Cervantes

Hoy es el día más hermoso de nuestra vida, querido Sancho; los obstáculos más grandes, nuestras propias indecisiones; nuestro enemigo más fuerte, el miedo al poderoso y a nosotros mismos; la cosa más fácil, equivocarnos; la más destructiva, la mentira y el egoísmo; la peor derrota, el desaliento; los defectos más peligrosos, la soberbia y el rencor; las sensaciones más gratas, la buena conciencia, el esfuerzo para ser mejores sin ser perfectos, y sobretodo, la disposición para hacer el bien y combatir la injusticia dondequiera que esté.

MIGUEL DE CERVANTES
Don Quijote de la Mancha.
La Colmena no se hace responsable ni se solidariza con las opiniones o conceptos emitidos por los autores de los artículos.

10 de junio de 2019

Argentina. Resumen gremial y social. La destrucción de empleo y la caída de los salarios disparó el trabajo infantil a más del 15%/ Vidal rompió el acuerdo con los docentes y le descontó el día de paro/ Ataques a gente en situación de calle/ Gobierno de salida, Resistencia en alza … (Más información)


Resumen Latinoamericano, 09 de junio  2019.- Una sección informativa de las luchas sindicales del pueblo argentino contra las medidas neoliberales del gobierno de Mauricio Macri. Con información propia y de Mundo Gremial, Info Gremial, Noticias Gremiales, Gremiales del Sur, Corriente Sindical Federal, Canal Abierto, ANRed, Estado de Alerta  y Agencias.
Invitamos a quienes quieran informar sobre despidos, huelgas, ocupaciones, movilizaciones y conflictos sindicales y sociales varios, que nos envíen sus gacetillas y comunicados a resumenrebel@gmail.com


La destrucción de empleo y la caída de los salarios disparó el trabajo infantil a más del 15%

La destrucción de empleo y la caída de los salarios disparó el trabajo infantil a más del 15%
El último año se destruyeron 270 mil puestos de trabajo y el salario perdió en promedio 15 puntos de poder de compra. Cada vez más menores de 17 años tienen que trabajar para ayudar a sus familias.
09/06/2019 22:17:00
La crisis económica que impactó en la destrucción de puestos de trabajo y en la caída de los ingresos de los trabajadores, tuvo una consecuencia secundaria: aumentó la cantidad de menores de 17 años que tienen que trabajar o hacer tareas domésticas intensivas. Este fenómeno afectó, especialmente, a la clase media.
Las últimas estadísticas de empleo reflejaron que, en el último año, se perdieron unos 270.000 puestos de empleo, según el Ministerio de Producción y Trabajo. En paralelo las estimaciones privadas calculan que los salarios perdieron 15 puntos de poder de compra sólo en 2018.
Este contexto tuvo como efecto colateral un incremento en los índices de trabajo infantil, de acuerdo al estudio realizado por el Barómetro de la Deuda Social Infantil de la Universidad Católica Argentina (UCA).
El 15,5% de los niños, niñas o adolescentes menores de 17 años realizan tareas domésticas intensivas -limpiar, lavar, planchar, hacer la comida, cuidar hermanos y hacer compras, mandados, juntar agua, buscar leña- o directamente trabajan, lo que el informe reconoce como «actividades económicas», es decir que «ayuda en un trabajo a un familiar o conocido, o hacen alguna actividad por su cuenta para ganar dinero desempeñándose como empleado o aprendiz», reseña el trabajo que citó TN.
Una característica particular que observó la UCA en su estudio fue que el incremento más claro se dio «en los estratos medios no profesionales y no pobres en términos monetarios». La hipótesis de los investigadores es que lo más probable es que se trate de comercios que no pudieron continuar teniendo un empleado y, para sostener el ritmo de trabajo, tuvo que incluir a las tareas a un hijo o hija.
«Lo novedoso de este incremento reciente del trabajo infantil es que el mismo creció en estrato sociales medios no profesionales y en el interior del país. Los más afectados siguen siendo los adolescentes, las mujeres cuando se trata de trabajo doméstico y los varones cuando son labores para el mercado», apuntó, por otra parte, el Barómetro de la Deuda Social Infantil.


