenino de los grandes temas
políticos. Las violencias perpetuadas en un sistema socioeconómico que
amerita mantener estos niveles de violencia y explotación aún entre la
clase obrera. Y la violencia machista es sólo la punta del iceberg de un
complejo entramado de opresión hacia las mujeres que necesitan vender
su fuerza de trabajo para poder sobrevivir. (IZAR, 2018)
Pero además superar esos viejos conceptos con los
que se pretende funcionalizar una lucha tan necesaria y potente como la
igualdad y equidad.
…es peligroso exigir igualdad en un sistema que se
dedica a atacar y explotar a todo lo que existe en este mundo y pedir
la igualdad dentro de este sistema es pedir que seamos igual de
explotadas y violentadas que los hombres. No es por ahí el camino pues
la idea, repito, es deconstruir este sistema y crear nuevas maneras de
relacionarnos entre nosotrxs, con la tierra, con los animales y con la
vida. También, en la línea de no ser dogmática, Federici nos habla de la
importancia de pensar si el trabajo feminista tiene que ser a la par
con las instituciones ya que éstas son las que han creado y permiten que
continúen las desigualdades, sería algo ingenuo pensar que las
instituciones nos ayudarán cuando lo que desean es mantener el status
quo.
-
Territorio y Luchas antiextractivistas
El modelo de
desarrollo extractivista aplicado bajo el mismo mecanismo colonial y
patriarcal en los territorios de la Región, que nos promete desde
procesos renovados y más conscientes de la contaminación que generan
hasta futuros de desarrollo en esta espiral que conocemos de memoria y
que lo único que ha permitido es el saqueo de los recursos y nuestra
perpetua posición en la división internacional del trabajo en la que
seguimos sosteniendo el desarrollo de otras regiones que no son la
nuestra.
En las últimas dos décadas se ha dado una nueva
forma de lo que Marx llamó “acumulación primitiva u originaria”, una
nueva ola de ampliación sin mesura del mercado global, para lo cual debe
desplazarse y destruir muchas comunidades. Se ataca a las tierras
comunales pero también a las relaciones que produce la gestión
comunitaria de la tierra.
El ataque a la mujer es fundamental hoy como lo fue en
el siglo XVI y XVII porque son las mujeres quienes mantienen unida la
comunidad, son las que están involucradas en el proceso de reproducción,
son las que defienden más directamente la vida de la gente. Atacar a
las mujeres es atacar a la comunidad. (Federici, Boca de Sapo, 2018,
pág. 2)
Las luchas territoriales en contra del
extractivismo se han construido de manera acérrima por mujeres,
representantes de la defensa de la vida en su entendimiento más
complejo, las mujeres han construido a través del cuidado una relación
más cercana a los territorios y la naturaleza, por ello su visión sobre
el mundo no se presenta como una visión solamente monetizada y
mercantilizada de la vida.
-
Feminismo en organizaciones sociales mixtas.
-
Expresiones de la violencia patriarcal desde la perspectiva de militancias organizativas: (de clase, racialización, género, etc. a niveles urbano, peri-urbano y rural).
-
Aborto: Criminalización por abortar, activismo feminista por la des-penalización/legalización.
-
Espacio público urbano: ocupación de la calle, sujetos distinguidos como legítimos y señalados como ilegítimos.
Encontrándonos: La revolución en femenino
Encontrarnos para habitar colectivamente, y
escuchar nuestras voces más allá de la representatividad de los líderes y
cuadros, encontrarnos como acción directa para ir desmontando este
cuento que nos contaron de la revolución en la que aparecemos como apoyo
y complemento, incompletas y prescindibles, encontrarnos sin tanto
ruido, recuperar nuestros espacios que son todos, la calle, la cama, la
escena, el megáfono para agitar con nuestras consignas, la asamblea y la
fiesta, invadir premeditadamente esos espacios en los que somos
“invitadas” para hablar de nuestros temas, para cumplir la cuota, la
cuota de mujeres, la cuota de lo LGBTI, la cuota para el 8 de marzo,
desbordar los espacios de convivencia que acomodados en los viejos lemas
quieren seguirnos invitando solo y cuando sea necesario, en complicidad
de otras como nosotras, encontrarnos más allá de las líneas imaginarias
que llaman fronteras, encontrarnos con este chisme tan común de que la
revolución también nos pertenece, que no hay una, sino muchas y muy
variadas las revoluciones que si queremos ver, encontrarnos por y para
nuestras causas.
