En los países desarrollados se vive cada
vez mejor, pues tiene cubiertas sus necesidades de alimento, educación,
salud, así como acceso a una gran variedad de satisfactores. Por su
parte naciones subdesarrolladas pretenden reproducir el modelo económico
dominante, tratando de alcanzar el nivel de los países ricos como
Japón, la Unión Europea y, sobre todo, Estados Unidos, que además de
contar con el poder económico tiene el poder militar que lo ha llevado a
alcanzar la hegemonía mundial, aunque políticamente necesite de
aliados.
La globalización no es solamente
económica, sino también cultural. Pretende la homogeneidad en la forma
de pensar. La cultura va quedando como mero objeto de curiosidad
folclórica. Se van imponiendo parámetros en la forma de vestir, de
comer, de escuchar música, de lograr satisfactores. Se globalizan
también la delincuencia, el crimen organizado, el tráfico de armas
convencionales y de armas nucleares, el juego, la prostitución, el
mercado negro de divisas, el lavado de dinero, los paraísos fiscales y
la evasión de impuestos.
La tarea política central del siglo XXI
es la creación de un nuevo proyecto histórico con una perspectiva
humanista y de solidaridad, haciendo a un lado la apatía y tratando de
recuperar la memoria, para vivir y reconstruir un futuro obteniendo la
fuerza de la razón; además, poniendo el avance técnico y científico a
disposición y en beneficio de todos los pueblos del mundo.
1. Diferencias entre el mundo desarrollado y el subdesarrollado
La diferencia de desarrollo entre países
se deben a múltiples causas, no únicamente a las de tipo económico.
Esas causas tienen a la vez un origen interno como externo. No todos los
Estados tienen el mismo grado de organización social, ni similares
estructuras productivas, ni parecidos recursos financieros, ni modos de
vida equiparables. En la actualidad, dos realidades contrastan
bruscamente: la de los países desarrollados y la de los países
subdesarrollados o en desarrollo. El 80% de la población mundial vive en
este segundo grupo.
2. El subdesarrollo:
No obstante, si adoptamos una visión
global sobre la situación de las economías de los países del mundo
tenemos que reconocer que este proceso tiene sentido para una parte de
la población mundial, la de los países más desarrollados, pero que
muchos otros viven en una continua situación de subdesarrollo económico.
Todos vemos en televisión imágenes que
ilustran el subdesarrollo y nos preguntamos cuáles son las causas de
dicha situación, y aunque algunos países, como China, han logrado
mejorar su crecimiento y el desarrollo de sus ciudades y de muchos de
sus habitantes, cada vez existen más personas en el mundo en situación
de pobreza.
Las causas y las características del
subdesarrollo no son iguales para todos los países ni para todas las
personas que lo sufren pero el mismo es, sin duda, el aspecto más
importante que debería abordar la Economía, que, no olvidemos, trata de
satisfacer las necesidades humanas.
Tabla #1 El subdesarrollo: Fuente elaborado Propio
2.1. Crecimiento, desarrollo y desigualdad
El crecimiento económico es uno de los
objetivos principales de los gobiernos y de las más importantes
instituciones económicas. Si recuerdas, entendemos por crecimiento
económico el aumento en el valor de la producción de los bienes y
servicios elaborados en un lugar y para medirlo utilizábamos
principalmente el indicador económico del Producto Interior Bruto (PIB).
El aumento de los bienes y servicios que
hay a disposición de las personas puede suponer una mejora de sus
condiciones de vida, es decir, se puede lograr el desarrollo económico.
Este desarrollo hace referencia, no tanto a la mejora desde el punto de
vista cuantitativo sino a la mejora en la calidad de vida de todos los
habitantes.
El análisis de la evolución de los
países nos muestra cómo el crecimiento económico es una condición
necesaria para lograr el desarrollo pero no siempre es suficiente. Esto
se debe a que no siempre logra la mejora para todos los habitantes,
sobre todo porque el crecimiento puede repartirse de manera desigual.
