Carlos E. Lippo
“Los esfuerzos militares de momento han dado cobertura a la diplomacia para garantizar una transición pacífica en Venezuela,
pero la situación es desastrosa, y está afectando a toda la región. Nuestro principal foco serán nuestros aliados”
Almirante Craig Faller, comandante actual del Comando Sur estadounidense
A manera de recordatorio y tal como ya señalásemos en un trabajo anterior (1),
debemos decir que el Comando Sur es uno de los diez comandos que
conforman la maquinaria militar más mortífera del planeta, tratándose de
un mando conjunto integrado por efectivos militares y civiles que
representan a todas las ramas de las Fuerzas Armadas Estadounidenses:
el Ejército, la Armada, la Fuerza Aérea, el Cuerpo de Marina
(“Marines”), la Guardia Costera, así como de varias agencias federales,
la CIA y la NSA, entre ellas, junto a sus respectivas agencias mamparas
como la USAID y la NED. Un Comando que cuenta entre sus múltiples
recursos con la Cuarta Flota, reactivada en el 2008 después de haber
permanecido inactiva durante 58 años, como una respuesta
político-militar al surgimiento de regímenes populares de carácter
nacionalista y antimperialista en Venezuela y otros países de
Suramérica, Centroamérica y El Caribe.
En
resumen, se podría decir además que el Comando Sur consiste básicamente
en un comando unificado de seguridad, que está encargado de velar por
la seguridad y los intereses del imperio en el territorio de las 31
naciones latinoamericanas que, con excepción de Méjico, Cuba y las
colonias gringas aún existentes en el área del Caribe, forman parte de
la América del Sur, la América Central y el Caribe, garantizando una
amenazante, permanente y efectiva presencia militar gringa en la región.
El
centro de operaciones de esta extremadamente letal panoplia militar se
encuentra ubicado en el sur de la Florida, siendo oportuno señalar que a
mediados de 2015 el actual e írrito presidente de Honduras, Juan
Orlando Hernández, en su primer mandato también de más que dudosa
legitimidad, solicitó a los gringos, en supremo acto de lacayismo y
adulación, que trasladaran a su país dicho centro de operaciones (2). Los gringos se apresuraron a declinar “formalmente”
esta vergonzante solicitud; no obstante enviaron a ese país una
cantidad importante de funcionarios civiles y militares adscritos a
dicho comando, en una acción que James Petras interpretó en su momento,
que tenía como propósito crear una plataforma militar adecuada para
intervenir en América Latina y en específico en Venezuela, si las
elecciones parlamentarias previstas para diciembre de ese año terminaban
con un resultado demasiado estrecho (3).
Podría
decirse que el Comando Sur adquirió entre nosotros una infausta
notoriedad desde mediados de ese mismo año 2015, a raíz de las
reiteradas declaraciones injerencistas de su jefe de entonces, el
general John Francis Kelly, un connotado asesino de élite al frente de
las fuerzas de conquista y ocupación en Irak, donde permaneció por más
de 8 años, además de un eficiente verdugo, durante su pasantía como
comandante de la base naval y prisión de Guantánamo; quien en relación a
Venezuela se comportase en aquel entonces como un verdadero payaso con
guerrera de general que llegó a decir, palabras más palabras menos, que
sólo pensaba en Venezuela durante 40 segundos diarios y eso sólo para
rezar por nosotros que estábamos sumidos en una brutal crisis
humanitaria de la cual él estaba dispuesto a rescatarnos a través de los
organismos multinacionales, sólo si se lo solicitábamos (4).
Con
muchísima más pena que gloria y con una inmensa frustración a cuestas,
el general Kelly entregó la jefatura del Comando en enero de 2016, sin
haber podido ver materializada su profecía autocumplida, que no era otra
que invadir a venezuela por solicitud de la OEA con base en la “crisis humanitaria” en la que han venido pretendiendo fallidamente sumir al país.
