- Nunca se ha abierto un registro para asentar condiciones limitantes (discapacidades) o el estado de salud de nadie, y no existe otra manera de conocerlos. Además, le sorprendería conocer los índices de morbilidad en el sector; a nadie le falta achaques como para justificar plenamente el privilegio de cobrar prioritariamente: cáncer, cardiopatías, diabetes, patologías pulmonares, enfermedades renales, lesiones vertebrales, enfermedades mentales, angustia por saber cuándo aparecemos en la rifa de los bonos, con tratamientos muy costosos y cobertura de seguros insuficiente.
- En cuanto a la edad, oímos decir que se había establecido un corte a los 72 años, y sin embargo las excepciones de menores que cobraron y mayores que no lo han hecho, son muy, pero muy frecuentes. Desde luego que nadie está proclamando por los medios que cobró, pero los amigos nos enteramos y profesores de varias universidades tienen información sobre el no cumplimiento de este criterio en su respectivo ámbito.
- La combinación de edad y dedicación, privilegiando los de mayor edad con dedicación exclusiva y tiempo completo a los de otras dedicaciones y edades menores, tampoco se ha cumplido.
- Mucho menos el año de jubilación, es decir, la antigüedad de la deuda, cuya obligatoriedad fue contundentemente expuesta por Jairo Márquez por esta misma vía ( http://www.aporrea.org/trabajadores/a152564.html ) .
Los gremios universitarios, que siempre obtienen ganancia en río revuelto, ya depusieron la absurda oposición a la manera de cobrar la deuda, y ahora se están afincando en lo mismo que le estamos planteando aquí y en la falta de proporcionalidad entre los beneficiados de las distintas universidades, allá ellos si lo pueden probar, de todas maneras, se preparan remitidos, solicitudes firmadas, declaraciones de prensa, operaciones rumor y desprestigio; hasta viajar a Caracas a protestar ante el ministerio nos han propuesto. De los métodos señalados, los sectores revolucionarios de las universidades escogemos los dos primeros y también nos estamos preparando para ello; pero también es atrayente el paseo a Caracas, cuantimás cuando en eso de manifestaciones y tomas fuimos unos ases en tiempos de la Cuarta, y, como montar bicicleta, eso no se olvida.
¿Cuál es la solicitud que le reiteramos? ¡Fácil! ¡Muy fácil! Que se defina y publique con toda claridad los criterios que regirán el pago con petrorinocos y que, con estricto apego a esos criterios, sean elaboradas y dadas a conocer listas cerradas, con la fecha exacta de cobro. ¿Para qué? Sencillamente, para saber a qué atenernos y no seguir sospechando de discrecionalidad, ni seguir esperando el pago con angustia, buscando cada lunes nuestros nombres en una lista, como si de jugadores de ruleta se tratara. Si los criterios establecidos son justos y claros, nadie se va a enojar por el lugar que ocupe, liberándonos a los profesores de la peligrosa ansiedad a que nos tienen sometidos, y al Ministerio de un potencial foco de corrupción.
Ministra Yadira, párenos, por favor.
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