1. Que la culpa la tenía el gobierno porque no le suministraba los dólares a las empresa para importar los insumos;
2. Que el gobierno acaparaba esos productos para distribuirlos atreves de Mercal, PDVAL y supermercados Bicentenario;
3. Que la distribución de la mayor parte de los productos sufrían desviaciones en los puestos de control de la Guardia Nacional Bolivariana hacia Colombia; y,
4. Que era culpa del gobierno porque había incidido en el fracaso de la nacionalización de las fábricas de algunos de esos productos.
Es el espíritu popular quien lo manifiesta. Especulación o no, el contenido de esas tres razones llevan medias verdades, cuya parte tangible se corrobora en la ausencia de esos productos en las alacenas de las casas de las familias venezolanas, y, ante esa evidencia resalta el sistema o cadena de distribución agroalimentaria, «LA CASA. S.A» (Corporación de Abastecimiento y Servicios Agrícolas. S.A- http://www.casa.gob.ve/site/index.php-), empresa del Estado Venezolano, que a partir del 2002 sufre un proceso de transformación bolivariana, y que es responsable de la distribución de alimentos de origen nacional o importado a toda la geografía del país. Tiene dos filiales: VENALCASA y LOGICASA.
El presidente actual de la empresa estatal de marras, Señor Manuel Barroso, es bien conocido en las altas esferas de la burocracia gubernamental (CADIVI, Banco del Tesoro, Banco del Pueblo y otros). La empresa tiene grandes centros de acopio, silos y frigoríficos a lo largo y ancho de toda la geografía, además de una impecable flota de camiones de alto tonelaje para el transporte de carga.
A los pocos días recibí una llamada de mi hija para decirme que en el mercado popular «Jacinto Plaza», que funciona los fines de semana a partir del día jueves en el estacionamiento del Estadio «Guillermo Soto Rosas», podía encontrar los tan añorados productos. En efecto, conseguí el sobre de leche a BsF 80,oo, el aceite a BsF 65,oo, el papel higiénico a BsF 15,oo el rollo, la harina Pan a BsF 15,oo el paquete. Pregunté a estos hijos del pueblo cómo los conseguían, y sin tapujos me respondieron que los productos procedían del centro de acopio de CASA. SA, en Quibor, Edo. Lara, y tenían que venderlos a esos precios porque pagaban muchas vacunas. Por imperiosa necesidad los tuve que comprar al costo que pedían, y ya mis nietas tienen leche para una semana, y, a lo mejor, tres días con el culito limpio. La pregunta que nos hacemos: ¿Qué hacen los ministros de la Alimentación, de Defensa, Interiores, Comercio, etc., que son los garantes de la seguridad alimentaria? ¿Por qué tanta desidia, indiferencia y negligencia? ¡Dónde está el espíritu del Comandante Supremo! Que Dios nos coja confesados. Consérvense sanos, porque el HCM apenas sí le cubre uno o dos días de hospitalización, y luego, ¡a morir a la calle!
adolfomore@gmail.com
http://www.aporrea.org/regionales/a171570.html