La
actual situación posición del gobierno griego negociando unas
condiciones de pago de la deuda pública frente al BCE, FMI, Bancos
Centrales Europeos y Gobiernos nacionales, lo menos indignas posibles,
ha generado un movimiento defensivo por parte de Grecia convocando un
referéndum y de enrocamiento por parte de los acreedores
institucionales que parece abocarnos a analizar la situación de manera
profunda y desechando los análisis manipulados de los medios de
comunicación de masas, de las instituciones supranacionales o de los
representantes de los gobiernos europeos que mueven la boca al dictado
del sistema financiero.
Resulta
increíble, a la vez de decepcionante, que después de ocho años de
crisis económica sistémica y del afloramiento de las razones reales de
dicha crisis, gobiernos como el de España o el FMI, junto a sus palmeros
de los medios de comunicación de masas mantengan el mismo discurso que
en 2008 y culpen o bien a los ciudadanos de vivir por encima de sus
posibilidades o como es el caso de Grecia, culpar al gasto público o a
la mala gestión de los políticos griegos (apoyados por los gobiernos
europeos) de la deuda impagable que acumulan los estados europeos del
sur, expuestos al escarnio público y los del norte, oculto bajo el manto
del Banco Central Europeo, la Unión Europea y el FMI.
En esta especie de embudo que se encuentran las negociaciones entre Grecia y “las instituciones que han avalado” los
rescates llegan al absurdo en sus exigencias buscando el impago con el
único objetivo de obligar al actual gobierno griego a convocar
elecciones para que un partido sumiso vuelva al poder, permitiendo “de
momento) mantener la ficción de la deuda y evitar por todos los medios
que la opinión pública conozca en profundidad el fracasado modelo
económico fiduciario, orgullo de los neoliberales.
Por
lo tanto, la primera conclusión evidente, es era casi imposible que las
negociaciones entre Grecia y las instituciones que han avalado los
rescates pudieran llegar a un acuerdo, ya que este dependía de la
sumisión absoluta del actual gobierno o en su defecto de un cambio de
poder.
He querido remarcar en negrita, “instituciones que han avalado” porque es imprescindible aclarar, que la Unión Europea o el FMI NO
HAN APORTADO DINERO EN EFECTIVO, SINO AVALES DE RESPALDO A LAS
EMISIONES DE DEUDA PUBLICA POR PARTE DEL ESTADO GRIEGO O PARE SER
UTILIZADOS POR LOS BANCOS PRIVADOS GRIEGOS CON EL FIN DE OBTENER
LIQUIDEZ DEL BANCO CENTRAL EUROPEO. Por lo tanto es falso que Grecia
deba dinero a España o a cualquier otro país o institución, ya que
España no ha aportado ni un céntimo de euro.
Lo
que es cierto, es que si Grecia no paga, los prestamistas
internacionales exigirán el pago del dinero a los avalistas; pero hasta
que ocurra eso, no se puede hablar de impago a los socios comunitarios.
Un
elemento que me ha llamado la atención en la manipulación del mensaje a
la opinión pública europea en referencia a las negociaciones europeas
es el uso del término “Acreedores” reduciendo la exposición pública de instituciones como el FMI o el BCE
El
uso de la palabra Acreedores intenta transmitir a la opinión pública
que los prestamistas institucionales son idénticos al individual, aunque
en realidad no tiene nada que ver, ya que los primeros crean dinero de
la nada, mediante la generación de deuda y bajo la promesa de un pago
futuro, los segundos utilizan el dinero efectivo procedente de la
economía real.
Al
igual que sucede con la creación del dinero por parte de los bancos,
sólo cuando Grecia pide el rescate es cuando se crea dinero que antes no
existía.
Mientras
que los “acreedores” crean dinero de la nada, los deudores, devuelven
el dinero, más los intereses de lo obtenido en la economía real.
Esta
creación de dinero mediante la deuda, ahoga la economía real, evitando
la distribución de la riqueza a través de la inversión y los ingresos
salariales, generando un efecto de acumulación de riqueza entre las
elites internacionales.
Este
sistema fiduciario tal y como se regula en este momento, es muy similar
al timo de la estampita, sólo que los “timadores” son el BCE como
colaborador necesario y el sistema financiero como generador de la
“estafa” (presuntamente).
La
mecánica de la generación de deuda “de la nada” ya nos permite intuir
que parte de la deuda griega, al igual que la de otros muchos países, es
artificial y por lo tanto ilegítima.
Una
segunda conclusión sería que los ciudadanos griegos y en general
europeos, no tienen ninguna culpa del estallido de la crisis económica.
Los verdaderos culpables son la banca y los fondos de inversión con el
beneplácito de los Bancos Centrales y la connivencia de los políticos.
Otro
elemento central en la crisis griega y de los países del sur de Europa
es Alemania, el supuesto gran perjudicado por el futuro posible impago
de Grecia.
Desde mi punto de vista, Alemania es la gran beneficiada de la crisis griega y de la estructura ad hoc de la Unión Europea.
