
Por Barry Sheppard, Resumen Latinoamericano, 28 de julio de 2020.
Mientras que agentes federales anónimos continúan su campaña de ataques violentos e ilegales contra los manifestantes de Black Lives Matter (BLM) en Portland, Oregón, provocando una reacción cada vez más firme, el presidente Trump declaró que enviará más agentes federales a otras ciudades para sembrar el caos.
Tras la caída en las encuestas, debido en parte a su completo fracaso en lo referente al coronavirus, Trump busca desviar la atención de este incumplimiento y reforzar su estatura como autócrata fuerte capaz de aplastar el levantamiento de BLM soltando matones sin uniforme contra manifestantes que son en su mayoría pacíficos.
Trump habla de diferentes ciudades del país como si estuvieran fuera de control debido a la ola de protestas que estalló después del asesinato de George Floyd a manos de la policía el 25 de mayo de 2020. Afirma que los manifestantes no son manifestantes, sino “anarquistas que odian a América”.
“Voy a hacer algo, puedo asegurárselos”, dijo Trump a los periodistas. “Porque no vamos a dejar que Nueva York y Chicago y Detroit y Baltimore y todas esas, y Oakland es un desastre. No vamos a dejar que eso suceda en nuestro país. Todas (esas ciudades) están dirigidas por los demócratas liberales”.
Continuó diciendo: “De hecho, todas están dirigidas por demócratas muy liberales. Todas están gobernadas, en realidad, por la izquierda radical”.
En Portland, varias escenas de agentes golpeando a los manifestantes con porras fueron grabadas, otras en las que se los ve disparando grandes cantidades de granadas de gas lacrimógeno así como otro tipo de proyectiles menos peligrosos.
Un manifestante, que sostenía un megáfono para transmitir un discurso, fue alcanzado en la cabeza por uno de esos proyectiles. Tuvo fractura de cráneo, y debió ser operado.
Un veterano de la Marina vino a las manifestaciones alarmado por lo que esos agentes federales estaban haciendo. Se puso la camiseta y la boina de la marina para identificarse como un militar retirado, pensando que de esta manera los agentes no lo atacarían. Quería dialogar con ellos, pero recibió una avalancha de golpes y spray lacrimógeno. Le fracturaron una mano.
Otros agentes, en furgonetas sin identificación, detenían a la gente en la calle; las personas detenidas no sabían si estaban siendo secuestradas por bandas de derecha, que a menudo se disfrazan para ese tipo de operaciones. Recordemos que en Portland han actuado grupos racistas como los “Proud Boys”. En 2017, poco después de que Trump asumiera el cargo, un partidario de la “Alt-Right” trató de matar a dos adolescentes negros en el transporte público, pero fue detenido por unos ciudadanos blancos. Entonces, el supremacista blanco atacó con su cuchillo a quienes había evitado que matara a los dos jóvenes negros, matando a dos personas.
Los manifestantes detenidos por los agentes sin uniforme fueron llevados a un tribunal federal, interrogados y liberados después de unas horas sin explicaciones ni cargos contra ellos. Era sólo para aterrorizarlos e intimidarlos.
Antes de la llegada de los federales a Portland, las protestas se habían calmado en gran medida, como también en otras ciudades. Desde entonces, han recobrado fuerza. El fin de semana pasado, un grupo de madres de manifestantes formaron lo que se llama desde entonces un “Muro de las Madres” (Wall of Moms) para proteger a los jóvenes y adolescentes de los matones uniformados.
Una de las “Mamás” entrevistadas declaró: “Sus procedimientos son aterradores”, en referencia a los agentes federales. “Quiero decir que nosotros, como partidarios de la democracia, debemos hacerles frente. Tengo 60 años. Probablemente no debería estar aquí, en medio del público (por el virus). Pero esto va mucho más allá de lo aceptable”.
Los representantes demócratas, desde el gobernador de Oregón hasta el alcalde de Portland, exigen en vano el retiro y revocación de los agentes federales. Pero recordemos que el movimiento protestaba contra esos mismos funcionarios y contra la policía antes de que llegaran los agentes federales.
Lilith Sinclair, una organizadora afro-indígena, habló el 21 de julio en el sitio de TV online de Democracy Now. Unos fragmentos de su discurso, ligeramente modificados:
“Es difícil concebir la dimensión profunda de lo que hemos protagonizado en las calles de Portland. Este movimiento comenzó con una madre soltera negra que salió a la calle llamando a ocupar el palacio de justicia federal para exigir un cambio. Luego, este movimiento se convirtió en un expresión de miles de personas que logró unir aquí a muchos de nuestros ciudadanos”.
“Hemos visto una escalada represiva continua contra nuestros manifestantes. Pero lo que es importante entender es que nos hemos estado enfrentando a una brutalidad policial grave por parte de nuestras fuerzas policiales locales durante años”.
“Lo que vivimos comenzó con ‘nuestras’ fuerzas policiales locales que utilizaron no sólo tácticas de intimidación, sino también la brutalidad contra nuestros manifestantes. Tenemos oficiales que usan granadas de flash bang repetidamente”. (Esas granadas aturden y desorientan a la gente, con un fuerte ruido y un destello de luz enceguecedor. Son responsables de manos y dedos amputados, de ataques cardíacos y de algunas muertes).
“También han utilizado gas CS (o-clorobenzilideno malononitrilo, que provoca irritación, ceguera temporaria, lagrimeo) y otras municiones – gas lacrimógeno, balas de gas pimienta y similares. Se trata de una acción a largo plazo con una fuerza policial militarizada. La intervención de los agentes federales la ha intensificado”.
“Estamos asistiendo a desapariciones. Estos vehículos sin identificación que vemos en las calles están llenos de hombres uniformados, sin placas, sin documentos de identidad. Incluso se niegan a responder a la pregunta: ‘¿Es usted o no es un agente de las fuerzas del orden?’. Y la población de Portland no está sólo preocupada por su seguridad, sino que piensa que nuestra lucha es justificada”.
“Y esto está sucediendo durante una pandemia sanitaria mundial con una voluntad oficial de terminar con el confinamiento no sólo por parte de los republicanos sino también de los demócratas. En Oregón, la reapertura tuvo lugar, la gente puede constatar ahora, semanas después, el aumento de los casos de contagio; y están siendo de nuevo despedidos de sus trabajos, una vez más excluidos del sistema de desempleo”.
“La gente necesita tiempo para entender las fallas de este sistema capitalista de supremacía blanca. No tiene nada, pero tiene tiempo por delante. Por eso el movimiento sigue creciendo. Vimos salir a las madres. Anoche fue la “barrera de los padres”, mucha gente sorprendente, que vino a la ciudad después de haber visto cómo los manifestantes eran brutalmente reprimidos todas las noches”.
“Por las noches nos invade el terror. Al otro extremo de la ciudad, no podemos dormir por las explosiones de las granadas flash bangs, y de gas lacrimógeno en toda la ciudad. Eso afecta a nuestra comunidad de personas sin techo, afecta a nuestros barrios”.
“Las autoridades estatales y locales no han reaccionado, sólo han hecho declaraciones bienintencionadas (pidiendo que se vayan los agentes federales), lo que provoca un sentimiento legítimo de frustración y de rabia y da más fuerza a las protestas”.
En los próximos días, si Trump lleva a cabo su amenaza de enviar más agentes federales a más ciudades, veremos cuál será la reacción.
Fuente: Kaos en la red
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