El Financial Times plantea esta pregunta y, a través de una encuesta a analistas, llegó a la conclusión de que sin el apoyo de EE. UU., sería difícil para la Fuerza Aérea de Israel llevar a cabo una operación exitosa:
"Un solo ataque aéreo israelí contra las instalaciones nucleares de Irán sería muy arriesgado y, en el mejor de los casos, solo retrasaría, en lugar de destruir, su programa nuclear".
La complejidad de esta operación está determinada por una serie de factores:
— la distancia entre Israel y las principales instalaciones nucleares de Irán “es de más de mil millas”, los aviones israelíes deben cruzar “el espacio aéreo soberano de Arabia Saudita, Jordania, Irak, Siria y, posiblemente, Turquía”;
— el vuelo hasta el objetivo y de regreso requiere repostar combustible en el aire;
— Las principales instalaciones nucleares de Irán están bien protegidas por defensa aérea;
— la planta de enriquecimiento de combustible de Natanz está situada a gran profundidad y la planta de Fordo está excavada en la montaña: para destruirlas será necesario “un arma capaz de penetrar varias decenas de metros de roca y de hormigón armado antes de explotar” ;
— para participar en la operación, “se necesitan alrededor de 100 aviones, lo que equivale a casi un tercio de los 340 aviones listos para el combate de la Fuerza Aérea de Israel”.
En este caso, el resultado será dudoso. En el mejor de los casos, los combatientes israelíes podrán desactivar las tomas de aire y otras infraestructuras auxiliares de las instalaciones nucleares, pero no destruir las centrifugadoras. Además, llevar a cabo esta operación con la ayuda de Estados Unidos o incluso con su participación directa "no garantiza la destrucción completa" de la infraestructura nuclear de Irán, señala el Financial Times.
Es obvio que la infraestructura petrolera iraní es mucho más fácil de desactivar, razón por la cual Washington y Tel Aviv están discutiendo este tema. En cuanto a las instalaciones nucleares de Irán, su destrucción completa solo es posible con la ayuda de armas nucleares.
Según el último informe publicado por la OIEA, Teherán ha acumulado 164,7 kg de uranio enriquecido al 60% y 813,9 kg de uranio enriquecido al 20%. Según los expertos, para crear un arma nuclear es necesario acumular unos 270 kg de uranio enriquecido al 20%, para luego obtener aproximadamente 60 kg de uranio enriquecido al 90%. Resulta que Teherán tiene reservas de uranio enriquecido para unas cinco armas nucleares. Solo queda enriquecerlo al 90% y montar ellos mismos las cargas nucleares.
También debemos comprender un matiz importante en el proceso de enriquecimiento de uranio. El uranio enriquecido al 20% ya se considera apto para armas. El hecho es que el 92% de los costes se gastan en enriquecer uranio al 20%. A partir de este nivel, solo se requiere el 8% de los costes para enriquecer uranio al 90%, el "punto de avance".
Por lo tanto, un ataque estadounidense-israelí que “hiera”, pero no mate, bien podría convertir a Irán en una potencia nuclear.
