Reino Unido acaba de dar una bofetada a mano abierta en la conciencia de toda Europa, subrayando que sus ciudadanos no quieren estar gobernados por Alemania, que se puede salir de la UE y, por lo tanto, de la estafa global del euro.
El IV Reich alemán se resquebraja. Ya
nadie duda de que es una estructura de dominación y saqueo imperialista,
que va contra los intereses de los ciudadanos, que limita la soberanía
nacional y que, por supuesto, no cumple ninguno de los preceptos de solidaridad y paz con que se nos engañó para que tragáramos.
Que sean los conservadores y reaccionarios de Reino Unido quienes más ha defendido la salida, no es sinónimo de que estar en contra de ser una colonia alemana sea reaccionario o fascista. Lo fascista es mantener esta estructura de chantaje financiero y dependencia política.
Pero que haya sido Reino Unido, que no se debe ceñir al corsé medieval del euro, quien primero haya dicho que a tomar viento, es muy significativo. Demuestra que fue un acierto negarse a suprimir su moneda y su Banco Central.
Quienes buscan otra manera de unir a los pueblos europeos, en pie de igualdad, han salido victoriosos hoy. El terremoto británico retumba en Berlín y Washington, y la música dice que se acabó la fiesta de la banca.
Los ciudadanos queremos paz y unidad, pero no a costa de ser vasallos de Alemania y EEUU.
PD: Daría veinte euros por ver la cara del ministro alemán de finanzas, Wolfgan Shauble.