No bastaba la ausencia de barandas en la concurrida zona norte de la Plaza Bolívar, justo ahí donde los niños juegan con las palomas, uno de los poquísimos entretenimientos gratuitos en dicha plaza . Son varios niños los que se han caído por la ausencia de las barandas y me cuenta la señora que vende el maíz que incluso uno de ellos se fracturó un bracito. Pues resulta que si se cayera ahora podría matarse porque a algún inteligente de los que hacen mantenimiento se le ha ocurrido colocar enormes piedras en el suelo como puede observarse en las fotos convirtiéndolo en una trampa mortal. Por el amor de Dios, que alguien haga algo antes que tengamos que lamentar una desgracia!