Por ALBA Movimientos Venezuela, Resumen Latinoamericano, 3 de mayo de 2021.
La oligarquía neogranadina y su Estado paramilitar pretenden salvar a punta de sangre su fracasado proyecto neoliberal de guerra. Para ello pretenden imponer una reforma tributaria que les permita: 1) Exprimir a los pobres a través de más impuestos en el contexto de +72 mil muertes por Covid, desempleo e informalidad rampante y abandono de los campesinos. 2) Eximir a los ricos, al capital transnacional y la Iglesia de su contribución tributaria. 3) Salvaguardar el presupuesto militar para mantener la política de control territorial, la política antipopular y la estrategia de contrainsurgencia. 4) Blindar el modelo de desarrollo neoliberal sostenido en la concentración de la propiedad de la tierra, la inversión pública en infraestructura para atraer el capital transnacional y la acumulación por desposesión.
Frente a una reforma que fija los impuestos más altos de la región (19%) en un país con servicios privatizados y salud, educación y vivienda muy lejos de la mayoría, la respuesta ha sido contundente: el pueblo salió a la calle contra la reforma y contra el mal gobierno que la impulsa. La respuesta de la oligarquía también ha sido clara: “el enemigo es el pueblo”.
Para justificar poner las fuerzas del Estado contra el pueblo las excusas han variado, primero retomaron el término de Reagan contra Nicaragua y le llamaron insurgencia, luego en los 90 inventaron la idea de la narcoguerrilla, luego Uribe padre de la autodefensas, lo llamó narcoterrorismo.
Hoy justifican la represión y la muerte como una defensa ante el “terrorismo vandálico” y bajo esa justificación en los últimos cuatro días las fuerzas del Estado colombiano han asesinado a 21 personas que salieron a la calle a decir que estaban en contra de la reforma tributaria, también han herido a 208 personas, 18 con heridas oculares tan famosas en la represión en Chile, 10 asaltos sexuales, 503 detenidos y 28 ataques contra personas acreditadas como defensores de los derechos humanos.
Por eso hoy condenamos la acción del gobierno colombiano, exigimos que detengan la masacre contra el pueblo que protesta.
Denunciamos la postura reiteradamente cómplice de la OEA, una vez más del lado de los gobiernos que violan los derechos humanos o de dictaduras como Haití que desde hace meses reprime la justa protesta social.
Hacemos un llamado a los pueblos del mundo y a las organizaciones sociales a alzar nuestras voces, el pueblo colombiano no está solo, estamos con su lucha por paz con justicia social, contra un gobierno hambreador y represor.
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