Vidal rompió el acuerdo con los docentes y le descontó el día de paro

Vidal rompió el acuerdo con los docentes y le descontó el día de paro
El titular del Suteba, Roberto Baradel, denunció que «la Provincia no cumple la paritaria acordada» y que realizarán una movilización para que les devuelvan a los docentes los importes descontados.
09/06/2019 00:42:00
Roberto Baradel, secretario general del Sindicato Unificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (SUTEBA), cargó contra la administración de María Eugenia Vidal, al denunciar que la gobernación no cumple correctamente con la liquidación de los aumentos y acuerdos estipulados en las última paritaria docente.
«Hay descalabro en la liquidación de haberes», afirmó Baradel en una conferencia de prensa realizada para dar cuenta de la situación.
El gremialista señaló que «la Provincia no cumple la paritaria acordada» y detalló como uno de los principales problemas el descuento de días de paro, hecho que se había descartado en el reciente acuerdo.
«Hay un enojo muy grande por el maltrato y la liquidación errónea de haberes», aseguró.
«A una docente que está internada desde marzo en Esteban Echevarría le pagaron solamente 1.000 pesos. Hubo descuentos de $3.000, de $5.000, de $7.000», explicó.
Baradel comentó que estaba por viajar a una reunión de la OIT, pero ante la gravedad de la situación, decidió quedarse. También anticipó que preparan una movilización para la semana próxima y que se pidió a la Provincia la devolución de los importes descontados.
«Estamos esperando la respuesta para tomar medidas», anticipó el gremialista.
En la última negociación paritaria, la administración provincial propuso a los maestros aumentos trimestrales en base al índice de inflación oficial junto con un 15,6% en cuotas -una de 5% en abril, y la otra del 10,6%, en agosto- para compensar la pérdida de poder adquisitivo del año pasado y aceptó la devolución de los días de paro siempre que se garantice la recuperación de objetivos y contenidos pedagógicos para resguardar el aprendizaje de los estudiantes.
Ante el reclamo de este viernes, fuentes de la Dirección de Cultura y Educación bonaerense dijeron que se va «a evaluar cada reclamo» que se presente formalmente porque aseguraron que «no hubo descuentos masivos».
Asimismo, señalaron que si se detecta algún descuento que no corresponda, se verá en forma individual si amerita una devolución.

Ataques a gente en situación de calle: la violencia después de la violencia


Foto: Archivo Natalia Bernades/La Retaguardia
Hace unas semanas pudimos observar a través de un video que se viralizó por las redes sociales como una persona se bajaba de un auto para acercarse a una “ranchada” debajo de la General Paz, rociando con nafta un colchón donde dormía una persona, prendiéndolo fuego y luego haciendo lo mismo con otra en el mismo lugar. En  el programa Enredando Las Mañanas de la Red Nacional de Medios Alternativos charlamos con Bruno Moreno, del Centro Cultural Che Cultura quien invitó a la comunidad a juntarse y realizar acciones para reflexionar sobre el hecho.Por RNMA
La situación que tuvo lugar en General Paz, en el barrio de Mataderos, generó conmoción y mucho enojo: un hombre bajó de un auto y roció con nafta a dos personas que estaban durmiendo en la calle. Si pensáramos más profundamente, podríamos hasta preguntarnos si existe o deja de existir la “cultura” como mediadora en esa aberrante y repudiable acción. Lo cierto es que el video se viralizó primero por la redes y después por algunos medios tradicionales.Bruno Moreno, del Centro Cultural y Comunitario Che Cultura, del mismo barrio nos aportó su reflexión ante lo sucedido: “generó una indignación tremenda y a su vez como una parálisis. No hubo una reacción inmediata por un montón de cosas que pasan” A raíz de esto, desde la organización convocaron a una reunión: “esto no puede pasar por alto y por eso estamos convocando a una reunión tanto a organizaciones del barrio y de la comuna 9 (Parque Avellaneda, Liniers y Mataderos) y otras organizaciones que venimos trabajando con la problemática de personas en situación de calle”. En relación a esto último, Bruno contó el recorrido que estuvieron haciendo desde su espacio con los dos censos populares de gente en situación de calle que se han llevado a cabo para de alguna manera mostrar la cantidad de gente -cada vez más- que vive y duerme a la intemperie en la Ciudad de Buenos Aires. “Los que conocen la zona saben que al menos hay 20 personas que paran o viven en la General Paz”. Para él, este lugar en particular en el imaginario social es como un lugar que está en el limbo, que no se sabe si corresponde a Capital o Provincia, y que más allá de esto se tiene que llevar adelante una acción.Moreno explicó los objetivos de la reunión. “Será una reunión abierta para intercambiar opiniones y poder actuar en dos sentidos, por un lado, poder localizar a estos dos compañeros (las personas que casi son quemadas vivas) para poder hacer un acompañamiento en lo médico, en lo legal y en lo psicológico. Por otro lado queremos hacer una lectura política de lo que está pasando. Porque esto viene de un discurso del gobierno, que es el del odio hacia los pobres, a la marginalidad, que tiene sus consecuencias en esto”.Por otro lado agregó también que los comedores de la organización están desbordados de gente y que la situación es cada vez más difícil ante la falta de políticas públicas y de contención a la problemática de la gente en situación de calle y con riesgo de situación de calle.Al día de hoy no se sabe la identidad de las personas agredidas, remarcando aún más el grado de vulneravirilidad en el que viven.La reunión será abierta. Se llevará a cabo el sábado 8 de junio desde las 11 de la mañana en el Espacio Cultural y Comunitario Che Cultura que se encuentra en la calle Alberdi al 4900, esquina Escalada.A días de esta entrevista nos enteramos que detuvieron al agresor. Se llama Damián Calabró, conocido como El Gordo Bubu. Ahora, el juez Pablo Casas decidió aplicarle prisión preventiva. Se lo imputó por el delito de tentativa de homicidio agravado, por el que podría recibir hasta 14 años de cárcel. Aún se desconoce el paradero de la persona que manejaba el coche que fue utilizado para llevar a cabo el hecho, y que se ve de manera clara en el video. Está prófugo y podría ser imputado como coautor del hecho.

