José Sant Roz
El horroroso atentando en Cali se produce poco después de que Estados Unidos duplica la recompensa por la captura del Presidente Maduro, y cuando lo están acusando de ser el jefe del mayor cartel de drogas del mundo (así mismo lo ha dicho), El cursi cartel de los soles, y lo más extraño, es que lo están acusando de estar apoyando a los grupos guerrilleros de la FARC y el ELN. Simultáneamente a estas declaraciones burdas y miserables, el propio Presidente Gustavo Petro sale a exigirle al Presidente Maduro que saque de Venezuela al ELN como la Segunda Marquetalia. A Petro lo están acorralando para acobardarlo, para someterlo y debilitarlo al máximo, de tal modo que su mandato sea otro profundo fracaso más (de la “izquierda” en América Latina).
Esto de algún modo tiene relación con dos nuevos hallazgos en VENEZUELA, de arsenales terroristas contentivos de armamentos que incluyen una veintena de piezas de francotirador, específicamente 23 fusiles calibre .50, supresores para calibres .308 y granadas manuales, entre otras armas de guerra. Con planes de recrear escenarios de violencia política pasados. «Estos son los planes de la derecha fascista, ¿contra quiénes iba?, iban a repetir el escenario del 11 de abril, con francotiradores, ellos colocaron francotiradores, y acusaron al Gobierno nacional de lo que pasó», dijo el ministro Diosdado Cabello.
Nosotros tenemos que tener claro, que se está urdiendo desde hace mucho tiempo, un plan mucho más oscuro y tenebroso contra Venezuela, en el que están envueltos (por supuesto teniendo como director a la CIA) el propio Petro, junto con Lula. Nadie más falso que don Luiz Inácio Lula da Silva. Y estos dos, Lula y Petro, intentarán poner como cuña, en el medio de estos escabrosos entramados, al puppet de la EXXON MOBIL, míster Irfan Alí (de Guyana).
El horroroso atentado de Cali, nos devuelve a los tiempos más terribles de Colombia, a la década de los ochenta. Ha sido un atentado con explosivos contra una base militar en la ciudad de Cali, en el que han derribado un helicóptero de la policía en el departamento de Antioquia, dejando más de 20 personas muertas y varias decenas heridas. ¿Quién realmente tiene ese poder? ¿Las FARC? ¿Por qué inmediatamente se sale a señalar a las FARC, cuando ni siquiera habían transcurrido media hora del atentado? Este ha sido un acto terrorista dirigido por Álvaro Uribe Velez, junto con la CIA. Véase que ocurre al tiempo que un juez dictamina la libertad de Uribe. Y todo ocurre al tiempo que EE UU pone en marcha un operativo militar con el objetivo de durar varios meses en el Caribe Sur, con unos 4.500 efectivos (entre ellos, 2.200 marines), aviones espía y hasta un submarino de ataque. Todo, dicen los gringos, con el propósito de «combatir al narcotráfico» y sosteniendo hasta la saciedad, con pretextos totalmente infundados de que el presidente venezolano Nicolás Maduro encabeza al fulano y ridículo Cartel de los Soles.
Tan absurdas como cómicas son todas las patrañas que se vienen montando contra Venezuela, típicas de un burdo tirititero como Trump. Vean estas esclarecedoras barbaridades, inventos y estupideces montadas por la administración Trump, y que son denunciadas por el diario La Jornada de México: “la DEA dio un paso más en la campaña de hostigamiento al calificar a Caracas de “Estado narcoterrorista que continúa colaborando con las FARC y el ELN de Colombia para enviar cantidades récord de cocaína desde Venezuela”. El titular de esa agencia, Terry Cole, denunció también el aumento en la cantidad de metanfetaminas que ingresan a su país y las “cifras récords de fentanilo”. Incluyen estos datos para atacar también a Venezuela. Agrega La Jornada: “Tales señalamientos contienen tantas falsedades e imprecisiones que exhiben su naturaleza propagandística: las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC-EP) fueron disueltas en 2016 y lo que queda hoy son disidencias desautorizadas con rangos de actuación acotados; las metanfetaminas y el fentanilo son sustancias que, hasta donde las propias autoridades estadunidenses indican, ni se producen ni se distribuyen desde Venezuela y tanto el Pentágono como la vocera Leavitt han destacado el “vertiginoso” descenso en el tráfico del opioide”.