Le
sucedió en la jefatura del Comando el vicealmirante Kurt Tidd,
funcionario de gran experiencia militar en el medio oriente, en Irak y
en el Golfo Pérsico (estrecho de Ormuz), así como también de gran
experiencia diplomática-militar en Irán, junto al secretario de estado
de la administración Obama, el inefable John Kerry; siendo necesario
señalar que durante la audiencia de confirmación de su nombramiento por
parte del Senado, se refirió a Venezuela utilizando la misma retórica
difamatoria y con la misma prepotencia que su predecesor, lo que me hizo
señalar en un artículo titulado “La no tan nueva estrategia del Comando Sur en contra de Venezuela” (5), que se trataba del mismo “musiú” aunque con diferente gorra.
Tidd dio inicio tempranamente a sus acciones injerencistas en contra de Venezuela suscribiendo el documento titulado en inglés: “Venezuela
Freedom-2 Operation - Phase preceding - Executive summary. 25.2016,
February/Admiral Kurt W. Tidd, Commander U.S. Southern Command
(SOUTHCOM)” (6),
que resultaba ser un compendio de las principales tácticas de guerra de
cuarta generación que nos había venido aplicando el imperio y que se
proponía seguirnos aplicándo con mayor intensidad aún, hasta lograr
derrotar nuestra revolución y retrotraernos al anterior estatus
neocolonial. Dicho documento tenía como algunas de sus muy escasas “virtudes”,
a juicio mío, el llevar implícito un reconocimiento de las actividades
terroristas desarrolladas hasta ese momento por los diferentes elementos
de la contrarrevolución local, así como el lograr demostrar de una
manera incontrovertible aquella hipótesis que formulásemos a finales de
octubre del año 2015 en relación a que el liderazgo de la oposición no
hacía otra cosa que seguir las instrucciones del Comando Sur, cuyo
comandante fungía de verdadero jefe de todos ellos.
Una
demostración fehaciente de cuanto empeño puso el Almirante Tidd en
promover una intervención militar conjunta de Venezuela la constituye un
documento secreto del Comando Sur suscrito por él mismo, el 23 de
febrero del presente año, cuyo título en inglés es “PLAN TO OVERTHROW THE VENEZUELAN DICTADORSHIP, MASTERTROKES” (7) (“Plan para Derrotar la Dictadura Venezolana, Golpe Maestro” (8)), una de cuyas consideraciones finales señala textualmente, sin eufemismos de ningún tipo: El Gobierno Bolivariano solo podrá ser derrocado a través de una "operación
militar bajo bandera internacional, patrocinada por la Conferencia de
los Ejércitos Latinoamericanos, bajo la protección de la OEA y la
supervisión, en el contexto legal y mediático del secretario general,
Luis Almagro".
La
pretendida invasión, que en este caso había sido prevista utilizando
como pantalla la movilización militar asociada a las maniobras navales
UNITAS LIX, celebradas en aguas del Caribe Colombiano a comienzos de
septiembre de este 2018, no pudo ser materializada debido a la
estrepitosa derrota experimentada por el imperio en la sesión
extraordinaria del consejo permanente de la OEA convocada para el 05 de
septiembre, al no poder ni siquiera plantear el tema de la condena a
Venezuela debido a que la correlación de fuerzas le era totalmente
adversa. Es por ello que el Almirante Tidd tuvo que entregar la jefatura
del Comando el pasado Lunes 26, con muchísima más pena que gloria, al
igual que su predecesor inmediato, el general Kelly.
El nuevo jefe del Comando, el almirante Craig Faller es un egresado de la Academia Naval con una maestría en Asuntos de Seguridad Nacional y Terrorismo, veterano de la operación “Libertad Duradera”,
(2001-2002) que casi borra del mapa a Afganistán con la excusa de
apresar a aquel anciano enfermo renal crónico, Osama Bin Laden, al que
acusaban de haber dirigido el “ataque” a las Torres Gemelas del
WTC; también es veterano, coincidente con el inefable John Kelly, de la
invasión a Irak (2003), que logró retrotraer a la “Edad de Piedra”
a la que fuese la cuna de la civilización humana, un país heredero de
aquella antigua cultura que inventó la escritura y la rueda; así mismo,
viene de ser asesor principal y adjunto del secretario de defensa John “Perro Rabioso” Mattis. Su nominación estuvo a punto de ser rechazada en el senado, a causa de su participación en varias “escandalosas cenas” ofrecidas junto con algunos “regalos”, por
un contratista militar que se declaró culpable de cargos de soborno
hace tres años; participación que ha sido reconocida por funcionarios de
los departamentos de defensa y de justicia que han dicho que Faller no
cometió ningún delito, pero que se encuentra entre cientos de oficiales
navales enredados en el caso del citado contratista (9).