La paradoja de empresarios que respaldan un proyecto político que destruye la producción de manufacturas

Industriales contra la industria

Apenas la mitad de la capacidad instalada industrial está en funcionamiento y casi 140 mil puestos de trabajo del sector se perdieron en estos años de economía macrista. Mientras que se quejan de la situación, el establishment industrial reclama más ajuste neoliberal, cuyo saldo es la desindustrialización.
Imagen: REP
La política económica neoliberal tiene como uno de sus previsibles resultados la desindustrialización. El caso argentino ofrece la paradoja de que grupos industriales tienen el gen ortodoxo en la concepción económica, ideología que perjudica al sector en su conjunto. Esta aparente contradicción se puede explicar en que algunos de esos conglomerados terminan consolidándose en las crisis por un proceso de absorción y concentración, mientras que otros terminan vendiendo la empresa si antes no quiebran, destinando gran parte del capital obtenido a la fuga hacia el exterior y otra parte a adquirir campos para volcarse a la actividad primaria exportadora o dedicándose a negocios en el área de servicios. Unos y otros coinciden en ser firmes promotores de las ideas económicas ortodoxas, como las que expresa y despliega el gobierno de Macri, fundamentalmente por una cuestión clasista, aunque sus resultados terminen afectando su propia actividad.
El otro aspecto notable es que, en el proceso de desindustrialización, como el actual, dirigentes industriales son críticos de los efectos negativos sobre el sector, pero son los primeros promotores de ideas neoliberales, como el ajuste regresivo en el gasto público, las reformas laboral y previsional y la eliminación de subsidios a tarifas de servicios públicos. El economista Ricardo Aronskind hizo una precisa descripción al respecto en su cuenta de Twitter: “Muchos empresarios conocen muy bien cómo funciona el sector de actividad de su empresa. Muy pocos empresarios entienden bien cómo funciona la economía del país y cuáles son los motores del desarrollo. Y, como no saben, tienden a creerles a los neoliberales, que les venden seriedad”.

Verdugo

El desarrollo industrial, como el que propone la heterodoxia, con una estructura social alterada por la irrupción del peronismo a mediados del siglo pasado, arrincona a esos empresarios a enfrentarse a una pauta distributiva progresiva que no quieren convalidar. La reacción frente a esa posibilidad es apoyar proyectos políticos desindustrializadores, como lo estuvieron haciendo en estos años con la administración Macri y ahora militando la reelección del verdugo de la industria.
Con esa aparente confusión a cuestas, evalúan que el eventual regreso a la Casa Rosada de una fuerza política que denominan despectivamente “populista” sería un retroceso, y confían entonces en que la alianza Cambiemos habría aprendido de los errores de estos cuatro años y emprendería en su segundo mandato un ajuste que no supo o no quiso hacer, lo que les permitiría recuperarse. Es ingenuidad, ignorancia o simplemente anteojeras ideológicas que, con una subjetividad colonizada por la secta de economistas neoliberales o por fanatismo ideológico, termina legitimando política, económica y socialmente un sendero económico que es devastador para la actividad industrial.
En muy breves períodos políticos, esa fracción del establi­sh- ment ha tolerado políticas heterodoxas, que coincidieron con la necesidad de recomponer su tasa de ganancias muy castigada por la crisis. Así fue en los años posteriores al estallido de la convertibilidad: los cuatro años del mandato de Néstor Kirchner. Cuando se recuperaron y la puja distributiva, alentada por ese gobierno, empezó a cuestionar esos niveles de ganancias restaurados, volvieron a  navegar por el cauce de la ortodoxia.

