Publicado por: jjon: diciembre 21,
2018
Madrid, 07 diciembre de 2018
Señores Diario El Mundo
Francisco Rosell – Director
Saludos cordiales.
El código deontológico del periodista en Europa
señala textualmente en su artículo 2 que “El primer compromiso ético del
periodista es el respeto a la verdad”, para luego agregar en su artículo 13
lo siguiente: “El compromiso con la búsqueda de la verdad llevará siempre al
periodista a informar sólo sobre hechos de los cuales conozca su origen, sin
falsificar documentos ni omitir informaciones esenciales, así como a no
publicar material informativo falso, engañoso o deformado.”
A tales efectos, el Gobierno de la República
Bolivariana de Venezuela, a través de su Embajada en el Reino de España, se ve
en la penosa obligación de recusar el artículo publicado el pasado 30 de
noviembre de 2018 en el diario el Mundo bajo el titular “Nicolás Maduro
presidente paria en 2019” firmado por Daniel Lozano corresponsal de ese
diario en Caracas. Rechazamos de forma categórica dicho artículo ya que
contiene afirmaciones distorsionadas, tendenciosas, inexactas, las cuales
ameritan las siguientes precisiones y el consecuente señalamiento.
En este caso, el periodista oculta información y
ofrece una visión sesgada que viola todo código de estilo y buenas prácticas y
que contradice la “vocación plural” que afirma tener su periódico. Este tipo de
contenidos, plagado de omisiones y desinformación deliberada, responde más a
una campaña con fines políticos que al derecho de la opinión pública española a
estar debidamente informada con veracidad e imparcialidad.
En el trabajo avalado por el grupo Unidad
Editorial, en su condición de casa matriz del diario el Mundo se realiza un
ejercicio netamente especulativo sobre la continuidad del sistema democrático
venezolano, al marcar el venidero 10 de enero de 2019, fecha en que
iniciará un nuevo mandato presidencial Nicolás Maduro por voluntad democrática
de nuestra sociedad, como un día D, que marcaría un punto de inflexión
entre Venezuela y la comunidad internacional.
El señor Lozano se hace eco
exclusivo de posiciones pertenecientes a voceros políticos de la ultraderecha
venezolana al emplearlas como “actores validadores” de una realidad
social construida en laboratorios de la desinformación, para justificar las
descalificaciones y epítetos lanzados contra el pueblo y las autoridades
legítimas de Venezuela.
Lejos del análisis y más allá de la opinión, el
texto de Lozano es una poco disimulada instigación a la violencia a través de
la propaganda política. Datos tan elementales como la referencia a los más de 6
millones de electores que depositaron su confianza en la oferta electoral del
presidente Maduro el pasado 20 de mayo de 2018, son intencionalmente omitidos,
en una deshonesta afrenta a la verdad.
El apoyo mostrado por las grandes mayorías sociales
al Presidente Nicolás Maduro, pese a circunstancias económicas, derivadas de la
persecución y bloqueo financiero impuesto por la administración Trump, y pese
también a la condenable utilización de violencia callejera y terrorismo urbano
por parte de factores opositores en 2014 y 2017, pone en evidencia el grado de
madurez democrática alcanzado por el pueblo de Venezuela.
El trabajo publicado en su diario, señor Rosell, no
hace mención a las afectaciones a la población derivadas del bloqueo económico
y financiero y que impiden la adquisición de medicinas y alimentos para el uso
y consumo de todo del pueblo venezolano y que explican en buena medida el
fenómeno migratorio venezolano.
Olvida el diario “El Mundo” que Naciones Unidas, en
boca del relator Alfred de Zayas, ha afirmado que las sanciones aplicadas
contra Venezuela son medidas equivalentes a “crímenes de guerra” ya que sus
víctimas directas son la población civil. Olvida también que el sistema
financiero europeo se ha involucrado directamente en este bloqueo financiero;
cabe citar, a modo de ejemplo, solamente los 1200 millones de euros
secuestrados por la empresa Euroclear o las vergonzosas presiones al Banco de
Inglaterra para que dificulte la repatriación de 14 toneladas de oro
pertenecientes a los venezolanos.
