Cuando hablamos de Chávez y la Historia, nos llega a la mente esa necesidad del Comandante en explicar todo los que se hacía o se debía hacer en el desarrollo del Proyecto Bolivariano sin dejar de vincularse dichas cosas con las razones históricas que las justificaban.
Hay un texto del autor Pierre Vilar llamado “Pensar Históricamente”, en cuyas líneas expresa: (…) “¿Qué caigo en el historicismo?... ¿Cómo podría caer en él? Yo nado en él, respiro en él. Pensar al margen de la historia me resultaría tan imposible como aun pez vivir fuera del agua. Comprendo que un filósofo (siempre más o menos teólogo) mire el mundo “Sub especie aeternitatis” y que un agente de cambio viva bajo el signo del corto plazo. Pero querer pensar la sociedad, incluso la naturaleza y pretender disertar sobre ellas, exige una referencia continua a las dimensiones temporales. Añadamos que estas temporalidades no marcan del mismo modo los espacios terrestres ni a todas las masas humanas a la vez.”Pensar históricamente (aunque sea caer en el historicismo) significa situar, medir, datar, continuamente”.
Consciente estuvo siempre el Comandante Chávez de la importancia de la Historia como disciplina de estudio y como testimonio del tiempo. En las entrevistas concedidas a Ignacio Ramonet compiladas en el libro “Mi Primera Vida” Chávez expresó:
“Nuestras vidas están marcadas y determinadas por las condiciones en las que nacemos. Las circunstancias en las que crecemos… dice Marx: “Los hombres hacen la historia con las condiciones que la realidad les impone”. Yo me di cuenta de ello a lo largo del camino, y leyendo a Marc Bloch… Un gran historiador francés, resistente antifascista. Era judío y fue fusilado por los nazis en 1944. Un inmenso intelectual.
Le tengo gran admiración. Un librito de Marc Bloch- Apología para la Historia o el Oficio del Historiador- Me ha acompañado durante mucho tiempo, entre mi adolescencia, y la madurez, en esa etapa que va sujetando la conciencia, al igual que Marc Bloch yo me preguntaba: ¿ para qué sirve la Historia?. La Historia puede comenzar como una curiosidad, y puede ser también una narración que seduce. Porque los acontecimientos humanos seducen. Y Bloch clasifica los hechos en “históricos” y “no históricos”. Buscando una definición más exacta de la historia y preguntándose para qué sirve, dice: “La historia es como el ogro de las leyendas donde huele a carne humana, ahí está su presa”. Porque la historia tiene como fin el hombre, los seres humanos”.
(…) “En mi caso, tomando como ancla la célebre frase de Fidel: “La historia me absolverá”, pensando en la historia y en la vida, cuando yo era niño, si hubiese tenido conciencia, hubiese podido decir: “La historia me absorberá”. Soy, como dice Bloch, carne humana. Fui arrastrado por el ogro de la historia y hecho pedazos por él. Los dientes de la historia, o –para no poner la historia como un ente agresivo, malévolo- los brazos de la historia me envolvieron, el huracán de la historia me aspiró.
Igualmente lo dijo Chávez en la Conmemoración del 6º aniversario del día del rescate de la Dignidad Nacional (13 de abril 2008) decía:
“¿Para qué sirve la historia?, reflexionaba Marc Bloch, él diserta y desarrolla un conjunto de ideas, buscando la respuesta. Nos enseñaron a memorizar un conjunto terrorífico de fechas y de hechos y nombres. Para eso no puede ser la historia, para eso están las bibliotecas y las computadoras ahora. Al final aquel autor concluía que la historia es la ciencia que se encarga fundamentalmente del estudio de lo humano, en toda su plenitud, el estudio del hombre en toda su dimensión.
Continua el Comandante: “Hay una frase, que incluso me estremeció cuando joven cuando la leí, dice Marc Bloch, allá donde huele a carne humana ahí está la historia, ahí está su presa, el hombre, el ser humano. Es verdad, yo lo creo, ahí donde están los agrandes acontecimientos humanos ahí está la historia, el ser humano y su lucha y hasta cierto punto su tragedia, sus sueños sus dolores, sus amores, sus esperanzas”.