Hegemonía

La actual crisis de la economía macrista debería impulsar al mundo industrial a repetir el comportamiento de esa primera etapa del kirchnerismo, de acuerdo a los abultados resultados negativos que reflejan balances de grandes grupos industriales. Sin embargo, pese a las tensiones existentes al interior del poder económico, no está habiendo esa reacción en forma tan clara y, por el contrario, muchos de ellos han reafirmado en estas semanas el apoyo a la fuerza política que con su gestión de la economía le ha provocado importantes quebrantos. Pérdidas generadas por la megadevaluación, que ha aumentado en forma sustancial la carga financiera por la deuda en dólares acumulada, y por la destrucción del mercado interno, que ha significado una brusca caída en las ventas.
El Grupo Clarín, como conglomerado económico, no simplemente como un diario, lidera ese posicionamiento del establish-ment, que no manifiesta mucha resistencia frente al industricidio. Ejerce la hegemonía al interior de la fracción del capital de origen local, con cada vez menos competidores arrastrando al conjunto hacia su cosmovisión política y económica. La decisión estratégica de los accionistas de Clarín es entendible en función a su propio negocio, puesto que se ha consolidado en el sector servicios de telecomunicaciones al absorber Telecom (Internet, tv por cable y telefonía, además de productora de contenidos periodísticos). La fase descendente del ciclo económico no lo afecta tanto en el nivel de actividad –vale tener en cuenta que ejerce posición dominante–, y sólo el descontrol financiero del macrismo que derivó en una megadevaluación lo impactó en el renglón de la cuenta financiera del balance por la deuda en dólares contraída.
El proyecto desarrollista, que implicaba fortalecer la base industrial del país y del que fue promotor en la década del ‘60 y ‘70, hoy no es necesario para el plan de negocios del Grupo Clarín. El neoliberal, con predominio de las finanzas internacionales y crecimiento de los servicios, encaja en su propia estrategia de expansión. Supone, de acuerdo a lo que expone diariamente a través de sus diversos canales de expresión, que estaría en riesgo en un gobierno “populista”. Por eso, además de la venganza por el atrevimiento de CFK de impulsar la ley de medios cuyo objetivo era desmonopolizar, el fomento de la grieta, con un elevado grado de violencia simbólica, forma parte de la base de su esquema de negocio. Exacerbación que lanza a la sociedad a una especie de “guerra civil” de baja intensidad, donde se repudia y pretende suprimir cualquier expresión política, social y cultural asociada con la letra K.