La afirmación irresponsable y ligera de que el
Presidente Maduro “no cuenta con el respaldo de la sociedad”, no sólo falta a
la verdad sino que se inscribe dentro de una campaña de “guerra de
desinformación”. Estas operaciones sólo buscan dividir al pueblo y promover
eventos violentos en Venezuela que justifiquen los planes de intervención
directa que amenazan a nuestro país, incluyendo la opción militar.
Tampoco es cierto que el Presidente Nicolás Maduro
no cuente con respaldo de la “comunidad internacional” a partir del 10 de
enero. Es meritorio recordar que Venezuela cuenta con amplias alianzas
estratégicas en todo el mundo, incluyendo las naciones económicamente más
poderosas del planeta, como China, Rusia, India, y cuenta asimismo con el apoyo
mayoritario de organizaciones como la Unión Africana, el Consejo de Cooperación
Islámica, el Movimiento de los no Alineados, el G77 más China, la Alternativa
Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA) y la Comunidad de
Estados del Caribe (Caricom), así como de la mayoría de los países
pertenecientes a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC).
Venezuela ya no forma parte del patio trasero de
los EEUU. Hemos diversificado nuestras relaciones económicas y de solidaridad
internacional desde la diplomacia de los pueblos. Defendemos una posición de
independencia y soberanía respecto de cualquier espacio hegemónico
internacional.
Esta condición de libertad y autodeterminación nos
confiere la moral para sentenciar que el tratamiento procaz y vergonzoso
dispensado hacia Venezuela constituye, por un lado, una campaña de desestabilización
orquestada fuera de nuestro país, y por otro lado, un recurso para desviar la
atención ciudadana hábilmente empleado por gobiernos cuyos indicadores sociales
se encuentran en “terapia intensiva”, sin dejar de mencionar los
elevados índices de desaprobación local.
En el artículo aquí cuestionado, en un tono propio
de un teletón, su periodista vaticina que el supuesto desconocimiento del
Presidente Nicolás Maduro a partir del 10 de enero será “un momento clave para
la oposición”.
Nos preguntamos ¿Clave para qué?
¿Para volver a llamar a la violencia de calle?
¿Para intentar otro magnicidio?
¿Para que la Derecha venezolana, mimada de la
prensa europea y española, continúe su periplo turístico por Europa a expensas
de los contribuyentes?
Pese a las interminables imprecisiones, en algo el
periodista Lozano sí acierta, al referir que el Gobierno Bolivariano se ha “beneficiado
en parte por la hecatombe que sacude a la oposición”. Esta hecatombe
responde a la lapidación del capital político obtenido en las elecciones
legislativas del 06 de diciembre de 2015, en el que la oposición se vio
favorecida por el electorado.
El único recurso que le queda a la derecha
venezolana, es apalancarse en medios de comunicación que incondicionalmente le
otorgan una credibilidad que en Venezuela no poseen, y que los presentan ante
el mundo como representantes del pueblo venezolano cuando su fracaso, a todas
luces evidente, echa por tierra semejante engaño.
Por lo antes expuesto, y en aras del periodismo
responsable, la Embajada considera justo el reclamo a un derecho a réplica
haciendo pública esta carta, ya que consideramos que el artículo del señor
Lozano atenta contra el derecho a la información veraz que tiene el pueblo
español.
Así mismo, aspiramos a que en lo sucesivo el diario
El Mundo lleve a la práctica lo que afirma el Código Deontológico del
Periodismo Europeo refrescado por nosotros al inicio de la presente misiva,
anteponiendo a los intereses económicos y políticos el derecho del pueblo
español y europeo a estar debidamente informado sin menoscabo a la verdad y la
ética.
Atentamente,
Mario Isea Bohórquez
Embajador