En
primer lugar, Alemania está financiando su deuda con intereses
negativos ya que ha conseguido gracias al modelo económico del Euro, que
los inversores internacionales la consideren un valor refugio.
Cada crisis del sur de Europa hace que la deuda Alamana cada vez tenga que pagar menos intereses.
En
segundo lugar, el modelo de crecimiento impuesto por Alemania a la
Unión Europea mediante la reducción de valor de los ingresos laborales y
una apuesta única por las exportaciones ha supuesto la
desindustrialización del sur de Europa, evitando una competencia in
terna y directa sobre productos con alto valor añadido y como
consecuencia de ello economía débiles, basadas el en sectores de bajo
valor añadido y por lo tanto excesivamente expuestas a los vaivenes de
los mercados.
El
caso de Grecia es evidente y se refleja en el aumento de la deuda
pública desde 2.005, 100% del PIB, hasta la actualidad que ronda un 178%
sobre el PIB. Mientras que el crecimiento del PIB ha sido inversamente
proporcional, reduciéndose un 26%.
Si
tomamos como referencia el 2005, hasta el cierre de 2014, observamos
que mientras Alemania ha aumentado en 600.000 millones de euros su PIB,
en Grecia desde su punto máximo, ha perdido 60.000 millones de euros.
Un
dato curioso que no quiero dejar de pasar por alto y creo que puede
darnos pistas sobre la economía griega y alemana. En 2005 la deuda
pública per cápita en Alemania era 18.637 euros, en Grecia de 18.000
euros. Cada ciudadano alemán debía 637 euros más que los ciudadanos
griegos.
En
2014 la deuda per cápita alemana es de 26.294 euros y la griega es de
28.867 euros, los griegos deben 2573 euros más por habitante que los
alemanes, tan sólo un 10% más que resulta asombroso cuando se supone que
la potencia de la economía alemana es muy superior a la de la griega.
Lo dejo ahí para que cada uno saque sus propias conclusiones.
En
tercer lugar, ¿quién está rescatando a quién? Lo que nos transmiten los
medios de comunicación es que la política económica alemana es la
correcta y que los griegos son los “malos”, pero a veces, las cosas no
son como parecen, ni las oportunidades se reparten de la misma manera.
El
gobierno griego en 2014, ha adquirido compromisos para respaldar a la
banca griega por valor de 39.809 millones de euros y se le ha obligado a
garantizar estos compromisos por un valor de 51.110 millones de euros,
superior al valor de respaldo a los bancos y esto sin contar los avales e
instrumentos financieros de respaldo al sistema financiero del gobierno
y que sumaron en 2014 la friolera de 17.381 millones de euros.
Ahora comparemos los mismo conceptos en el caso de la “supuesta víctima” y excelente gestora de su economía, Alemania.
Los
compromisos de respaldo del gobierno alemán su banca fueron en 2014 de
238.471 millones de euros, mientras que las garantías exigidas fueron de
22.574 millones de euros.
Con
respaldo seis veces superior a la banca alemana con respecto a Grecia
por parte del gobierno alemán, los depósitos exigidos como garantía son
menores en un 50% de los exigidos a Grecia.
La
pregunta sería, si Alemania que ha rescatado a toda su banca sin
control alguno y gracias a destruir el tejido productivo de los países
del sur de Europa y a un bajo coste de financiación de los inversores
por ser considerado una inversión refugio, sufriera como consecuencia de
la rebelión griega un desequilibrio económica ¿quién la rescataría?
Alemania
es un gigante con los pies de barro y que en 2014 necesitó apoyar con
avales e instrumentos financieros a su banca por un monto de 208.303
millones de euros, que sumado al resto de ayudas supone un 25% del PIB,
me lleva a pensar que realmente los que vivieron por encima de sus
posibilidades, no fueron los griegos, sino Alemania.
Por
último y no menos importante, los rescates a Grecia han sido
gestionados por un seudoparaguas llamado la Troika que no sólo carece
de entidad jurídica alguna y falta de legitimidad, sino que ha
incumplido la legislación europea de forma sistemática, por lo que la
mayoría de sus actos podrían ser considerados como ilegales dentro del
marco jurídico de la Unión Europea y por lo tanto inválidos y sin
efecto.
Recomiendo
a los lectores que le dediquen unos minutos al vídeo que incluyo debajo
que les aclarará meridianamente porque mantengo la ilegalidad de las
medias tomadas por la UE y la Troika como consecuencia de los rescates y
de las medidas de austeridad que han provocado que de manera
sistemática y consciente los gobiernos hayan incumplido el Derecho
Comunitario.
Para
finalizar este articulo incluyo mi última colaboración en Radio Gramsci
en un programa titulado “No al terrorismo financiero de la UE” junto a
Davis Serquera y Antonio Muñoz Ballesta, donde se añaden más argumentos y
datos sobre la situación en Grecia.
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"Varoufakis a través del espejo"
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"¿Se acerca un nuevo Colapso de la economía mundial en 2015?"
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