Lectura

En estas circunstancias críticas, por la debacle de la economía macrista, predominio de la concepción ortodoxa, el acelerado proceso de desindustrialización y la consiguiente modificación de la estructura del poder económico, es muy útil retomar lecturas de textos de Jorge Schvarzer, uno de los más lúcidos estudiosos del proceso industrial y de desarrollo argentino. En uno de ellos, “La industria argentina en la tormenta de los ‘90”, afirma que “el discurso antiindustrialista caló muy hondo en los empresarios locales, que perdieron su imagen autoasignada de dignidad”.
Schvarzer apunta que en el imaginario social, la industria pasó a convertirse en culpable de los problemas argentinos y comenzó a ser vista como proveedora de bienes de baja calidad, cuyos precios se mantenían elevados pese a los abultados subsidios recibidos. Para sentenciar que esa perspectiva afecta el comportamiento de los empresarios; el contexto social hostil a su actividad repercute en actitudes y políticas públicas en el sentido inverso al que observaba Ger­shenkron como elemento dinámico del progreso.
La referencia a este economista ruso, crítico del marxismo, que en la década del ‘20 del siglo pasado se fue a Suiza y luego a Estados Unidos, se debe a que su principal contribución a la economía fue la elaboración de un modelo de desarrollo económico tardío. Sería el caso argentino. La hipótesis central de Gershenkron es que el atraso económico relativo puede jugar un papel positivo dado que induce a la sustitución sistemática de los supuestos prerrequisitos para el crecimiento industrial. O sea, se generan condiciones para saltar etapas tradicionales del desarrollo. Para ello, la intervención estatal puede compensar la inadecuada oferta de capital, trabajo calificado, capacidad empresarial y tecnológica.
En línea con ese razonamiento, el predominio de las ideas de la ortodoxia en el mundo empresario argentino fue un obstáculo para aceptar un Estado intervencionista para avanzar y saltar etapas del desarrollo. Se abriría esa oportunidad con un cambio de gobierno de signo político diferente al actual.
Schvarzer menciona que varios grupos que habían experimentado un rápido crecimiento como industriales, merced al impacto de las políticas de promoción, tendieron a reconvertirse hacia las actividades de servicios. Señala que a medida que los intereses de esos grupos se diversifican, se reduce el peso de la actividad productiva en el conjunto de sus negocios en beneficio de aquellos más ligados a prestaciones de carácter monopólico o bien dirigido a atender la demanda más o menos cautiva de sectores de altos ingresos. Dice además que “las fábricas subsisten pero ya no ocupan el centro de atención de sus propietarios; están más interesados en otras actividades alejadas de la producción”. Para luego realizar una aguda observación: “Resulta sugerente en este sentido el espacio que dedican las revistas locales de economía y negocios a relatar la historia de nuevos empresarios, que crecen y se enriquecen en actividades no fabriles, y hasta directamente opuestas a la industria -como la importación- frente al escaso o nulo interés dedicado a situaciones –poco visibles, si las hay– de empresas industriales exitosas”.

Una elite antiindustrial

En noviembre de 2017, la industria utilizaba en promedio el 69,2 por ciento de su capacidad instalada. Fue el valor más elevado del ciclo neoliberal iniciado en diciembre de 2015 con el gobierno de Mauricio Macri. El último dato oficial proporcionado por el Indec muestra que ese indicador ha descendido a 57,7 por ciento. Esa diferencia de 11,5 puntos porcentuales es reflejo de la desindustrialización macrista. Este saldo se reconoce en la política neoliberal aplicada en estos años: apertura importadora, tarifazos, tasas de interés reales altísimas, orgía financiera de endeudamiento externo, megadevaluación, reducción del ingreso disponible en la mayoría de la población y la consiguiente depresión del mercado interno, más la desarticulación de regímenes de promoción vía impositiva y/o financiera y el desfinanciamiento de organismos del Estado vinculados al apoyo técnico a la industria como el INTI.
Pese a que fue escrito pensando el largo ciclo neoliberal iniciado a mediados de los setenta y que estalló en el 2001, ese texto de Schvarzer encaja a la perfección con el actual proceso de desindustrialización. Dice que la evolución de estos años (se refiere a los noventa) sólo puede explicarse por una combinación de factores ideológicos, económicos y sociales que llevaron a este resultado. Indica que no todas esas causas tienen la misma importancia pero su suma resultó un obstáculo formidable en el camino de la industria. Para explicar que una primera causa es la añoranza de la clase alta tradicional por el pasado de riqueza que el país gozó durante el largo periodo de explotación de las ventajas comparativas del área agropecuaria. Señala que ese grupo social no aceptó nunca, y tampoco puede imaginar, que tal riqueza provenía de la prodigalidad de la naturaleza mucho más que de la presunta habilidad de sus ancestros. En cambio cree con firmeza que debe volverse al sistema que imagina como de economía abierta, exportación de productos primarios e importación de bienes industriales, aunque acepte con tono moderno ciertas modificaciones menores al modelo extremo. “La apelación continua a ese pasado imaginado como glorioso cimenta sus convicciones y afirma su unidad social”, sentencia Schvarzer.
Como si estuviera presente y hablara de la economía macrista, afirma que “ese proceso llevó a que la industria quedara huérfana de sus antiguos soportes; hoy no tiene protección del mercado interno, ni promoción oficial, ni ningún sistema de incentivos a sus proyectos y actividades. El ajuste, más la decisión de modificar de raíz la economía argentina, dejó poco o nada en pie de la antigua estructura; en lugar de corregir y adecuar la función de un sistema que no cumplía bien su función, se optó por eliminarlo”.
Acelerar la desindustrialización es la propuesta de Macri para su segundo mandato, que se deriva de su promesa de profundizar el actual ajuste ortodoxo. Ajuste que sería caótico porque se aplicaría en un escenario de crisis de la deuda y elevada inflación, ambos factores que se realimentan mutuamente. Es el proyecto de país que, por ahora, apoya un sector relevante del establishment industrial. La evidencia de los costos elevados de este sonoro derrumbe puede que lo induzca a modificar el aval al industricidio.


