Primero fue Capriles en Yare, luego la Tintori en Cojedes,
cuatro días después le tocó el turno a Miguel Pizarro y al día
siguiente, según Ramos Allup, Richard Blanco e Ivlev Silva corrieron con
similar (y presunta) suerte, sólo que Richard Blanco no genera rating
(y a nadie le importa). Todos fueron "atacados por colectivos del Psuv"
con armamento de guerra o palos y piedras. Curiosa y felizmente, en
ningún caso pasó absolutamente nada, aparte del show. ¿Y cuánto vale el
show?
Noviembre 25 de 2015, 5:27 pm
1. Lo primero es plantear, como siempre, la pregunta evidente: ¿quién gana de semejantes presuntos actos de violencia? Dejando de lado la cacareada y endeble matriz del "gobierno desesperado porque tiene los días contados", ¿al Psuv -que es a quien responsabilizan directamente- por dónde le conviene en medio de la campaña vestirse con elementos que lo identifiquen y salir a "amedrentar" a las caravanas de la campaña de algunos candidatos y figuras opositoras?
2. En la otra acera, y dentro del esquema discursivo mediante el cual la oposición (y la plataforma mediática internacional), ¿cuánto favorece para ir consolidando la "imagen" del presunto avance, del cambio, de asumirse como los David contra el Goliat chavista, generando simpatías y presuntas solidarizaciones a nivel internacional? La respuesta la contiene ya la misma pregunta. Toda épica que necesita de una victimización a juro es postiza, y creación mediática con límites muy claros (sobre esto más adelante).
3. Por otro lado, existe una cuestión de ritmo evidente. La primera "víctima" de una "arremetida" bajo este estilo fue Henrique Capriles, el multiperdedor, tras un paseo en Yare el 8 de noviembre. "Yo personalmente los emplacé que si ellos venían a echarnos tiros, que me echaran el tiro a mí", recuenta patrióticamente. La única "evidencia" mostrada públicamente hasta ahora es un video, con varios cortes, donde se demuestran escarceos de violencia de muy poco alcance. En ningún momento sale Capriles diciendo que le echaran el tiro a él. En ninguna parte.
4. Con diez días de diferencia, fue el turno de Lilian Tintori en el estado Cojedes, el 18 de noviembre. En este caso se trató de "colectivos violentos" que le impidieron la entrada al estado. Según una nota publicada en Runrun.es "con información de Comunicaciones Leopoldo López", contó Tintori que "quienes promovieron y protagonizaron los hechos de violencia vestían franelas rojas que decían vota por Cilia Flores, candidata de Nicolás Maduro en Cojedes". Más allá de la intimidación, no se registró de ninguna forma heridos. "Hoy vimos el miedo del régimen que se está acabando, del sistema que fracasó y que sabe que está perdido", declaró Tintori a la plataforma comunicacional de su marido. Y como para que la construcción de sentido quede clara, doña Tintori agregó: "Hoy Cojedes narra con hechos y pruebas que el régimen de Nicolás Maduro es un régimen violento, que persigue, que intimida y que viola los derechos humanos. Estos hechos deben ser evaluados por la misión de Unasur que se encuentra en Venezuela encabezada por el expresidente Fernández", que preside la comisión de acompañamiento de la Unasur. A falta de heridos verificables, El Nacional agrega el dato colateral en esa dirección: una muchacha presuntamente agredida que responsabilizó al "colectivo" del Frente Francisco de Miranda.
5. Acortando la brecha temporal, con cuatro días de diferencia, la "víctima" fue el candidato Miguel Pizarro, en Petare. Igual que los anteriores, se reproducen los mismos factores comunes: amplia cobertura mediática, "pesuvistas" amedrentadores con evidente ropa y simbología del partido y, sobre todo, cero heridos, comenzando por el mismo Pizarro, que ni un lepe: los protagonistas intactos. Pizarro señaló abierta y directamente a su contrincante en el Circuito 3 del estado Miranda, William Ojeda. Su discurso, luego del "amedrentamiento", va por el mismo entubamiento narrativo del "bien contra el mal": "Ni sus tiros, ni sus pistolas, ni su amedrentamiento, van a poder más que la fuerza de un pueblo que decidió cambiar. Usted puede tener las armas, y sus ametralladoras, pero no van a poder amedrentarnos, no van poder con nuestra voluntad de cambiar a Venezuela. No vamos a abandonar nunca a los venezolanos y a los petareños en sus ganas de encontrar soluciones".
Todos los protagonistas escuálidos salieron ilesos, intactos. La mentira sale6. El 23 de noviembre las denuncias de "amedrentamiento" fueron aún más peregrinas: Henry Ramos Allup denunció que el candidato Richard Blanco también fue atacado en la UD 5 de Caricuao. Tan fantasma fue el atentado que ni fotografía ni video lo certifican. Richard Blanco es menos relevante y tendrá menos recursos. Y, continuando con las fantasmagorías, la candidata Marialbert Barrios denunció el "secuestro" de tres de sus activistas en Catia. Ni los nombres, ni la fotografía, ni nada. La "preocupación" de Barrios por los "activistas" que colocaban propaganda en la zona se disipó ahí mismo, y oh sorpresa, por tuíter dejó su mensaje: "Las ganas de cambiar de nuestro pueblo es cada vez más fuerte. ¡Claro que podemos vivir mejor y juntos lo vamos a lograr!". Las evidencias son lo de menos; para ella, se entiende.