Importante: El crecimiento económico y
el desarrollo no son conceptos iguales. Mientras que el crecimiento
económico mide de una manera material la situación de las sociedades, el
desarrollo hace mención a la evolución de todos los habitantes hacia
mejores niveles de vida. Ten en cuenta que para mucha gente su nivel de
vida sí que mejora gracias al crecimiento económico, pero que también
existen muchos habitantes (incluso de países con fuerte crecimiento
económico) a los que, sin embargo, no llega el desarrollo.
Para tener una visión más completa de la
situación de un país más allá del crecimiento podemos aproximarnos a su
grado de desarrollo humano. Este concepto fue planteado y definido por
el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) en el año
1990. Amartya Sen, importante
colaborador del PNUD, argumentó que la
causa de la pobreza no estaba en la falta de recursos suficientes sino
en su falta de accesibilidad.
El concepto de desarrollo humano parte
de la satisfacción de las necesidades básicas como elemento central,
pero subrayando que existen otras dimensiones además de las económicas.
El desarrollo es, pues, un concepto integral que pretende la ampliación
de las oportunidades del ser humano: vida prolongada y saludable,
adquisición de conocimientos, calidad de vida, etcétera.
Así, el desarrollo se consigue cuando
las personas adquieren mayores capacidades y no sólo cuando pueden
consumir más. Como aspecto concreto y de manera primordial el Desarrollo
Humano se propone el posibilitar el acceso a toda la población a unos
mínimos en alimentación, sanidad y educación.
Al medir la riqueza de las naciones en
términos de PIB per cápita se llegó a la paradoja de que muchos países
subdesarrollados, en la década de los cincuenta y sesenta del siglo
pasado, habían aumentado su renta nacional a niveles similares a los de
los países desarrollados sin que ello se tradujese en una equiparación
de la calidad de vida de la mayoría de la población. Por ello el PNUD
propuso en 1990 el Índice de Desarrollo Humano (IDH) como una síntesis
de las condiciones sanitarias, educativas y económicas de la población
de los distintos países. Se trataba de dar una medición del desarrollo
mucho más amplia que el PIB per cápita por sí sólo. Desde entonces, el
PNUD publica anualmente el IDH de de más de 170 países facilitando los
análisis comparativos.
La paradoja apuntada en el texto
relacionada con el hecho de que cuanta más riqueza se genera más pobreza
hay, se deriva de la gran desigualdad que se produce en la distribución
de la renta dentro de los países y a nivel global. También éste ha sido
un tema tratado en temas anteriores,
Especialmente cuando hablábamos de las
limitaciones del sistema de mercado y de la necesidad de la intervención
del sector público en las economías.
Existe una enorme desigualdad en la
distribución de la renta. Según datos del World Watch Institute, el 20%
más rico de la población gana el 86% de los ingresos mundiales ,
mientras que el 20% más pobre tiene que conformarse con el 1,1%, lo que
implica que una cuarta parte de la población mundial (1.500 millones de
personas) sigue viviendo en la pobreza. De los 6.200 millones de
habitantes de la Tierra, 360 personas (un 0,000005%) poseen una riqueza
anual superior a los ingresos del 45% de la población mundial. Con estos
datos, más chocante todavía es comprobar cómo la riqueza de los tres
primeros multimillonarios es igual al PIB de los 48 países más pobres.
¿Se produce esto porque no hay una
oferta de recursos a nivel mundial suficiente para todos? No: hay
recursos para todos, pero están desigualmente repartidos: los países
desarrollados, con un cuarto de la población, consumen el 70% de la
energía disponible en el planeta, el 75% de sus metales y el 60% de sus
alimentos.
- Esa desigualdad se traduce en enormes diferencias en cuanto a la alimentación (vivimos en un mundo de obesos y de hambrientos), el acceso al agua potable (la diferencia en el consumo medio de agua entre unos países y otro es abismal), o la educación.