GOBIERNO DE SALIDA, RESISTENCIA EN ALZA

La crisis imparable precipita los acontecimientos y las luchas gremiales se incrementan
Imagen principal: la policía contra los laburantes de Sierras Blancas. Según uno de los 
representantes de los desocupados no estaban armados. Foto: Leo Petricio. Diario Río Negro.

Según datos del Ministerio de Producción y Trabajo de marzo del 2019, se perdieron en el último año 268.000 puestos de trabajo. La crisis imparable va precipitando los acontecimientos. Los pequeños y medianos empresarios están atados a la suerte de sus empresas y trabajadores, mientras que los grandes capitalistas apuestan en la timba financiera y lloran en busca de Procedimientos Preventivos de Crisis (PPC). Baste ver el ejemplo del CEO de la metalúrgica Aluar, Javier Madanes Quintanilla. Según relató al diario digital Infobae, en abril esa fábrica de aluminio colocó 150 millones de dólares al 6,7% de interés. Al referirse a la otra gran empresa del grupo, su semblante cambió y se puso serio. La producción de neumáticos se destina en un 70% al mercado local y acusa el rigor de la baja en la demanda automotriz, por lo que Fate solicitó un PPC. Los beneficios de la bicicleta financiera son para ellos y la crisis la pagan los trabajadores, con el 20% del plantel en la calle por reducción de turnos. El acuerdo con el sindicato (SUTNA, neumático), que se opone por principios, terminó sometido a esa realidad frente los hechos consumados. Madanes recalcó que no quiere volver al kirchnerismo, pero tampoco a lo que hace Macri. Interesante dilema el de los ricos que ganaron más dinero con el populismo que con el gobierno de los CEOs.
La semana arrancó con la quinta marcha de “Ni una menos”. En las principales ciudades del país se congregaron mujeres de todas las edades con prevalencia de las más jóvenes bajo la consigna de “Ni una menos, vivas nos queremos”, dejando la imagen de un movimiento tan masivo como incluyente y carente de liderazgos públicos que las represente. El movimiento de mujeres, que realizó al comienzo del gobierno de Raúl Alfonsín su primer encuentro nacional (ya son 34 encuentros anuales), está en el origen de todas las luchas por la igualdad de géneros. Su fortaleza radica en la horizontalidad y los consensos, ya que no utiliza votaciones para aprobar los acuerdos y ha demostrado un avance sostenido y creciente en el tiempo. Cinco marchas contra los femicidios y masivas concentraciones a favor de la legalización del aborto dan cuenta de una etapa de la historia donde la movilización popular determina los rumbos.