Nos dice Pedro Calzadilla que Chávez construyó una manera de concebir la historia desde una nueva conciencia, es decir, desde la visión descolonizadora, una visión liberadora, una historia insurgente, porque fue un historiador militante para transformar la realidad y correlacionar el tiempo y el espacio.
Nos explica Calzadilla que el Proyecto Bolivariano concebido por Chávez tiene como fundamento filosófico la concepción de la historia descolonizada al basar el proyecto en el pensamiento de Bolívar, Miranda, Simón Rodríguez, Zamora, Sucre, en las hazañas de Guaicaipuro, Negro Primero.
El proyecto histórico del Comandante Chávez toma de Bolívar, entre otras cosas la Unidad de los civiles y militares en una misma fuerza patriótica, la Integración para la consolidación de la independencia bajo el mismo manto de la identidad latinoamericana y caribeña, y la Suprema Felicidad Social, como objetivo primordial de un gobierno patriota organizado y estable que procure la satisfacción de las necesidades elementales y espirituales del pueblo.
Prosigue Calzadilla expresando que el proyecto histórico de la revolución bolivariana ideada por Chávez toma de Simón Rodríguez la Originalidad de las políticas adaptadas a nuestra realidad social, de allí la conocida frase “o inventamos o erramos” y la participación popular sobre todo en la educación. De Ezequiel Zamora toma la participación del pueblo campesino contra la oligarquía.
En este mismo orden de ideas, Calzadilla expone que Chávez le da vida al proyecto bolivariano no sólo porque hace que el proyecto llegue al poder conquistando al pueblo, sino que Chávez se convierte en el corazón de ese pueblo. No fue un “slogan” campaña, sino una idea que conjugó toda la espiritualidad venezolana.
Por que Chávez “se logró conectar con el pueblo reivindicando la forma de ser del venezolano, explicó en detalles la cuestión de nuestras cosas, como la comida, el gusto, la estética. Supo comprender la espiritualidad del Pueblo venezolano, el amor al terruño, a los ríos, a los árboles a la sabana y nos conectó con nuestros antepasados”, apuntó Calzadilla.
LA HISTOGRAFIA OCULTA
La historiografía que conocimos durante siglos ha ocultado etapas, les ha cambiado nombres. Explica el profesor Luis Pellicer que esa historiografía ha sido sexista, racista y clasista. Un ejemplo muy puntual de esa consideración es ver como “la independencia de Haití pasó por debajo de la mesa por haberla protagonizado los negros”. Y fue Bolívar y luego Chávez quienes visibilizan los episodios históricos protagonizado por los indios, por los negros por los pardos. ¿Cuál fue el pecado de Bolívar en la Carta de Jamaica? Según Pellicer fue hablar con contundencia de la unión para la independencia para lograr con ello el equilibrio del universo y concebir la identidad americana diferenciándola de la española.
Pellicer plantea que hay que voltear la historiografía para construir una desde las luchas sociales y desde mi punto de vista estamos en ese proceso de reconstrucción desde esta lucha que comenzó por reconocer nuestra propia identidad. Consciente de ello Chávez proporcionó al pueblo los textos de autores que antes no tuvieron cabida y desmontaron esa historia sesgada con la cual la mayoría de nosotros creció y estudió.
Históricos también son los cincos objetivos de los cuales se despliega el Plan de la Patria 2013-2019 y desde los cuales el proyecto revolucionario tiene cinco líneas de acción para consolidar en los próximos cien años la independencia, el socialismo, el país potencia, el equilibrio de las fuerza del mundo con una visión pluripolar para con todo ello salvar la vida del planeta y la especie humana.
En fin, es importante decirlo: estamos escribiendo esta nueva etapa de la historia y con esta frase de Chávez concluimos “En este aire de Llano en esta brisa que mueve las matas, en este calor de esta sabana, percibo esa historia, la palpo, la siento. Porque en esa historia nací. (…) La Historia y yo nos hemos absorbido mutuamente.