(Tercera entrega de una serie
de artículos que ayudan a aclarar la usurpación de denominación que realizó la
seudoburguesía rentística venezolana.
Las dos primeras podrán leerlas aquí:
La inexistencia durante el
siglo XIX de un sector exportador capaz de integrar el país al mercado mundial
y hacer aparecer una clase con el poder suficiente para consolidar el Estado
liberal, significó la mayor frustración de la segunda mitad del siglo XIX
venezolano. Con estas variables
presentes, el mayor acercamiento fue el de Guzmán, que sin embargo no pasó de
ser un cascarón de Estado sobre una inestable realidad precapitalista. Habría que esperar hasta bien entrado el
siglo XX, cuando la acción del petróleo sobre la sociedad logró constituir ese
Estado, casi cuando ya estaba perdiendo vigencia en el continente, pues en
todas partes se derrumbó estrepitosamente por causa de la crisis iniciada en
1929.
En las condiciones del tercer
tercio del XIX y las tres primeras décadas del XX, apareció en países
latinoamericanos un sector industrial, algunas de cuyas industrias eran
propiedad de una clase que significó el mejor antecedente de burguesía. Parece paradójico que sucediera durante la
vigencia de la división internacional del trabajo, férrea imposición para
participar en el mercado mundial, pactada entre la oligarquía liberal de la
periferia y la burguesía capitalista de los países desarrollados. Todos cuidaban que la DIT no sufriera
perturbaciones, y así, por ejemplo, que la oligarquía liberal estableciese
medidas proteccionistas para permitir el aparecimiento de industrias, era un
exabrupto tan grande como el de esperar que la burguesía capitalista dirigiese
inversiones para crear o fortalecer un sector secundario competitivo consigo
misma. Las industrias aparecidas no
significaban mengua de la DIT, porque tenía otra explicación, relacionada con
la capacidad del modelo primario exportador para diversificar la economía y
crear mercados de dimensiones respetables; además fueron importantes, hasta el
punto de que a comienzos de los treinta del siglo XX el porcentaje de mano de
obra del sector secundario de algunos países sobrepasaba el 20 %, lo que podía
dar una imagen de ser industrializados.
Pero aquí, nanay-nanay, y
veremos por qué. La DIT tenía rendijas,
y permitía el surgimiento de industrias, unas generadoras de esa preburguesía,
otras no, según el esquema que sigue:
1.
Cuando los procesos del secundario eran una necesidad para la
realización del sector exportador primario, cuya influencia sobre la sociedad
variaba según este sector estuviese en manos de nacionales o extranjeros. Si de extranjeros, ni se notaba, porque era
parte del “enclave”, con la influencia limitada de este, como en el caso de nuestro
país; si de nacionales, generalmente lo constituían los mismos propietarios del
primario, que no se desdoblaban como clase y continuaban comportándose como
oligarquía primario-exportadora. Ejemplos
de procesos del secundario pertenecientes a este grupo; los frigoríficos, la
torrefacción (lavado, secado, trillado y selección) de café, los ingenios
azucareros, así no cumpliesen todo el proceso de refinación, la “puesta a
punto” de minerales para poder ser exportados.
En el caso de los frigoríficos, de inversión considerable que
solucionaba necesidades de muchos productores, nacieron del capital nacional
pero bien pronto fueron adquiridos por el capital extranjero.
2.
Bienes imposibles de ser objeto de tráfico internacional por no
haberse resuelto aún limitaciones de durabilidad y eran perecederos, Fueron producidos industrialmente si la
amplitud del mercado lo permitía, es decir, donde el sector exportador había
logrado incidir ampliamente sobre la diversificación de la sociedad y creado un
mercado interno de importancia.
Alimentos y bebidas entran en esta posibilidad; pan, lácteos, colas,
cerveza… Por lo general fueron inversionistas nacionales, ajenos al sector
exportador, que comenzaron con procesos artesanales, que pudieron derivar en
industriales. Y se considera nacional,
así se tratase de inmigrantes que traían el conocimiento y lo aplicaban, pues
el financiamiento era interno y no establecían ninguna vinculación con
industrias semejantes del país de origen.
Estos propietarios, burgueses porque eran dueños de los medios de
producción del sector secundario, conformaron una capa social con intereses
comunes a la oligarquía exportadora, pues su buena o mala situación dependía de
la salud del modelo exportador, al que también se debían.
3.
Bienes con características que hacían imposible su traslado a
grandes distancias, como el agua potabilizada y la electricidad, en algunas
ciudades iniciativa de los gobiernos, nacional o municipal, en otras de la
iniciativa individual, pasando estos propietarios y los del apartado siguiente,
a ser semejantes a los descritos en el apartado anterior.
4.
Bienes con protección natural, porque el precio del traslado
incidía exageradamente en su costo, por lo que fabricarlos aquí era ventajoso
aún cuando los equivalentes importados no estuviesen ningún tipo de
restricción. Ejemplo, los materiales de
construcción (cemento, productos de alfarería y de cantera) que pasaron de
procesos artesanales a industriales en los mercados de cierta amplitud.
5.
Todos los anteriores procesos industriales que pudieron surgir,
tienen una explicación muy a la mano; no así, otros que parecieran negar la
esencia del la DIT, como los textiles, cuya producción interna abastecía un
porcentaje muy alto (hasta el 80 % en algunos países) del mercado nacional. Se trata de bienes producidos por industrias
de baja composición de capital, es decir, en las que el capital variable
constituía la parte más importante del capital necesario para el proceso de
producción. El crecimiento del nivel de
vida en los países capitalistas desarrollados y los cambios de los patrones de
consumo, dejó sin mercado a la producción de textiles baratos, que siguió
teniendo gran demanda en los países primario exportadores. Las textileras dedicadas a la producción de
esos tejidos tenían altos costos de producción, dada la cantidad de
trabajadores que demandaban, por lo que fueron cerradas y vendidas a
interesados de países primario exportadores, donde el costo de la mano de obra
era muy inferior, lo que las hacía rentables.
De paso, fue una de las primeras formas de venta de tecnología que se
dio en el mercado mundial.
Algunas de las industrias
expuestas surgieron en Venezuela, como lo veremos cuando continuemos buscándole
la madre a la seudoburguesía rentística.
Hasta pronto, mis amigos.