Construyamos un pequeño encuentro con
grandes discusiones, nuestra propuesta es juntarnos a hablar de esto que
nos atraviesa distinto solo porque somos mujeres o existencias
disidentes a la norma heterosexual, hablemos de los grandes temas que no
se quiere tocar por los velos con los que se los ha
tratado, desmontemos las fronteras que hay, esas líneas imaginarias
entre territorios y también las fronteras morales, políticas, que nos
han separado. Esto para nada representa ninguna división, implica hablar
de nuestras miradas y existencias, implica que hablemos con nuestras
voces, y resulta que en por lo menos los últimos 20 años estas voces se
escuchan, los grandes temas que ha defendido el movimiento de mujeres
(con todo lo diverso que eso representa) han conseguido resonar, no es
una casualidad que absolutamente todos los espacios organizativos, los
estados y gobiernos, las instituciones, ong’s, estén intentado aunque
sea en el papel tener una postura de género, las consignas y debates
propuestos y defendidos al calor de la lucha por el movimiento de
mujeres a tenido acogida fuera de las fronteras porque son temas que nos
son cercanos a todas, en todos los idiomas, en nuestras propias
realidades pero comunes a niveles nunca antes conocidos, desde Medio
Oriente hasta Latinoamérica, las causas de las mujeres, nuestras
causas, tienen hoy por hoy una potencia que necesitamos cohesionar a
favor de transformaciones reales y profundas, encontrándonos y
tejiéndonos puede ser un gran comienzo.
Sin duda, la organización feminista autónoma,
popular y comunitaria se plantea el encuentro de diálogos como
instrumento de lucha y el cambio social como un hecho creativo y
práctico. Es necesario construir un espacio heterogéneo de indias,
obreras, amas de casa, estudiantes, lesbianas juntas, revueltas y
hermanadas. Un espacio donde no nos vamos sumando a discurso ninguno,
sino impugnando las barreras que el patriarcado pone en la construcción
de un vínculo subversivo mujer-mujer, barreras que las mujeres las vamos
haciendo propias. A partir de allí hemos ido desatando una práctica
política en muchas direcciones y nos hemos ido convirtiendo en un
referente social de rebeldía, fuerza organizativa y fuerza
transformadora en nuestra sociedad.
En ese caminar y en ese juntarnos unas con otras,
desordenando el orden de todas las filas, las prioridades y las
jerarquías sociales. De ese trabajar juntas surge no sólo una
experiencia de solidaridad y amistad, sino un conjunto de análisis,
críticas y practicas sobre el necesario cambio social. Porque ningún
cambio social que parta de omisiones es creíble y las mujeres hemos sido
omitidas del sentido de cambio social, de antemano, en todos los
procesos históricos que conocemos, por eso hoy decimos ¡juntas somos
más!.
Temas propuesta para la discusión:
-
Feminismo y Lucha de Clases
Formas organizativas del movimiento feminista, militancia con sectores diversos (pedagogías, metodologías, formación política).
“La primera máquina desarrollada por el
capitalismo fue el cuerpo humano y no la máquina de vapor, ni tampoco el
reloj” (Federici, 2010, pág. 201)
ANTECEDENTES
El reconocimiento del papel transcendental que
juegan las mujeres en la sociedad, pese a los esfuerzos de mujeres
alrededor del mundo en diferentes ámbitos; sigue siendo restringido. La
función reproductiva y de cuidados que cumplen las mujeres, lejos de
visibilizarse y valorizarse social, laboral, científica, política,
comunitariamente, etc., como un trabajo indispensable para la
continuación de la vida, se ha mantenido encubierta.
Este trabajo realizado mayormente por mujeres se
ha funcionalizado dentro del sistema económico-político imperante para
glorificar actividades como la maternidad. Esto es visible, por ejemplo,
cuando se trata de publicitar un modelo de mujer abnegada y entregada
totalmente a la reproducción y cuidado de la familia nuclear (Despentes,
2007).
El trabajo de las mujeres ha sido asociado con los
afectos (sentimientos y emociones), con lo rutinario y la atención a
los demás; es concebido por la sociedad como natural a partir de la
capacidad reproductiva-biológica de las mujeres y fruto de procesos
históricos de socialización que las responsabilizan de las funciones
reproductivas-de cuidados, mientras que a los hombres les corresponde en
mayor medida el trabajo productivo (Larrañaga, Arregui, & Arpal,
2004).
Este escaso reconocimiento dificulta a que las
mujeres se formen como sujetos activos en los diferentes espacios de
participación a la vez que invisibiliza incluso para quienes realizan
este trabajo su rol trascendental para la sociedad, estas
condiciones anularon por mucho tiempo a las mujeres simbólicamente de
espacios de participación manteniéndolas en el cautiverio
doméstico-privado.