- También se ilustra en lo que se viene a denominar la brecha tecnológica y digital: frente al disfrute en los países desarrollados de los últimos avances de la tecnología y de las telecomunicaciones, 600 millones de personas ni siquiera han hecho en su vida una llamada telefónica.
Pero en los países ricos tampoco
desaparecen los problemas de la desigualdad: según las mismas fuentes
más de 150 millones de personas en estos países viven por debajo de la
línea de la pobreza de ingreso. En España hay más de 300.000 personas
sin hogar y unos 800.000 viven en situación de pobreza. Mientras tanto,
algunas de las personas más ricas como Amancio Ortega (Inditex) o Emilio
Botín (presidente del BSCH) poseen un patrimonio superior a los 300
millones de euros.
Es importante destacar que la pobreza se
convierte en muchos casos en origen de violencia directa. No poder
satisfacer las necesidades básicas puede contribuir a la generación de
violencia por parte de las personas que ven mermadas o anuladas sus
oportunidades de desarrollo personal. Para que haya paz es
imprescindible que las personas tengan seguridad humana, lo que
significa sentirse seguras ante las condiciones de su vida diaria,
disponiendo de protección ante fenómenos como la enfermedad, el hambre,
el analfabetismo y el desempleo.
2.2. Características del subdesarrollo
Podemos caracterizar la situación de
subdesarrollo bajo la cual vive una cuarta parte de la población mundial
principalmente por las carencias en tres ámbitos básicos:
- Baja renta per cápita: en los países en desarrollo 1.300 millones de personas sobreviven con menos de un euro diario, lo que se traduce en malnutrición, falta de vivienda o carencia en otras necesidades vitales como vestido, higiene, medicamentos, electricidad, etcétera.
- Baja esperanza de vida: relacionado con el aspecto anterior ya que mucha culpa de esa baja esperanza de vida la tienen la incidencia de enfermedades (incluso enfermedades ya superadas en el Norte como la rubéola, la malaria, o la gripe), la elevada mortalidad infantil, la desnutrición y la falta de agua potable. Según datos del World Watch Institute alrededor del 30% de los niños menores de 5 años tienen escaso peso y pese a que se ha doblado con creces el número de personas que disponen de agua limpia desde 1980, unos 1.300 millones de personas carecen todavía de ella, y unos 2.500 millones no tienen acceso a un sistema de saneamiento adecuado.
- Deficiencias educativas: la ONU denuncia que dos de cada diez habitantes del planeta son analfabetos. Aunque durante los últimos años ha mejorado el nivel de alfabetización mundial un 10%, todavía hay 100 millones de niños que no acuden a la escuela. El impacto sobre el desarrollo de la alfabetización básica es muy importante, especialmente cuando las beneficiarias son las mujeres.
Estas deficiencias, y en general la
situación de pobreza, se sufren de diferentes maneras y adquieren
distintas características en función del país o de la región en que uno
se encuentre. En general hablamos de pobreza absoluta cuando las
personas no satisfacen la necesidades fundamentales: no tienen casa
digna, no tienen ropa más que la puesta, ni zapatos, ni jabón, ni
garantizado el alimento diario. Según datos del PNUD, en esta situación
se encuentran casi 2.000 millones de personas. Esto hace que la pobreza
sea mucho más que una condición económica, ya que los horrores de la
pobreza se extienden a todos los aspectos de la vida personal:
indefensión ante las enfermedades, analfabetismo, sumisión, total
inseguridad ante los cambios, falta de autoestima, etcétera.
Desde el punto de vista económico, las
características del subdesarrollo se traducen en baja productividad,
altas tasas de desempleo y subempleo, dependencia del sector primario y
escaso desarrollo de las actividades secundarias y terciarias. Derivado
de esta situación, y a su vez causante de las misma, nos encontramos con
deficiencias en el capital, en el sistema financiero, en la
organización empresarial, etcétera.