7. ¿Cuáles han sido los efectos inmediatos de estos actos parcialmente swarming (acción de enjambre) y simulacro teatrero producido en serie y mal montado? La acumulación de "hechos" criminalizadores, la consolidación pre-electoral de un "gobierno desesperado" que hace todo lo posible para no ir a elecciones. La martirización simbólica. La representación atrofiada de los "colectivos" inventados o adulterados (como en Cojedes). El abuso descarnado y abierto de la mentira política. Y, finalmente, un mecanismo de presión internacional (que hacia allá se orienta el consumo de tales especies) que pretenda conminar al gobierno a "desligarse" de acontecimientos en los que no tiene responsabilidad comprobable alguna. Su campaña es el vacío.
8. Lo que lleva a otra inevitable pregunta dentro de la "inevitable" narrativa del enfrentamiento: ¿esa enorme marusa de recursos que han recibido por diversas vías, bajo diversos apoyos frente a campañas tan escuetas y desabridas, dónde está siendo empleado? En un momento en el que el mercenarismo, el sicariato y los operadores disponibles para perpetrar operaciones de bandera falsa, con un mercado tan vibrante, ¿cuánto se desembolsa? ¿Y cuánto tienen aguantado para el escenario post-electoral? ¿En esto consiste la "campaña social" que pergeña Chúo Torrealba? Sí, porque no hay propuesta de absolutamente nada, y la erotización tras la victoria de Macri en Argentina así lo confirma.
9. Y como recordar es vivir, hay que traer a colación dos antecedentes claros, públicos, notorios y comunicacionales que demuestran que esta táctica mediática no es nada nueva. Todos en 2011 pueden recordar, en el marco de las "primarias" de la MUD el falso atentado contra María Corina Machado en el 23 de Enero por una llamada filtrada en la que advertía a su madre que iba a salir la noticia de que su comando de campaña fue atacado, pero que estuviera tranquila porque no había pasado nada y era parte del guión ("¿Pero cómo pueden inventar eso? ¡Coño!", preguntó la madre de la Machado en un ataque de sensatez). Y más cercano en el tiempo, y con mucha menos suerte como matriz sin prosperar, tal como lo reseñó esta tribuna, tenemos la escenificación que Voluntad Popular realizó en su sede cuando presuntamente agentes de Contrainteligencia "arremetieron" (otra vez la puta palabra), cayéndole a carajazos a una puerta, y ya.
10. Es claro que ante estas situaciones el espectáculo tiene un límite, y cuando se trata de protagonistas en la palestra, bien sea Capriles, Tintori o Pizarro, no es nada conveniente ni que se malogren ni que ocurran incidentes trágicos que les afecte directamente (lo que una vez más confirma la falacia de tales acciones). Richard Blanco no cuenta por falta de tracción y atracción. Los activistas sin nombre o domicilio reconocido por la muy desconocida Marialbert Barrios tampoco. Pero, conforme se acerca la fecha, la "hora 0", ¿cuánto puede manifestarse la nefasta de posiblidad de sacrificar a una ficha sacrificable que produzca el acontecimiento estremecedor y "el muertico necesario"? Bastante. Y ojalá que no pase. Pero conociendo a los verdaderos promotores de la violencia, lamentablemente no se puede descartar.
Actualización (25/11. 21:10)
A poco tiempo de haber publicado esta nota, trasciende la noticia
del asesinato del Secretario General de Acción Democrática en el estado
Guárico, Luis Manuel Díaz. Según denunció Henry Ramos Allup, a Díaz le
dispararon desde un vehículo en marcha. Mientras que junto a esta
versión, corre de forma automática, irresponsable y acríticamente la
conclusión intempestiva de que se trató de "bandas armadas del
chavismo", también se busca sostener que el homicidio ocurrió en tarima,
junto a Lilian Tintori y Rumy Olivo (candidata por Voluntad Popular en
el circuito).
Sea como sea, una versión ya contradice en lógica elemental a la
otra, partiendo de que se trataba de un mítin político. De ser así, ¿por
dónde pudo pasar el vehículo, disparar a Díaz que se encontraba en la
tarima según la versión y luego huir? O asumiendo que tal contraposición
de los hechos no lo sea, ¿qué le permite aseverar con tanta seguridad a
Ramos Allup o a la andanada de usuarios en redes de que se trató de un
asesinato político perpetrado por el gobierno a poco tiempo del
incidente y sin ningún elemento que lo sugiera, a no ser que haya sido
deliberadamente?