Las mujeres de este modo asumen las tareas del trabajo
reproductivo y de cuidados disminuyendo sus oportunidades de desarrollo
personal, profesional, político, etc. y representan sujetos
domesticables, que a más de proveer de fuerza de trabajo, estarían
encargadas de reproducir el disciplinamiento detonado sobre sus propios
cuerpos y existencias. Sin embargo, las mujeres son solo parte de
estructuras complejas de control y regulación en las que operan más
actores externos.
Es necesario dejar claro que estos procesos
violentos de disciplinamiento y desposesión están dirigidos a toda la
población, pero que para los varones la pérdida de tierras de medios de
existencia han sido parcial e históricamente compensados en lo que las
marxistas llaman un pacto interclasista que les permite una apropiación
consiguiente de las mujeres. A este proceso Federici se refiere como
conversión de las mujeres en bienes comunes, que implicó una “nueva
división (hetero)sexual del trabajo”. (Cielo & Vega, 2015, pág. 135)
-
¿Dónde quedan las mujeres en la lucha de clases?
Para aquellas que nos criamos bajo la consigna primero
la lucha de Clases y aquellas que descubrimos el feminismo más tarde de
lo que nos hubiese gustado y que hemos escuchado hasta el cansancio que
el feminismo es una ideología pequeñoburguesa. (Menéndez, 2018)
Es necesario repensarnos las viejas discusiones en
la organización y los roles que dentro de las organizaciones han sido
destinados para las mujeres, repensar y politizar las relaciones a todo
nivel, emprender protocolos de acción frente a las viejas prácticas de
complicidad y violencia, hablar en femenino de los grandes temas
políticos. Las violencias perpetuadas en un sistema socioeconómico que
amerita mantener estos niveles de violencia y explotación aún entre la
clase obrera. Y la violencia machista es sólo la punta del iceberg de un
complejo entramado de opresión hacia las mujeres que necesitan vender
su fuerza de trabajo para poder sobrevivir. (IZAR, 2018)
Pero además superar esos viejos conceptos con los
que se pretende funcionalizar una lucha tan necesaria y potente como la
igualdad y equidad.
…es peligroso exigir igualdad en un sistema que se
dedica a atacar y explotar a todo lo que existe en este mundo y pedir
la igualdad dentro de este sistema es pedir que seamos igual de
explotadas y violentadas que los hombres. No es por ahí el camino pues
la idea, repito, es deconstruir este sistema y crear nuevas maneras de
relacionarnos entre nosotrxs, con la tierra, con los animales y con la
vida. También, en la línea de no ser dogmática, Federici nos habla de la
importancia de pensar si el trabajo feminista tiene que ser a la par
con las instituciones ya que éstas son las que han creado y permiten que
continúen las desigualdades, sería algo ingenuo pensar que las
instituciones nos ayudarán cuando lo que desean es mantener el status
quo.
-
Territorio y Luchas antiextractivistas
El modelo de
desarrollo extractivista aplicado bajo el mismo mecanismo colonial y
patriarcal en los territorios de la Región, que nos promete desde
procesos renovados y más conscientes de la contaminación que generan
hasta futuros de desarrollo en esta espiral que conocemos de memoria y
que lo único que ha permitido es el saqueo de los recursos y nuestra
perpetua posición en la división internacional del trabajo en la que
seguimos sosteniendo el desarrollo de otras regiones que no son la
nuestra.
En las últimas dos décadas se ha dado una nueva
forma de lo que Marx llamó “acumulación primitiva u originaria”, una
nueva ola de ampliación sin mesura del mercado global, para lo cual debe
desplazarse y destruir muchas comunidades. Se ataca a las tierras
comunales pero también a las relaciones que produce la gestión
comunitaria de la tierra.
El ataque a la mujer es fundamental hoy como lo fue en
el siglo XVI y XVII porque son las mujeres quienes mantienen unida la
comunidad, son las que están involucradas en el proceso de reproducción,
son las que defienden más directamente la vida de la gente. Atacar a
las mujeres es atacar a la comunidad. (Federici, Boca de Sapo, 2018,
pág. 2)
Las luchas territoriales en contra del
extractivismo se han construido de manera acérrima por mujeres,
representantes de la defensa de la vida en su entendimiento más
complejo, las mujeres han construido a través del cuidado una relación
más cercana a los territorios y la naturaleza, por ello su visión sobre
el mundo no se presenta como una visión solamente monetizada y
mercantilizada de la vida.
-
Feminismo en organizaciones sociales mixtas.
-
Expresiones de la violencia patriarcal desde la perspectiva de militancias organizativas: (de clase, racialización, género, etc. a niveles urbano, peri-urbano y rural).
-
Aborto: Criminalización por abortar, activismo feminista por la des-penalización/legalización.
-
Espacio público urbano: ocupación de la calle, sujetos distinguidos como legítimos y señalados como ilegítimos.
-
fuente: ABP