Si analizamos dicha estructura económica
siguiendo los conocimientos que hemos adquirido durante los primeros
temas de este curso podemos profundizar en las caractarísticas que
presentan los elementos fundamentales de la economía:
- Los factores económicos: los países menos desarrollados en muchas ocasiones presentan una oferta muy potente de recursos naturales aunque la mayoría de las veces son las empresas multinacionales las que sacan la mayor provecho de su explotación. En lo que hace al factor trabajo, existe mucho desempleo y baja cualificación. Por último, las mayores carencias las presenta la falta de ahorro, lo que impide la acumulación de capital y el desarrollo de un sistema bancario que canalice recursos entre agentes económicos.
- Sobre los agentes económicos ya hemos comentado que existen muchas dificultades para poner en marcha un tejido económico que permita el desarrollo de las empresas, y además en los sectores de mayor potencial son las empresas extranjeras las que suelen tomar el mando. Las familias o economías domésticas cuentan con poco margen para llevar a cabo sus funciones económicas de trabajo y consumo. Por último, el sector público no interviene de manera eficiente en la economía sino que desgraciadamente muchas veces se caracteriza más por la corrupción y el mal gobierno.
Es muy importante analizar la evolución y
tendencia del subdesarrollo. Así, podemos comprobar que algunos
indicadores han mejorado para algunos países durante las últimas décadas
(el impacto de algunas enfermedades o especialmente los niveles de
pobreza en países como China y la India). Sin embargo, la ONU denuncia
que el número de pobres se ha duplicado des de 1974. Al iniciarse el
nuevo siglo desde la ONU se lanzaron, como ya sabemos, los Objetivos de
desarrollo del Milenio, que pretendían ser una forma de concienciar a
los países para solucionar los principales problemas del mundo.
Desgraciadamente, las perspectivas para el futuro próximo tampoco son
muy buenas, y el Banco Mundial descarta el objetivo que se había
planteado de acabar con la pobreza en 2015. Puedes consultar su web.
2.3. Los colectivos más afectados
Como hemos dicho, la situación de
pobreza es vivida de forma desigual en los diferentes países o por las
distintas personas. Incluso no podemos olvidar que en ocasiones lo que
desde nuestra perspectiva occidental capitalista puede considerarse una
situación de pobreza o de escasa calidad de vida puede no vivirse de la
misma manera por otras personas que podrían decirnos: "¿Acaso es mejor
trabajar 8 horas diarias, gastar otras 3 horas en el viaje de ida y
vuelta y vivir angustiado por la hipoteca, el estrés, la insatisfacción o
el miedo al futuro próximo?"
No obstante, existen situaciones de
pobreza objetiva muy graves que, en general, suelen afectar de manera
más intensamente a algunos colectivos como son:
1. Los niños: se les requiere para la
obtención de rentas familiares (muchas veces en condiciones de
explotación) privándoles de la educación que podría en el futuro cambiar
su situación personal y del disfrute y desarrollo emotivo propio de la
etapa infantil. Las niñas son especialmente castigadas por el sistema.
En 1979 se estimaba en cincuenta y seis millones el número de niños y
niñas trabajadores en el mundo, y se pensaba erradicar esta forma de
explotación en los años siguientes. Veinte años más tarde, las mismas
fuentes calculan que se encuentran en dicha situación doscientos
cincuenta millones de niños y niñas. La esperanza de acabar pronto con
el trabajo infantil se ha desvanecido. Según la Organización
Internacional del Trabajo (OIT), de los 250 millones un 61% son
asiáticos, un 32% son africanos, un 7% son latinoamericanos y algo menos
del 5% trabajan en los países ricos. Por ejemplo, en la India -país que
más mano de obra infantil emplea- trabajan 44 millones de niños y niñas
en las siguientes actividades: alfombras, vidrio, cerillas, fuegos
artificiales, cerrajería, joyería, alfarería, ropa, etcétera.
