Las cifras se igualan a las que tenía el país entre 2009 y 2010
Los cultivos de coca y la producción potencial de cocaína en Colombia
aumentaron en 2014. Los primeros crecieron un 44%, ya que pasaron de
48.000 hectáreas en 2013 a 69.000 hectáreas en el último año, mientras
que la producción del alcaloide pasó de 290 toneladas a 442, lo que
significa un aumento del 52%.
Así lo señala el informe de monitoreo de cultivos de coca que hace la Oficina de Naciones de Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en conjunto con el Gobierno, presentado ayer en Bogotá. Las cifras de los cultivos de coca se igualan a las que tenía el país entre 2009 y 2010 cuando el área sembrada llegaba a las 73.000 hectáreas, pero está muy por debajo del máximo histórico: hace 13 años Colombia llegó a tener 145.000 hectáreas de plantaciones. Las nuevas cifras también rompen la tendencia al estancamiento que se venía registrando en los últimos dos años, cuando los cultivos no superaban las 48.000 hectáreas.
Tras la presentación del informe, el ministro de Justicia, Yesid Reyes, reconoció que es evidente que hay que rediseñar la política de drogas en el país. “Solo transformando los territorios, dotándolos de bienes públicos y reconociendo y garantizando los derechos de los ciudadanos que allí habitan, lograremos enfrentar de manera eficiente y sostenible la existencia de cultivos ilícitos en nuestro país”, dijo.
La ONU, entre tanto, advierte que el mayor aumento de los cultivos se dio en los departamentos de Putumayo y Caquetá, en el sur del país y fronterizos con Ecuador, donde históricamente ha habido presencia de grupos armados ilegales como las FARC y los paramilitares. Allí los cultivos crecieron un 68%. Sin embargo, la región que tiene mayor superficie cultivada es el Pacífico colombiano, que pasó de 18.500 hectáreas a cerca de 26.000.
La otra razón por la que aumentaron los cultivos ilícitos se relaciona, según la ONU, con el incremento, en algunas regiones, del precio de la hoja de coca, materia prima para la producción de la cocaína, y a que se redujo el riesgo por la afectación por aspersión y erradicación manual. “Es decir menos costos de producción y mejores precios de venta al productor primario”, dice otro aparte del informe.
El documento revela, basado en un monitoreo de imágenes satelitales, que la coca no se expandió a nuevos territorios y se concentra solo en cinco regiones, cuatro del sur del país y otra en el Catatumbo, una zona fronteriza con Venezuela. En total, estas zonas concentran el 73% de los cultivos ilícitos. La UNODC también confirmó que el 35% del territorio nacional ya no tiene ni una sola mata de coca.
Bo Mathiasen, representante de UNDOC en Colombia, alentó al Gobierno a aumentar los programas de desarrollo alternativo en las regiones en donde los campesinos colombianos dependen de los cultivos ilícitos, lo que en los últimos años ha favorecido a 180.000 familias. “El desarrollo alternativo no sólo es útil para contrarrestar los cultivos de coca, sino también otras actividades ilícitas que amenazan a las regiones más vulnerables del país”, dice.
El aumento en la producción se da a pesar de que en el último año creció la aspersión aérea en un 18% (de 47 mil a 55 mil hectáreas), no obstante que la erradicación anual bajó de 22.000 a 12.000 hectáreas, lo que representa una disminución del 44%. La ONU también muestra que las incautaciones de cocaína se mantuvieron en un promedio de 166.000 kilogramos, cifra igual a la incautada en 2013.
Así lo señala el informe de monitoreo de cultivos de coca que hace la Oficina de Naciones de Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) en conjunto con el Gobierno, presentado ayer en Bogotá. Las cifras de los cultivos de coca se igualan a las que tenía el país entre 2009 y 2010 cuando el área sembrada llegaba a las 73.000 hectáreas, pero está muy por debajo del máximo histórico: hace 13 años Colombia llegó a tener 145.000 hectáreas de plantaciones. Las nuevas cifras también rompen la tendencia al estancamiento que se venía registrando en los últimos dos años, cuando los cultivos no superaban las 48.000 hectáreas.
Tras la presentación del informe, el ministro de Justicia, Yesid Reyes, reconoció que es evidente que hay que rediseñar la política de drogas en el país. “Solo transformando los territorios, dotándolos de bienes públicos y reconociendo y garantizando los derechos de los ciudadanos que allí habitan, lograremos enfrentar de manera eficiente y sostenible la existencia de cultivos ilícitos en nuestro país”, dijo.
La ONU, entre tanto, advierte que el mayor aumento de los cultivos se dio en los departamentos de Putumayo y Caquetá, en el sur del país y fronterizos con Ecuador, donde históricamente ha habido presencia de grupos armados ilegales como las FARC y los paramilitares. Allí los cultivos crecieron un 68%. Sin embargo, la región que tiene mayor superficie cultivada es el Pacífico colombiano, que pasó de 18.500 hectáreas a cerca de 26.000.
Las causas
Para la ONU, una de las razones de este incremento tiene que ver con la falsa creencia que tienen algunos campesinos que cultivan coca de que recibirán mayores ayudas del Gobierno cuanto mayor sea el área sembrada que tengan. Todo esto alimentado por la expectativa de los programas de sustitución voluntaria de cultivos ilícitos de los que ha venido hablado el presidente Juan Manuel Santos, como una alternativa a la suspensión de la aspersión aérea con glifosato, la cual fue eliminada definitivamente por Colombia hace dos meses. “Algunas comunidades sienten que al tener coca tienen una mayor oportunidad de interlocución con el Gobierno”, señala el informe.La otra razón por la que aumentaron los cultivos ilícitos se relaciona, según la ONU, con el incremento, en algunas regiones, del precio de la hoja de coca, materia prima para la producción de la cocaína, y a que se redujo el riesgo por la afectación por aspersión y erradicación manual. “Es decir menos costos de producción y mejores precios de venta al productor primario”, dice otro aparte del informe.
El documento revela, basado en un monitoreo de imágenes satelitales, que la coca no se expandió a nuevos territorios y se concentra solo en cinco regiones, cuatro del sur del país y otra en el Catatumbo, una zona fronteriza con Venezuela. En total, estas zonas concentran el 73% de los cultivos ilícitos. La UNODC también confirmó que el 35% del territorio nacional ya no tiene ni una sola mata de coca.
Bo Mathiasen, representante de UNDOC en Colombia, alentó al Gobierno a aumentar los programas de desarrollo alternativo en las regiones en donde los campesinos colombianos dependen de los cultivos ilícitos, lo que en los últimos años ha favorecido a 180.000 familias. “El desarrollo alternativo no sólo es útil para contrarrestar los cultivos de coca, sino también otras actividades ilícitas que amenazan a las regiones más vulnerables del país”, dice.
El aumento en la producción se da a pesar de que en el último año creció la aspersión aérea en un 18% (de 47 mil a 55 mil hectáreas), no obstante que la erradicación anual bajó de 22.000 a 12.000 hectáreas, lo que representa una disminución del 44%. La ONU también muestra que las incautaciones de cocaína se mantuvieron en un promedio de 166.000 kilogramos, cifra igual a la incautada en 2013.