La
tarea primordial que debe cumplir el almirante Faller al frente del
infausto comando le fue claramente definida por su jefe el secretario
Mattis, quien en su discurso durante la ceremonia de toma de posesión, a
la que acudieron los representantes militares de varios países
latinoamericanos, señaló que si bien Tidd había trabajado para
fortalecer la confianza entre las fuerzas armadas del hemisferio, Faller
debería llevar al “siguiente nivel” la cooperación comandada por
Tidd, logrando de esta forma incrementar la contribución de éstas en la
lucha contra el terrorismo y la violencia en una región que calificó de
“crítica” para la seguridad nacional de los Estados Unidos (10).
Si asociamos este inusitado énfasis en la “lucha antiterrorista” a
las recientes acusaciones formuladas por funcionarios del imperio y de
algunos de los países de la región que le son más afectos, en relación a
que el Estado Venezolano es un estado patrocinador del terrorismo, tal
como lo señalásemos en nuestro artículo anterior titulado “El supuesto patrocinio al terrorismo es la nueva excusa del imperio para invadir a Venezuela” (11),
podremos inferir claramente cuál país será el blanco principal de las
acciones injerencistas de todo tipo promovidas por el comando durante el
ejercicio de su recién nombrado jefe.
Sostengo responsablemente que Venezuela ya está en la mira del nuevo jefe del Comando Sur por las siguientes razones:
- Ante una de las “Preguntas Anticipadas” contenidas en el cuestionario previo a la audiencia de confirmación en el Senado, el almirante Faller respondió que el Hezbolá libanés contaba con una amplia red de operaciones en la región (12), dándose el caso de que es una supuesta amistad del Gobierno Revolucionario con este grupo insurgente, tachado de terrorista por el imperio, la más reciente excusa del senador Marco Rubio para solicitar la intervención militar de nuestro país.
- En el mismo cuestionario de preguntas anticipadas respondió: “Venezuela se enfrenta a su peor crisis socioeconómica. Déficit financiero y disminución del petróleo. La disminución de los ingresos junto con la deuda externa y la hiperinflación están exacerbando la crisis humanitaria y expulsando la migración adicional fuera del país. Esta migración masiva hacia los vecinos países está extendiendo la crisis humanitaria y está afectando los recursos de la región”; es decir, ni más ni menos que el mismo discurso apocalíptico sobre nuestro país que mantuvieron sus predecesores Kelly y Tidd, durante sus respectivas gestiones.
- Ante una pregunta formulada en la audiencia de confirmación por la senadora demócrata Claire Mc Caskill, en relación a que si Trump u otros altos funcionarios de su administración habían sugerido que deberían prepararse para acciones militares “quirúrgicas” en la región, el almirante Faller respondió falsa y estúpidamente: “No estamos haciendo otra cosa que la planificación prudente normal que un comando combatiente haría para prepararse para una serie de contingencias”.
Para
nosotros está suficientemente claro que el nuevo jefe del Comando Sur
tratará de llevar sus acciones injerencistas sobre Venezuela a un nivel
mayor que el desarrollado por sus predecesores, tal como se lo ha
exigido públicamente su jefe en el discurso que mencionásemos en uno de
los párrafos anteriores y que para ello cuenta con las sumisas y
entreguistas fuerzas armadas de algunos de los países de la región; no a
otra cosa se refiere el hipócrita grito de “vamos juntos”,
proferido en español para terminar su discurso de toma de posesión del
cargo. También está suficientemente claro que habrá de tropezar con la
misma piedra con la que tropezaron Kelly y Tidd, por lo que en ningún
caso le arrendamos las ganancias.
¡Hasta la Victoria, Siempre!
¡Patria o Muerte!
¡Venceremos!
Caracas, noviembre 30 de 2018
celippor@gmail.com