2. Los mayores: aunque en muchas
culturas continúan siendo un colectivo muy respetado, se puede decir
que, especialmente en los países más desarrollados, su peso en las
familias ha ido perdiendo relevancia y demasiados de ellos acaban
malviviendo en las calles.
3. Las mujeres: según datos del Índice
de Desarrollo Humano, las mujeres, a nivel mundial, son el 70% del total
de la población pobre. Son las que se encargan principalmente del
cuidado y alimentación de las familias pero aunque realizan el 60% del
trabajo mundial, reciben solamente el 5% de las ganancias y poseen menos
del 1% de los bienes. Son uno de los colectivos más castigados pero al
mismo tiempo la cooperación internacional confía en ellas a la hora de
conseguir el desarrollo. Así, una medida que veremos en un punto
posterior -los microcréditos- se centra muchas veces en la ayuda a la
mujer como motor de las familias y de las comunidades.
4. Los indígenas: son un colectivo muy
olvidado en casi todos los análisis, a pesar de que existen más de 450
millones de personas pertenecientes a alguno de los aproximadamente 5000
diferentes pueblos indígenas que se estima hay en el mundo. El
desarrollismo impuesto por las multinacionales y los organismos
internacionales ha pasado por encima de los derechos, de la cultura y de
las costumbres de aquellas minorías que se aferran a modelos de vida y
valores diferentes al occidental.
2.4.Causas del subdesarrollo
A la hora de analizar por qué muchos
países y muchas personas sufren situaciones de subdesarrollo es muy
difícil apuntar causas únicas o explicaciones para todas las
situaciones.
Por eso vamos a señalar algunas razones
que pueden condicionar la falta de desarrollo. Unas son internas, en la
medida que provienen de los propios países, y otras son externas, ya que
dependen de mecanismos globales:
Dentro de las internas nos podemos encontrar:
- Causas geográficas y climáticas: es muy complicado crear estructuras socioeconómicas que favorezcan el desarrollo bajo condiciones extremas de clima, suelo, falta de precipitaciones, orografía, etcétera.
- Factores políticos: tales como la falta de libertad y democracia. Aunque la ecuación desarrollo económico igual a libertad y democracia (o viceversa) no es exacta, en muchos de los países más pobres se contemplan graves deficiencias en los derechos humanos, políticos, laborales, sociales e individuales, así como muchas veces, conflictos bélicos que son difícil escenario para el crecimiento económico.
- Factores demográficos: es difícil satisfacer una demanda creciente de necesidades ante una situación de escasez tan grande.
Al hablar de las causas del
subdesarrollo habría que tener en cuenta factores socioculturales que
hacen que muchas poblaciones no tengan objetivos de crecimiento
económico compatibles con nuestra medición del bienestar. Dicho de otra
manera: abordamos el tema del subdesarrollo o desarrollo desde una
perspectiva occidental, basada en un sistema capitalista acumulador de
riquezas materiales, pero es muy probable que para muchos habitantes sus
parámetros para medir su desarrollo personal y social no coinciden. En
este sentido resulta curioso comprobar cómo según el indicador FIB
(Felicidad Interna Bruta) es Bután el país situado en primera posición.
Veamos los principales condicionantes externos:
- Algunos economistas ven en la sumisión a las economías del Norte la principal traba para la salida del subdesarrollo en la medida que piensan que nuestro crecimiento se logra a costa de la explotación de los países más pobres. Relacionan el atraso económico de los países subdesarrollados con las condiciones económicas internacionales, considerando el subdesarrollo como la consecuencia inevitable del proceso histórico de colonialismo y posterior desarrollo capitalista.
- Las reglas del funcionamiento del comercio internacional, además, profundizarían en este problema. El comercio internacional ha crecido sin parar desde hace décadas, pero los países más pobres entre los pobres, con un 10% de la población, participan del 0,3% del total, la mitad que hace20años.
