Posted: 07 Feb 2019 05:37 PM PST

Sin
embargo, en algunos casos esto se presenta de manera extrema y sin
siquiera la intención de guardar ciertas formas elementales de la
profesión periodística. Con la crisis política en Venezuela se ha puesto
de manifiesto, en algunos casos, burdamente.
Allí
se ubican desde canales de televisión como Mega TV (Puerto Rico) o EVTV
(EE.UU., creado por venezolanos que viven en Miami), hasta agencias
internacionales como Reuters (EE.UU.) o la revista The Economist (Reino
Unido).
Abandonando
todo tipo de rigurosidad y contextualización de los hechos, apoyan sin
dudar a la oposición venezolana y se refieren al actual Gobierno como
una "dictadura" y al presidente electo, Nicolás Maduro, como un
"usurpador".
Este
último ejemplo corresponde al medio puertorriqueño que directamente en
sus zócalos televisivos presenta al jefe de Estado como "mandatario
usurpador". Por su parte EVTV hizo un segmento especial el pasado 13 de
enero titulado: "¿Por qué Maduro es un usurpador?".
En
este tipo de coberturas se omite que Maduro fue reelecto como
presidente con casi seis millones de votos en mayo de 2018. En esas
elecciones, que fueron anticipadas, tal como reclamaban los partidos
opositores, la mayoría de estos decidieron no participar denunciando
fraude por anticipado. Esto provocó que la abstención superara el 50% y
si bien la participación fue superior a la de muchos países del mundo,
se ubica por debajo del promedio de Venezuela durante las últimas dos
décadas.
No obstante, hubo
cuatro candidatos y se utilizó el mismo sistema electoral por el cual
Juan Guaidó accedió a su banca como diputado en diciembre de 2015,
cuando la oposición se hizo con la mayoría de la Asamblea Nacional.
En
esa misma sintonía se sumaron otro tipo de acciones en las redes
sociales que desnudaron –quizás por error– la intencionalidad política
detrás de algunas empresas periodísticas.
Fue
el caso de The Economist y Reuters, que en sus respectivas fotos de
perfil o portada en redes sociales pusieron imágenes del diputado
opositor y autoproclamado presidente. Si bien luego las retiraron,
durante varias horas estuvieron allí.
En
el caso de la revista británica, además, acompañó esa decisión
editorial con un artículo titulado 'La batalla por el futuro de
Venezuela', en el que asegura que "las democracias mundiales tienen
derecho a buscar el cambio de régimen en el país peor gobernado de
América Latina". Además, el texto fue compartido en su cuenta de Twitter
con la frase "la pregunta no es si el mundo debería ayudar a Juan
Guaidó, sino cómo".
De
esta manera se hace un llamamiento a la injerencia en los asuntos
internos de países soberanos, negando la autodeterminación de los
ciudadanos y ciudadanas venezolanas.
Periodismo y responsabilidad social
Estas decisiones editoriales contradicen directamente dos de los documentos internacionales más importantes sobre la práctica periodística: el informe McBride, de 1980, y el Código Internacional de Ética Periodística, de 1983, ambos elaborados por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Estas decisiones editoriales contradicen directamente dos de los documentos internacionales más importantes sobre la práctica periodística: el informe McBride, de 1980, y el Código Internacional de Ética Periodística, de 1983, ambos elaborados por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
El
primero, impulsado por Sean Mac Bride, fundador de Amnistía
Internacional, premio Nobel de la Paz y Premio Lenin, analizaba el
escenario cada vez más desigual de la comunicación a nivel mundial.
Titulado 'Un solo mundo, múltiples voces', propuso distintas medidas que
incluían la eliminación de los monopolios y oligopolios informativos
mediante leyes de regulación de los sistemas de medios. Así como también
el respeto a la identidad cultural de cada país y nación, garantizando
la libertad de información.
Sobre
esa base, el Código de Ética, aprobado tres años más tarde, plantea en
su punto 8 que "el verdadero periodista defiende los valores universales
del humanismo, en particular la paz, la democracia, los derechos del
hombre, el progreso social y la liberación nacional". Esto debe llevarse
a cabo "respetando el carácter distintivo, el valor y la dignidad de
cada cultura, así como el derecho de cada pueblo a escoger libremente y
desarrollar sus sistemas políticos, social, económico o cultural".
Asimismo,
en el punto 9 sostiene que "el compromiso ético por los valores
universales del humanismo previene al periodista contra toda forma de
apología o de incitación favorable a las guerras de agresión y la
carrera armamentística", así como también "las otras formas de
violencia, de odio o de discriminación, especialmente el racismo".
Sin
negar el derecho de cada trabajador de prensa y cada medio a tener su
mirada y su posición, se convoca a realizar un manejo riguroso de la
información, sin omisiones ni falsedades, historizando y
contextualizando cada noticia. En definitiva, brindando herramientas a
las audiencias para que puedan sacar sus propias conclusiones.