Está
sucediendo en todas partes en 2019. Los haitianos se están rebelando
contra un sistema político corrupto y su presidente Jovenel Moïse, a
quien muchos ven como un títere cleptocrático estadounidense. En Ecuador, grandes manifestaciones públicas lograron obligar al presidente Lenín Moreno a dar marcha atrás en su paquete neoliberal respaldado por el FMI que habría reducido drásticamente el gasto público y aumentado los precios del transporte.
Mientras
tanto, la frustración popular chilena en la administración conservadora
de Piñera se convirtió en protestas masivas que fueron inmediatamente
enfentadas con la fuerza. "Estamos en guerra", anunció el presidente Sebastián Piñera, haciéndose eco de la infame frase del ex dictador fascista Augusto Pinochet. Piñera afirmó
que los responsables de resistirse violentamente a él "iban a pagar sus
actos", mientras ordenaba a los tanques avanzar a través de Santiago.
(Véase FAIR.org, 10/23/19.)
Enormes manifestaciones antigubernamentales en curso también están afectando a Líbano, Cataluña y el Reino Unido.
PBS NewsHour (10/5/19)
Sin
embargo, las acciones que han recibido la mayor atención en los medios
corporativos son las de Hong Kong, donde estallaron manifestaciones en
respuesta a una propuesta de acuerdo de extradición con el gobierno
central chino que los opositores consideraron que socavaría la
libertades y el estatus semiautónomo de Hong Kong. Por ejemplo, una
búsqueda de "protestas en Hong Kong" el 25 de octubre de 2019, arroja 282 respuestas en el último mes en el New York Times, en comparación con 20 para "protestas en Chile", 43 para Ecuador y 16 para Haití. La cobertura desigual es aún más pronunciada en Fox News, donde hubo 70 resultados para Hong Kong durante el mismo período y cuatro, dos y tres para Chile, Ecuador y Haití, respectivamente.
Esta
disparidad no puede explicarse debido al tamaño o importancia de las
protestas, el número de víctimas o la respuesta de las autoridades. Dieciocho personas murieron durante las protestas en curso en Haití, 19 (y en aumento) en Chile, mientras que en Ecuador, los manifestantes capturaron a más de 50 soldados que habían sido enviados cuando Moreno contundentemente declaró la ley marcial.
En contraste, nadie ha sido asesinado en Hong Kong, ni se ha llamado al ejército, y Beijing expresó su plena confianza en las autoridades locales para manejar el pleito. El gobierno chileno anunció que había arrestado a más de 5.400 personas
en solo una semana de protestas, una cifra que duplica el número de
detenidos en meses de manifestaciones en Hong Kong (Bloomberg, 10/4/19). Además, las redes sociales han estado inundadas de imágenes y videos de la represión de las protestas en todo el mundo.
Una
forma de entender por qué los medios de comunicación están obsesionados
con Hong Kong y menos interesados en los demás es ver quién está
protestando y por qué.
Víctimas dignas e indignas
Hace más de 30 años, en su libro "Los guardianes de la libertad" (Manufacturing Consent: The Political Economy of the Mass Media,
como título original) , Edward Herman y Noam Chomsky desarrollaron su
teoría de víctimas dignas frente a indignas para explicar por qué los
medios corporativos cubren ciertas historias y por qué otras se
descartan. Compararon la cobertura mediática de un solo sacerdote
asesinado en un estado enemigo (Polonia comunista) con el de más de 100
mártires religiosos, incluidos algunos ciudadanos estadounidenses,
asesinados en estados clientes centroamericanos durante un período de
dos décadas. Descubrieron que el New York Times, Time, Newsweek y CBS
News no solo dedicaron más cobertura al asesinato del sacerdote, sino
que el tono de la cobertura fue muy diferente: Al cubrir el asesinato
del padre Jerzy Popieluszko, los medios expresaron indignación,
exigieron justicia y condenaron la barbarie del comunismo. Por otro
lado, los asesinatos de figuras religiosas en América Central por parte
de grupos gubernamentales pro-estadounidenses fueron reportados de una
manera factual, con poca indignación retórica.
New York Times (8/14/19
En
otras palabras, cuando los enemigos oficiales pueden ser presentados
como malvados y los aliados como víctimas empáticas, los medios
corporativos estarán muy interesados en una historia. Por el contrario,
mostrarán mucho menos entusiasmo por una historia cuando las personas
"equivocadas" sean los villanos o las víctimas.