El modelo de división internacional del
trabajo en el que las economías subdesarrolladas se especializan en
productos primarios, de escasa tecnología y valor añadido, provoca el
deterioro de la relación real de intercambio entre países desarrollados y
subdesarrollados a favor de los primeros (exportan productos
manufacturados y servicios que continuamente aumentan su precio en
relación con el precio de los productos agrícolas y materiasprimas).
Con carácter añadido, hay que tener en
cuenta que son principalmente las multinacionales de los países más
ricos las que obtienen los beneficios del comercio internacional, ya que
suelen controlar la explotación de esos bienes producidos en los países
del Tercer Mundo.
Esa posición de desventaja se agrava
todavía más por el problema de la deuda externa. El endeudamiento de los
países más pobres en los mercados internacionales ha llevado a un
aumento exponencial de los intereses que tienen que pagar, de manera
que, en ocasiones, estos superan la cantidad de dinero recibida. El
problema es de tal magnitud que algunos países tendrían que dedicar la
práctica totalidad de su producción a pagar a los acreedores: otros
países más ricos, instituciones internacionales y la banca privada.
2.5. Soluciones para el subdesarrollo
Pero, ¿tiene solución el subdesarrollo?
¿Es una cuestión de falta de recursos o falta de interés de los
gobiernos, las empresas y las instituciones internacionales? ¿Podemos de
forma individual hacer algo? Como dijimos en la presentación del tema,
quizá deberían ser estas preguntas de difícil solución las que tendrían
que ser prioritarias para la ciencia económica, porque parece que muchas
personas piensan que sí podrían mejorarse las condiciones de vida de la
mayoría de la población.
Aunque a veces parece inviable que pueda
mejorar la situación económica de todas las personas hay que tener en
cuenta que según los datos del Informe Anual de Naciones Unidas de 2008,
el gasto anual en perfumes de Europa y EE.UU. sería ya equivalente a la
suma necesaria para solucionar la salud y la nutrición en todo el
planeta, y el gasto en helados, en Europa, desborda el presupuesto
requerido para cubrir las necesidades de agua y saneamiento en la
Tierra. Durante la actual crisis también se ha hablado de las
astronómicas ayudas concedidas a la banca que hubiesen servido para
paliar muchos de los problemas mundiales de la pobreza.
Eso sí, es posible que para que pudiera
mejorar la situación de una gran parte de la población tuviéramos que
cambiar el modo de vida de los que vivimos en la parte más desarrollada
del Planeta:
"¿Puede el mundo alimentar a su
población actual de 6.000 millones de habitantes con las cosechas
actuales? Esta pregunta es vana porque todo depende de lo que se
entienda por alimentar. Si significa que la producción se divide de
forma que todos reciben una ración vegetariana idéntica, compuesta por
cereales o tubérculos, con un mínimo de proteínas procedentes de
guisantes, judías y legumbres y por un total apenas suficiente de 2.350
calorías diarias, entonces la respuesta es "sí". En circunstancias de
absoluta igualdad y de voluntad universal de consumir una dieta básica,
monótona y apenas suficiente para vivir, el mundo puede alimentar a su
población actual y a unos cuantos habitantes más.
Si, por el contrario, significa que una
cuarta parte de la dieta de cada habitante procede de productos animales
(que son calorías concentradas) y que las personas también pueden
consumir diversas frutas, verduras y aceites (y, desde nuestra
privilegiada posición, añadiríamos vinos y cervezas), entonces la
respuesta es rotundamente "no". En ese caso, partiendo de la base de las
cosechas actuales, el mundo sólo puede alimentar a algo más de 3.000
millones de personas, aproximadamente la mitad de las que viven en la
actualidad". El informe Lugano. Susan George.
Hemos visto que el subdesarrollo es un
problema con unas causas tan complejas que las recetas para su solución
tampoco resultan sencillas ni aplicables de manera generalizada a todos
los rincones del planeta. Como ya hemos comentado, algunos países han
logrado entrar en la senda del crecimiento gracias a su inserción en los
mercados globalizados. El caso más destacado, sin duda, es el de China,
que combinando su política de libre mercado con un fuerte
intervencionismo y planificación de la economía no sólo ha logrado que
un número elevado de la población haya salido de situaciones de
subdesarrollo, sino que se ha convertido en una de las principales
potencias mundiales.