Quinta marcha de “Ni una Menos”.  FOTO: TELAM

En otros tiempos fue el sindicalismo el que convocaba y centralizaba la lucha callejera. Hoy ese espacio está compartido con las mujeres, los movimientos de derechos humanos y los movimientos sociales. Las dirigencias sindicales obviaron recordar que los desaparecidos eran parte de su historia, que las mujeres son también trabajadoras y que los movimientos sociales aglutinan laburantes desocupados. El desafío de esa articulación desde el movimiento obrero espera a los nuevos dirigentes que están surgiendo al calor de las luchas del presente.
Justificado por la caída de las ventas se realizó un acuerdo a la baja entre Renault y la seccional cordobesa del Sindicato de Mecánicos y Afines del Transporte Automotor (SMATA), para “proteger la fuente laboral y minimizar las pérdidas económicas”. Se acordó la reducción de la jornada laboral a seis horas y habrá una rebaja de salarios (al 70% del nivel actual) hasta el 31 de marzo de 2020. Se prevén suspensiones temporales y adelantos de vacaciones. Renault mantendrá los 1.500 puestos de trabajo de la planta Nissan en Santa Isabel. El acuerdo forma parte de su política empresaria tras la caída de varios proyectos del polo de fabricación de pickups inaugurado en 2015. El gobierno y las empresas buscan acuerdos similares con metalmecánicas también afectadas por la baja del consumo. Rubén Urbano, secretario general de la seccional Córdoba de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) negó su acuerdo para convenios similares al de los mecánicos. “El salario no alcanza y es imposible recortar”, señaló Urbano y advirtió que ante cada PPC presentado por las empresas, su gremio se plantará a discutir si la crisis es real o es una simulación para bajar costos.
Otro antecedente flexibilizador impulsado por Cambiemos es el de febrero de este año en la industria metalúrgica de Tierra del Fuego. El secretario general de la UOM de Río Grande (también diputado nacional), Oscar Martínez, señaló que el sindicato debió asimilar ese duro golpe porque no quedaban alternativas. Calificó de “extorsión del gobierno nacional” al convenio firmado para reducir los ingresos en un 30% en el sector metalúrgico de Tierra del Fuego hasta junio de 2020. “Es como el chiste del prisionero que le dicen que lo van a matar si no acepta el dunga-dunga y bueno, tuvimos que aceptar el dunga-dunga”, señaló Martínez. En todo el país empresas con siderales facturaciones y ganancias a nivel global, de Carrefour a Coca-Cola, de Volkswagen a Pepsico, solicitan el PPC para ajustar su plantilla laboral con despidos de bajo costo, al uso del precursor Armando Cavalieri (comercio, SEC), en abril de 2018, que fuera denunciado por la oposición de su propio gremio por la maniobra inconstitucional.
La flexibilización del convenio petrolero para Vaca Muerta es un hecho que carga con la maldición temprana de ocho muertes desde su rúbrica. Jubilación anticipada, reubicación de trabajadores, operaciones simultáneas en yacimiento, montaje y desmontaje en horario nocturno, nuevos mecanismos de control para reducir ausentismo; las cuadrillas pueden estar incompletas, modificación de la jornada laboral. Ya no se contarán como parte de esa jornada las horas de descanso y las horas de viaje hasta el yacimiento.
En ese marco, la pelea donde usan a los necesitados de puestos de trabajo en Vaca Muerta ha llegado a extremos de violencia sin límite. Varios medios provinciales del Neuquén dieron a conocer la pelea entre matones sindicales que llevó esta semana a una balacera de 50 disparos y al menos cinco heridos, con un delegado herido de gravedad por un tiro en la cabeza. Sucedió el miércoles en Sierras Blancas, cuando de las camionetas descendieron unas 20 personas armadas y arremetieron contra los trabajadores que se encontraban en el obrador de la contratista. Como saldo de la agresión, además de los heridos, quedaron los daños al auto del delegado y orificios de disparos en algunos camiones. Según el diario Río Negro, las facciones del sindicato, Víctor Carcar por un lado y Juan Carlos Levi por el otro, están detrás del tiroteo, pero ellos se desvincularon del hecho y Carcar hasta desconoció que hubiera “sectores” dentro de UOCRA y pidió que “la justicia actúe en consecuencia”. Sospechosamente, el silencio de radio cubrió la noticia en el resto del país.
En la década menemista, como culminación de las leyes de flexibilización laboral, se modificaron por goteo gran parte de los convenios colectivos de trabajo, liquidando una de las grandes conquistas logradas con los convenios de los años ’70. En el neoliberalismo la precarización aumentó mediante la tercerización, con el lema “bajar los costos laborales: ser más flexibles para ser más competitivos”. El gobierno actual intentó sin suerte avanzar en leyes y regulaciones para asegurar las ganancias de las empresas. La Argentina siempre ha tenido un alto porcentaje de sindicalización en relación al resto del mundo. Por eso las políticas laborales de este gobierno tienen el claro objetivo de destruir a las organizaciones sindicales y demonizar a sus dirigentes. Un clima laboral de época nefasto y muy complicado.
Tras el sexto paro general en la gestión de Macri, los dirigentes sindicales aparecen como encargados de defender los ingresos de los trabajadores inscriptos. Esas tareas siguen delegadas en sindicalistas profesionales. Algunos son apreciados por sus bases por todo lo obtenido con sus acuerdos colectivos, aunque el resto de los trabajadores —incluidos los cinco millones de trabajadores de la economía informal, hijos no reconocidos de las relaciones laborales clandestinas—  no los valoran por sospechas de corrupción, kilométricos mandatos que a veces llegan a medio siglo, y tienden a desconfiar de ellos por no tener en cuenta a los excluidos o por ser poco democráticos.
En el marco desolador de cierres y despidos a diestra y siniestra, resulta emblemático el cierre de la metalúrgica Eitar, de Quilmes Oeste, que dejó a 240 personas sin pagar aguinaldo, vacaciones y salarios. Los empresarios se fugaron una noche de mayo tras retirar las computadoras con toda la información económica y productiva de la firma. Tras la apertura de importaciones y la caída vertical del consumo, el detonante de la crisis fue un reclamo de la AFIP en febrero, que aceleró la quiebra sin considerar al personal dependiente. Una pequeña muestra de un Estado que no tiene una política de empleo para proteger al trabajador. Los fugitivos escaparon dejando atrás el discurso de “somos una gran familia”. Después de tener 400 empleados, tres turnos y horas extras en 2015, se llegó a la situación actual de trabajadores sobreviviendo del trueque y la olla popular y venta de pequeñas comidas tras años de suspensiones, sin atención médica y deudas de aportes patronales. La UOM de Quilmes respalda la solicitud ante el INAES de formar una cooperativa para continuar la producción. (foto)