Sobre Hong Kong, el New York Times publicó tres editoriales (6/10/19, 8/14/19, 10/1/19),
cada uno elogiando al "pueblo de mentalidad democrática" que lucha por
limitar "el gobierno represivo de los chinos Comunistas", condenando la
respuesta comunista como evidencia del "paternalismo brutal y atrasado
de ese sistema", en el que China "equipara la grandeza con el poder y la
disidencia con la traición". Hong Kong, por otro lado, gracias a la
bendición de ser una ex colonia británica, había adquirido "una cultura
política occidental de democracia, derechos humanos, libertad de
expresión y pensamiento independiente" (El New York Times no ha
publicado ningún editorial sobre las otras protestas).
El
New York Times también ridiculizó la idea de que las "fuerzas
extranjeras" (es decir, el gobierno de EE. UU.) podrían estar influyendo
en las protestas, calificándola de una "patraña" utilizada por el
gobierno comunista. Sin embargo, el Fondo Nacional para la Democracia
(NED) de los Estados Unidos ha invertido oficialmente, desde el 2014, más de $ 22 millones
en "identificar nuevas vías para la democracia y la reforma política”
en Hong Kong o China. Los editoriales del New York Times no mencionaron
esta financiación ya que sería una complicación para su desestimación
como un “chisme” de la participación extranjera en las protestas de Hong
Kong.
Sin embargo, los medios (por ejemplo, Voice of America, 10/11/19; Miami Herald, 10/9/19; Reuters, 10/9/19)
se están tomando en serio la acusación de que las protestas
ecuatorianas son, de hecho, dirigidas desde extranjero por el presidente
Nicolás Maduro de Venezuela, con The Guardian (10/8/19)
yendo tan lejos para describir a los ecuatorianos no como personas “de
mentalidad democrática", sino “alborotadores", una etiqueta que no
aparece en relación con Hong Kong, excepto como una acusación
proveniente de los funcionarios chinos (Time, 10/2/19; CNN, 10/22/19),
quienes están casi universalmente condenados en las coberturas como que
son parte de una "dictadura" represiva (New York Times, 8/29/19).
En
los casos de las protestas menos cubiertas, las personas "equivocadas"
protestan y los gobiernos "equivocados" reprimen. Como señaló el
Washington Post (14/10/19) sobre Haití:
Un
factor que mantiene a Moïse en el poder es el apoyo de los Estados
Unidos. Los funcionarios estadounidenses han sido parcos en sus
comentarios públicos sobre las protestas.
Sobre Ecuador, el Departamento de Estado ha sido más comunicativo, emitiendo un respaldo completo al paquete de austeridad neoliberal de Moreno:
Estados
Unidos apoya los esfuerzos del presidente Moreno y del gobierno de
Ecuador para institucionalizar las prácticas democráticas e implementar
las reformas económicas necesarias ... Continuaremos trabajando en
asociación con el presidente Moreno en apoyo de la democracia, la
prosperidad y la seguridad.
En
otras palabras, no espere editoriales enojados que denuncien estados
clientes de Estados Unidos como Haití o Ecuador, o argumenten que la
represión del gobierno chileno de su movimiento de protesta muestra la
bancarrota moral del capitalismo. De hecho, los medios corporativos (por
ejemplo, Guardian, 10/10/19; CNN, 8/10/19; USA Today, 10/10/19)
enfatizaron la violencia de los manifestantes ecuatorianos mientras
restaba importancia a la de Hong Kong, —el New York Times (6/30/19)
incluso inventó la frase "no violencia agresiva" para describir las
acciones de los manifestantes de Hong Kong, tan ansioso estaba por
enmarcar las manifestaciones contra China como incuestionablemente
loables.
Los
movimientos de protesta que interesan a los medios corporativos tienen
poco que ver con su rectitud o popularidad, y mucho más con quienes
están protestando. Si están luchando contra el poder corporativo o la
corrupción en un estado cliente de EE. UU., no espere que aparezcan
muchas cámaras de televisión; esa revolución rara vez es televisada.
(Traducción para La pupila insomne: Juan Alfonso Fernández González)
|
|