Marzo ha sido un mes de
tempestades para nuestro amado país, de mucho sufrimiento para la gran mayoría
de los venezolanos. Entre tantas nubes se hace difícil vislumbrar qué es lo que
está pasando, y menos aún, cómo y cuándo saldremos de tan fuerte marejada. Se
hace necesario elevarse por encima de las nubes para vislumbrar que nuestro
problema no es un simple enfrentamiento entre chavistas y opositores, sino
entre un sistema que muere y otro que se instala, donde Venezuela se ha convertido
en uno de los principales campos de batalla.
Del resultado de esta batalla
dependerá que Venezuela quede rota en mil pedazos o se mantenga unida. Si el
nuevo poder hegemónico mundial, aliado de Venezuela, logra triunfar sobre las
decadentes fuerzas del mal, es seguro que nos espera un futuro como el que
siempre hemos soñado.
Tomo estas ideas de un escrito
que recién estoy leyendo en donde, en una larga explicación, su autor (cuyo
nombre desconozco) nos lleva de la mano por los últimos quinientos años de
historia, afirmando que la Tercera Guerra Mundial comenzó formalmente el 03 de
septiembre de 2013 cuando USA lanzó desde España dos misiles contra Damasco los
cuales fueron derribados por Rusia. “Desde ese día, Rusia le impuso límites a
USA como nunca antes” afirma. Desde ese día la hegemonía militar de USA quedó
en duda. Como continuación a ese proceso, en el año 2014, Rusia y China firmaron
el Convenio Militar de Shanghai, ampliado en 2018 con la creación de la
Organización de Cooperación de Shanghai, la versión oriental de la OTAN.
Venezuela entra en este juego por
ser la reserva más grande de petróleo del planeta, ya que la debacle del
imperio USA no va a ser militar, sino financiera: la muerte del petrodólar
sustituido por el petroyuan. Para ello se requiere un cambio total del sistema
financiero, un sistema de pagos global sustentado en la tecnología 5G, dominada
por la empresa china Huawei (que ya está trabajando en la tecnología 6G
mientras USA y Europa todavía están a medio camino de la 5G). China, con un
sistema de pagos propio, controlando el 50% del petróleo del mundo (Venezuela,
Rusia, Irán y Siria) y siendo a su vez el mayor consumidor, podría imponer el
comercio en su moneda. Por eso es que Venezuela está bajo ataque, no tiene nada
que ver con Maduro o con Guaidó, ni siquiera con capitalismo vs comunismo, son finanzas a nivel
planetario. Para USA somos “una amenaza inusual y extraordinaria” y es cierto,
por eso han puesto todas sus opciones sobre la mesa; por eso Rusia tiene en
Venezuela sus mejores armas y China ha desembarcado sus mejores soldados (algo
muy inusual en China).
Si Venezuela es sometida
definitivamente por USA desapareceremos como nación, por el contrario, si
resistimos y llega a consolidarse el nuevo orden hegemónico mundial, Venezuela
vivirá una bonanza sin igual durante los próximos 100 años.