La semana pasada Texas anunció el establecimiento de su
propia versión de Fort Knox, el repositorio impenetrable para los
lingotes de oro, lo que podría ser una señal de la creación de su propia
moneda y, finalmente, el avance hacia la separación de EE.UU.
Bajo el proyecto de ley 483, aprobado por unanimidad por el Senado estatal, Glenn Hegar, contralor de Cuentas Públicas de Texas, estaría autorizado a establecer y administrar los primeros lingotes que depositaría el estado en un lugar no determinado todavía. Cabe destacar que ningún otro estado de EE.UU. tiene aún su propio depósito de lingotes.
El senador republicano Lois Kolkhorst indicó que el estado y sus organismos tienen más de 1.000 millones de dólares en oro que ahora se conservan en instalaciones en otros estados.
Un análisis oficial del proyecto de ley explica: “El establecimiento de un almacén de lingotes de Texas permitiría al estado, agencias estatales e individuos almacenar metales preciosos utilizando un depositario seguro con sede en Texas para reducir la dependencia de las instalaciones fuera del estado y aislar sus activos de las fuerzas del mercado inestables”.
“Nueva York aborrecerá esto”, dijo Kolkhorst. “Para mí, eso y el hecho de que va a ahorrar dinero a Texas lo transforma en una idea de oro“.
Estados ya no confían en EE.UU.
No es el primer intento de Texas de mostrar su independencia y distanciarse de EE.UU. Si otros esfuerzos no se transforman en resultados concretos, esto supondrá que el estado devolverá su oro y ya nadie será capaz de determinar su destino. Además, es un paso decisivo de Texas hacia la creación de su propia moneda y su independencia como una república autosuficiente.
Y el estado tiene todos los prerrequisitos para hacerlo una realidad: Texas es un enorme territorio, se puede hasta decir que es un país independiente con su singular cultura y forma de vida. Tiene una visión completamente diferente del mundo y puntos de vista sobre la política de EE.UU. Por ejemplo, está totalmente en desacuerdo con la política del Gobierno federal de Estados Unidos en materia fiscal, debido a una balanza claramente desfavorable.
La economía de Texas es una de las más grandes y de mayor crecimiento de los Estados Unidos. En Texas se encuentran 50 empresas de la lista Fortune 500 (tercer puesto después de Nueva York y California).
Texas es el mayor exportador de bienes a EE.UU., el volumen de negocios del comercio del estado con otros países supera los 100.000 millones de dólares anuales. Si Texas fuera un país soberano, tendría la 14ª economía más grande del mundo por PIB (por delante de Corea del Sur y los Países Bajos).
Así, muy pronto EE.UU. puede perder no solo a uno de sus estados más ricos, sino sus reservas de oro -un colchón de seguridad- que desaparecen a velocidades récord a la luz de los intentos de numerosos países de repatriar sus lingotes.
A medida que avance este proceso se verá si Washington muestra el mismo entusiasmo que ha manifestado referente a otros procesos secesionistas unilaterales: léase Kosovo (Serbia).
RT
Bajo el proyecto de ley 483, aprobado por unanimidad por el Senado estatal, Glenn Hegar, contralor de Cuentas Públicas de Texas, estaría autorizado a establecer y administrar los primeros lingotes que depositaría el estado en un lugar no determinado todavía. Cabe destacar que ningún otro estado de EE.UU. tiene aún su propio depósito de lingotes.
El senador republicano Lois Kolkhorst indicó que el estado y sus organismos tienen más de 1.000 millones de dólares en oro que ahora se conservan en instalaciones en otros estados.
Un análisis oficial del proyecto de ley explica: “El establecimiento de un almacén de lingotes de Texas permitiría al estado, agencias estatales e individuos almacenar metales preciosos utilizando un depositario seguro con sede en Texas para reducir la dependencia de las instalaciones fuera del estado y aislar sus activos de las fuerzas del mercado inestables”.
“Nueva York aborrecerá esto”, dijo Kolkhorst. “Para mí, eso y el hecho de que va a ahorrar dinero a Texas lo transforma en una idea de oro“.
Estados ya no confían en EE.UU.
No es el primer intento de Texas de mostrar su independencia y distanciarse de EE.UU. Si otros esfuerzos no se transforman en resultados concretos, esto supondrá que el estado devolverá su oro y ya nadie será capaz de determinar su destino. Además, es un paso decisivo de Texas hacia la creación de su propia moneda y su independencia como una república autosuficiente.
Y el estado tiene todos los prerrequisitos para hacerlo una realidad: Texas es un enorme territorio, se puede hasta decir que es un país independiente con su singular cultura y forma de vida. Tiene una visión completamente diferente del mundo y puntos de vista sobre la política de EE.UU. Por ejemplo, está totalmente en desacuerdo con la política del Gobierno federal de Estados Unidos en materia fiscal, debido a una balanza claramente desfavorable.
La economía de Texas es una de las más grandes y de mayor crecimiento de los Estados Unidos. En Texas se encuentran 50 empresas de la lista Fortune 500 (tercer puesto después de Nueva York y California).
Texas es el mayor exportador de bienes a EE.UU., el volumen de negocios del comercio del estado con otros países supera los 100.000 millones de dólares anuales. Si Texas fuera un país soberano, tendría la 14ª economía más grande del mundo por PIB (por delante de Corea del Sur y los Países Bajos).
Así, muy pronto EE.UU. puede perder no solo a uno de sus estados más ricos, sino sus reservas de oro -un colchón de seguridad- que desaparecen a velocidades récord a la luz de los intentos de numerosos países de repatriar sus lingotes.
A medida que avance este proceso se verá si Washington muestra el mismo entusiasmo que ha manifestado referente a otros procesos secesionistas unilaterales: léase Kosovo (Serbia).
RT