Una medalla de 29
gramos de peso, cuatro centímetros de ancho y cuatro de largo, tallada
en forma de cruz, con un 61 por ciento de oro, un 14 por ciento de plata
y un 23 por ciento restante en cobre.
Ese fue el premio que Aníbal de Jesús Gómez Holguín se ganó hace 12 años por cumplir las órdenes de sus jefes en las Autodefensas Unidas de Colombia (Auc). En
la época, antes de desmovilizarse, era jefe de las ‘Brigadas
Campesinas’ del bloque Libertadores del Sur, que delinquía en Putumayo y
Nariño.
Con ese grupo armado, bajo el mando del exjefe
paramilitar Guillermo Pérez Alzate, alias Pablo Sevillano, Gómez sembró
el terror en los municipios de Nariño, especialmente en El Rosario,
Policarpa, Los Andes, La Llanada, Taminango, Samaniego y El Tambo.
Una década después, la misma medalla que daban
los ‘paras’ a sus más cruentos miembros fue cedida para la reparación
de las víctimas de Gómez Holguín. Hace año y medio el
exparamilitar entregó la brillante cruz con la supuesta intención de
resarcir a quienes se vieron afectados por sus delitos.
También giró cinco millones de pesos a una
cuenta bancaria de la Unidad de Víctimas, para cumplir con las
exigencias de la Ley de Justicia y Paz. (Lea: Mancuso intentará demostrar que fiscal de EE. UU. incumplió acuerdo)
Esa medalla es la única que se
conserva de al menos 100 que el Libertadores del Sur habría entregado a
sus hombres, muchos de los cuales nunca dejaron las armas y siguieron en
las bandas criminales.
El 30 de diciembre del 2013, a las 10 y 30 de
la mañana, Gómez llegó a una sala de audiencias en Bogotá con una
pequeña bolsa en la mano. Frente a fiscales, representantes de la Unidad
de Víctimas e investigadores del CTI, entregó el objeto del que había
empezado a hablar un año atrás, el 15 de marzo del 2012: “Se mandó hacer unas medallitas de oro para darles una condecoración a los comandantes de contraguerrillas y escuadras”.
Aseguró que en su bloque, además, se daban
ascensos, bonificaciones mensuales, aguinaldos navideños, permisos,
felicitaciones en público y sueldos extra. “Esos reconocimientos se impartían a cualquier persona, patrullero o comandante, que sobresaliera en el combate”, dijo.
Bordeando la parte inferior de la medalla se lee el nombre de uno de los máximos jefes paramilitares: “Cdte. Fidel Castaño”.
Al reverso, entre las siglas de los dos bloques, la medalla tiene un hueco uniforme. “Pareciera como si hubiera detenido un balazo”, dice uno de los investigadores, anotando que la verdadera historia del deterioro se desconoce.
¿Sirve para reparar?
En un cajón de la Unidad de Víctimas, en una
bolsa plástica, la medalla permanece guardada, aún sin un análisis
confiable que permita establecer su valor.
“No ha sido fácil conseguir un experto que le ponga un precio. Uno la podría tasar solo por el oro y la plata, pero la macabra historia que lleva detrás es lo que la hace importante”, explica Juan Camilo Morales, director del Fondo de Reparación de Víctimas.
A él le parece más útil llevarla al Museo de
la Memoria, cuya construcción se inició este año en Bogotá. A ese sitio
iría a parar también la placa de la escuela en el corregimiento Villa
Nueva, en Valencia (Córdoba), que sigue llevando el nombre de Fidel
Castaño Gil, su fundador.
El hecho es que la medalla refleja la
precariedad del inventario entregado por los paramilitares para la
reparación de las víctimas de sus crímenes.
Entre los 1.169 bienes que administra el Fondo
de Reparación de Víctimas, avaluados en más de 253.357 millones de
pesos, hay de todo, desde carros inservibles hasta millonarios cultivos
de palma. (Lea: Museo de la Memoria de Medellín busca ser el nuevo referente de paz)
La unidad tiene bienes tan atípicos como dos
osarios que desmovilizados del Bloque Vencedores de Arauca entregaron el
9 de octubre del año pasado y que están en el Parque Cementerio
Jardines de la Eternidad, de Barranquilla. Tiene una red eléctrica de
102 kilómetros en Puerto Gaitán y que tenía como dueño a Baldomero
Linares, el ‘Colorado’, jefe de los ‘Carranceros’ en los Llanos
Orientales. También aparecen un reloj Cartier y joyas y crucifijos
entregados por el exjefe ‘para’ ‘H. H.’
MILENA SARRALDE D.
Redacción Justicia
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