Ayer ha comenzado Jade Helm 15, un
entrenamiento militar a gran escala en siete estados de Estados Unidos,
incluido Texas, que va a durar tres meses y que llega envuelto de
polémica.
La preparación de las maniobras ha despertado recelos en algunos
círculos tejanos, desatando teorías conspirativas en internet que han
llegado a ser virales.
Sin embargo, solo un 16% se opone a que se realicen ejercicios militares en su Estado.
La ola de opinión incluso alcanzó los despachos oficiales: el gobernador del Estado, Greg Abbott, encomendó a la guardia estatal de Texas que vigilase las maniobras militares.
Varios guardias locales mantendrán desde hoy contacto con el Ejército y los ciudadanos, para garantizar además la logística y transmitir las posibles quejas por el ruido que puedan padecer algunos vecinos.
Las maniobras, según el Ejército, pasarán cerca de apenas una docena de pueblos del Estado.
El objetivo de Jade Helm 15 es potenciar el trabajo en equipo en un
escenario de “guerra no convencional”, según ha declarado el
teniente-coronel Mark Lastoria, portavoz del Comando de Operaciones
Especiales del Ejército de EEUU (USASOC): “El ejercicio militar está
diseñado para asegurar que las fuerzas de operaciones especiales del
Ejército están entrenadas, equipadas y organizadas para enfrentar
amenazas futuras”.
El USASCO aportará el grueso de las tropas: 1.200 soldados a quienes acompañarán destacamentos de la Marina, los marines y la Fuerza Aérea.
El Pentágono asegura que las maniobras tienen lugar en el sureste del país debido a las duras condiciones geográficas, similares al escenario de posibles acciones en Oriente Medio, y ha desacreditado las teorías conspirativas y garantizado que los ejercicios no suponen ningún peligro para los civiles.
Una hipótesis aseguraba que el
Gobierno planeaba imponer la ley marcial; otra, que los viejos centros
comerciales de Walmart iban a ser transformados en campos de
concentración para hacer desaparecer a los disidentes políticos; una
teoría destacaba que Jade Helm (“timón de jade”) era una clara
referencia a China.
Según una encuesta telefónica del centro Rasmussen Reports efectuada
en mayo, el 45% de los votantes estadounidenses consideran las maniobras
militares son una forma de reforzar el control del Gobierno federal
sobre los Estados del país.Sin embargo, solo un 16% se opone a que se realicen ejercicios militares en su Estado.
La ola de opinión incluso alcanzó los despachos oficiales: el gobernador del Estado, Greg Abbott, encomendó a la guardia estatal de Texas que vigilase las maniobras militares.
Varios guardias locales mantendrán desde hoy contacto con el Ejército y los ciudadanos, para garantizar además la logística y transmitir las posibles quejas por el ruido que puedan padecer algunos vecinos.
El USASCO aportará el grueso de las tropas: 1.200 soldados a quienes acompañarán destacamentos de la Marina, los marines y la Fuerza Aérea.
El Pentágono asegura que las maniobras tienen lugar en el sureste del país debido a las duras condiciones geográficas, similares al escenario de posibles acciones en Oriente Medio, y ha desacreditado las teorías conspirativas y garantizado que los ejercicios no suponen ningún peligro para los civiles.
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