Por tanto, una solución para lograr el crecimiento económico partiría de:
- Fomentar el ahorro y la inversión (productiva, en I+D y destacando el papel dinamizador de la industria como motor de arrastre del resto de sectores).
- Llevar a cabo mejoras en educación (es la primera piedra y se considera fundamental para conseguir el progreso económico y social de los países)
- Lograr entrar en los mercados de bienes y servicios y financieros internacionales.
Para ello serían fundamentales políticas
estatales que protegieran a los sectores incipientes, propiciaran
mejoras en la distribución de la renta y mantuvieran la seguridad
jurídica y la estabilidad económica, política y social.
No obstante, estas propuestas no parece
que se puedan generalizar a todos los países, bien por la existencia de
círculos viciosos que impiden que se produzca el despegue de muchos
países subdesarrollados o directamente porque no parece que los mercados
globalizados, tal y como funcionan en la actualidad, permitan que todos
los países y todos los habitantes salgan beneficiados, es decir, se
genere un crecimiento económico sostenible que permita un desarrollo
para todas las personas.
Desde la caída del muro y el fracaso de
la planificación central de las economías de los países comunistas
parece que, a pesar de los problemas que el sistema económico
internacional genera (no sólo en relación a la desigualdad y el
subdesarrollo sino también ligados al impacto negativo sobre los
recursos naturales como veremos en el tema siguiente) no existe un
sistema alternativo en el que buscar soluciones globales.
Se habla constantemente, especialmente
desde el movimiento antiglobalización, de la necesidad de cambiar el
modelo de funcionamiento de la economía, pero no parece que a corto o
medio plazo se planteen alternativas globales al actual sistema basado
en la globalización capitalista.
Más bien, nos encontramos con intentos
de solucionar los problemas del subdesarrollo basados en pequeñas
correcciones o medidas de redistribución de la renta a nivel global
dentro de lo que se denomina cooperación internacional. Es la llevada a
cabo por las Organizaciónes No Gubernamentales para el Desarrollo (ONGD)
o la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) dada por los gobiernos de los
países más ricos. No obstante, se suele acusar a los gobiernos del Norte
de, por un lado, no dar un volumen de ayuda suficiente y por otro de
que muchas veces más que para los países necesitados se trata de ayudas
encubiertas a las empresas de los países donantes.
Otras medidas que tratan de mitigar los
problemas del subdesarrollo son el comercio justo (que principalmente
intenta establecer relaciones comerciales en las que se pague un precio
que permita una producción de los trabajadores del Sur en condiciones
dignas), los microcréditos (préstamo de pequeñas sumas de dinero para la
puesta en marcha de actividades dedicadas al autoempleo), la
condonación de la deuda (perdonar parte de la deuda externa que acumulan
los países más pobres), etcétera.
Conclusión
No existe un concepto único de
subdesarrollo, y que el mismo puede ser abordado de distintas maneras.
Es más que una construcción teórica. Abarca diversos aspectos la
persona: lo económico, lo político y lo social.
Es un estado de desequilibrio que impide
la satisfacción de un gran número de necesidades humanas y que impide
la realización plena del ser humano.
Existe un número elevado de países que
comparten características comunes tales como: estructura económica
primaria, dependencia económica, tecnológica y hasta cultural;
desigualdad en el ingreso y bajo nivel educativo, entre otros. No todos
los países en vías de desarrollo están al mismo nivel, lamentablemente
algunos se encuentran en posiciones de total desventaja.
Los mecanismos para superar este estado
son múltiples y variados, y en principio tienen un altísimo costo
político, que muchos gobernantes no están dispuestos a asumir, pero en
ningún momento debe descuidarse el aspecto humano y social del mismo.