Un tanque israelí toma posición en la frontera con Egipto en el Norte del Sinaí. - REUTERS
La extrema violencia de la última semana puede ser sólo el preludio de una violencia endémica y de grandes proporciones.
Todo indica que la represión va a crecer significativamente y que el país puede entrar en una fase peligrosa para su estabilidad
EUGENIO GARCÍA GASCÓN
JERUSALÉN
– La expansión del islamismo yihadista por Oriente Próximo ha
experimentado esta semana un considerable salto cualitativo con la operación que ha llevado a cabo el Estado Islámico-Provincia del Sinaí en Egipto y que se ha cobrado la vida de decenas de soldados y milicianos.
El Estado Islámico fundado en Irak tras la caída de Saddam Hussein en 2003 ya se extiende hasta Túnez, pasando por Siria, Yemen y Libia, sin contar con los brotes que han surgido en otras partes del mundo islámico, causando una situación terrible para los musulmanes no islamistas obligados a vivir bajo el yugo de un salafismo anclado en el pasado.
La operación del miércoles en el norte del Sinaí se produjo el mismo día que se conoció un informe de Amnistía Internacional muy crítico con el gobierno del presidente Abdel Fattah al Sisi.
El Estado Islámico fundado en Irak tras la caída de Saddam Hussein en 2003 ya se extiende hasta Túnez, pasando por Siria, Yemen y Libia, sin contar con los brotes que han surgido en otras partes del mundo islámico, causando una situación terrible para los musulmanes no islamistas obligados a vivir bajo el yugo de un salafismo anclado en el pasado.
La operación del miércoles en el norte del Sinaí se produjo el mismo día que se conoció un informe de Amnistía Internacional muy crítico con el gobierno del presidente Abdel Fattah al Sisi.
El
texto de la ONG califica a Egipto de “estado represivo” y subraya que
desde el golpe de Estado de hace dos años ha enviado a prisión a más de
41.000 personas.
La represión no se reduce a Egipto, ni al mundo musulmán.
Está cobrando un tinte preocupante en Occidente que tiene mucho que ver con la islamofobia
Pero esto esta situación probablemente no ha tocado fondo; es una pescadilla que se muerde la cola y todo indica que la represión va a continuar creciendopuesto que el islamismo radical tampoco va a parar de crecer.
De
hecho, la represión no se reduce a Egipto, ni al mundo musulmán en
general, sino que está cobrando un tinte preocupante en Occidente que
tiene mucho que ver con la tradicional islamofobia.
Las preocupantes declaraciones de David Cameron tras el reciente atentado de Túnez no dejan lugar a la duda.
El
mismo miércoles, el gobierno del primer ministro egipcio, Ibrahim al
Melah, anunció que está trabajando para endurecer la legislación
antiterrorista.
Una de las medidas anticipadas es la condena a muerte para
todos aquellos que financien a “organizaciones terroristas”. Hay que
recordar que en Egipto incluso los Hermanos Musulmanes están
considerados como una “organización terrorista”.
Además el Tribunal de Casación, cuyas sentencias son firmes, dispondrá a partir de ahora de un plazo de solo tres meses para dictar las sentencias relacionadas con el terrorismo, y los acusados solamente podrán recurrir una vez y no dos como ocurría hasta ahora.
Además el Tribunal de Casación, cuyas sentencias son firmes, dispondrá a partir de ahora de un plazo de solo tres meses para dictar las sentencias relacionadas con el terrorismo, y los acusados solamente podrán recurrir una vez y no dos como ocurría hasta ahora.
Como sea que en Egipto todavía no hay Parlamento, puesto que no se han celebrado elecciones, el presidente Sisi tiene potestad para aprobar cualquier legislación, incluida la terrorista, y el mandatario ya ha anunciado que está a favor de endurecer la persecución del terrorismo.
Principal teatro del yihadismo en Egipto
La península del Sinaí es el principal teatro del yihadismo en Egipto, aunque no el único.
Dos días antes de lo ocurrido allí, un comando acabó con la vida del fiscal general del Estado en El Cairo, un hombre que había enviado a prisión a miles de islamistas, y el funcionario de mayor rango que paga con su vida la lucha contra el “terrorismo” desde el golpe de 2013.
El mismo miércoles, como si todo esto fuera poco, las fuerzas de seguridad mataron a nueve miembros del equipo jurídico de los Hermanos Musulmanes, incluido un abogado que fue diputado en el parlamento disuelto por Sisi.
Dos días antes de lo ocurrido allí, un comando acabó con la vida del fiscal general del Estado en El Cairo, un hombre que había enviado a prisión a miles de islamistas, y el funcionario de mayor rango que paga con su vida la lucha contra el “terrorismo” desde el golpe de 2013.
El mismo miércoles, como si todo esto fuera poco, las fuerzas de seguridad mataron a nueve miembros del equipo jurídico de los Hermanos Musulmanes, incluido un abogado que fue diputado en el parlamento disuelto por Sisi.
Hechos tan graves como este pueden disparar la espiral de violencia.