Eitar: Los dueños dejaron atrás la idea de “gran familia” y se fugaron.

Como síntesis desoladora del fracaso de la gestión industrial macrista podemos tomar el despido de 38 laburantes de Pelopincho, fábrica de las piletas de San Luis, dueña de los mejores momentos del verano en los fondos de las casas obreras de todo el país durante los días sin vacaciones en Miami ni San Clemente. Los chicos, de duelo. Los padres y madres, que viajamos como ganado en el tren o los colectivos sin aire, pensamos angustiados en la vuelta a producir.
El paradigma de la ilegalidad declarada es el siniestro jefe de la propaganda en medios estatales, Hernán Lombardi, quien echó a 357 trabajadores de Télam en 2018 y recibió 241 cautelares en contra. Su reforma laboral pretende la derogación del Estatuto del Periodista, la eliminación de la jornada de 6 horas, el cierre de corresponsalías en el interior y la clausura de los controles sobre la pauta publicitaria. La resistencia se extendió durante 119 días de huelga donde los funcionarios se borraron (hasta hoy no aparecen por las oficinas de Télam). En las vísperas de la conmemoración del Día del Periodista, Lombardi forzó una modificación del reglamento de toda la Justicia Nacional al sólo efecto de despojar a los jueces de la sala V de las causas favorables a los trabajadores. Los camaristas escuchan al candidato Alberto Fernández, quien prometió “poner a Télam de pie”. Cualquier fallo adverso quedará agarrado con alfileres a la decisión política del Estado y el nuevo gobierno. Las trabajadoras y trabajadores de Télam iniciaron un “acampe permanente” frente a la Cámara del Trabajo, a la expectativa de nuevas medidas mientras Lombardi busca sin suerte generar un clima de intimidación policial.
La consecuencias del experimento patronal macrista se sienten en carne viva y lo pagan los viejos, los niños y los que resisten el ajuste, como el caso de Daniel Ruiz, congresal petrolero de Comodoro Rivadavia preso por las protestas durante el debate para imponer la reforma previsional. “Comodoro” Ruiz es un preso ejemplar en pabellón común, rehén a cuenta de la detención del militante rosarino que con una bazuka de utilería agarrada con cinta arrojaba las habituales bombas de estruendo. Sufren también la represión los trabajadores afiliados a Sanidad de Craveri, acampados en la puerta del laboratorio en Devoto, que reclaman por el incumplimiento patronal a la conciliación obligatoria, ya que persiste en los despidos de cerca del 20% de su plantilla. Cada vez que puede, la Policía de la Ciudad demora a los delegados de forma intimidatoria pero el acampe sigue. Una pelea ejemplar bancada por los vecinos del barrio.
Aunque su gobierno esté de salida, Cambiemos procura avanzar como lo hizo en toda su gestión hacia una mayor precarización en los empleos. La suba de la desocupación favorece la flexibilización y pone a los trabajadores en la disyuntiva de resignar derechos adquiridos para conservar el trabajo. La embajada y el FMI, los grandes medios, la elite financiera, las energéticas y las patronales del campo siguen jugados por Macri y no hay que subestimarlos. Los intentos de quebrar la acción sindical han fracasado, como puede verse con los docentes y los aeronáuticos. La derrota social que necesitaban para la implementar el ajuste está en veremos. El corto período que falta para llegar al traspaso del gobierno amenaza con ser cada vez peor para los trabajadores. Aguantemos, que vendrán tiempos mejores.


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(II) La revolucion so sera transmitida

(III) La Revolucion no sera transmitida

(IV) La Revolucion no sera transmitida

(V) La Revolucion no sera transmitida

(VI) La Revolucion no sera transmitida

(VII) La revolucion no sera transmitida

(VIII) La Revolucion no sera transmitida

Narcotrafico SA

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