Conforme a su manera de actuar, alegrándose por las malas noticias y
entristeciéndose por las buenas, la derecha se regodea con el anuncio de
la reciente devaluación de la moneda a 6.30/$.
Una devaluación necesaria
para ir buscando el punto de equilibrio entre el cambio oficial y el
cambio
paralelo.
En la guerra, no tan silenciosa, que la derecha le ha
declarado desde sus inicios al mal ejemplo de la Revolución Bolivariana,
hemos ganado la batalla militar que logró imponer por unas horas a
Carmona, la batalla petrolera que paralizo al país por tres meses y le
produjo pérdidas enormes, las sucesivas batallas electorales, la batalla
de las guarimbas y muchas otras. Sin embargo, el carácter pacífico de
la Revolución Bolivariana ha provocado que la transición al socialismo
sea demasiado lenta y de eso se han aprovechado los ricos. Todavía el
80% del PIB está en manos privadas. Manos que en su mayoría no actúan en
beneficio del país, que especulan, acaparan y manipulan. Todo ello
acompañado por la recia campaña de sus medios de comunicación. Ellos
saben que vaciar un supermercado se hace en una semana pero se tardan
dos meses para reponer los inventarios. Basta crear una voz de alarma y
la escasez se crea como por arte de magia. Si no es manipulación
pregúntese por qué nunca hay escasez de refrescos o por qué hay Harina
Pan en Londres o Miami y no en Caracas.
La guerra contra la
derecha, una vez que esta última ha perdido su base social, se encuentra
en la etapa financiera y debemos reconocer que en ese ámbito ellos son
muy poderosos, pero no invencibles. Con la devaluación esta vez perdimos
una batalla pero vendrán muchas más en el futuro. Pa´lante Comandante.
“La sabiduría de la vida consiste en la eliminación de lo no esencial. En reducir los problemas de la filosofía a unos pocos solamente: el goce del hogar, de la vida, de la naturaleza, de la cultura”. Lin Yutang
Cervantes
Hoy es el día más hermoso de nuestra vida, querido Sancho; los obstáculos más grandes, nuestras propias indecisiones; nuestro enemigo más fuerte, el miedo al poderoso y a nosotros mismos; la cosa más fácil, equivocarnos; la más destructiva, la mentira y el egoísmo; la peor derrota, el desaliento; los defectos más peligrosos, la soberbia y el rencor; las sensaciones más gratas, la buena conciencia, el esfuerzo para ser mejores sin ser perfectos, y sobretodo, la disposición para hacer el bien y combatir la injusticia dondequiera que esté.
MIGUEL DE CERVANTES
Don Quijote de la Mancha.
La Colmena no se hace responsable ni se solidariza con las opiniones o conceptos emitidos por los autores de los artículos.
MIGUEL DE CERVANTES
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