<>“Antes con mi sueldo podía alimentar a mis tres perros, dos gatos, compraba los repuestos de mi moto, comía y hasta me alcanzaba para irme a la playa… ahora con este hombre no me alcanza para nada”, así explicaba una señora el domingo en el mercado Guaicaipuro enfrentada a los 5 mil bolívares por un kilo de comida para gato.
- Y… claro, el nombre del Jefe de Estado explotaba en cada caso como fuego artificial, y se le exponía como el gran culpable de esta crisis.
Sin embargo, ninguno de los combativos contertulios fueron capaces de ver más allá de lo evidente.
Los
alimentos para animales en Venezuela, básicamente están en
manos de dos empresas: Polar y Cargill, socias en los silos, en los
sistemas de
distribución, en el control del casi el 100% del mercado legal (el
resto es
clandestino), y en el manejo de los 30 mil puntos de venta al detal.
- Ahora,
ambas empresas decidieron golpear el corazón de los
amantes de los animales de una manera moralmente mortal: los han puesto
a
decidir entre sobrevivir ellos o dejar morir a sus fieles compañeros.
Hace seis
meses, un saco de 20 kilos de alimento para perros costaba entre 3 y 5
mil
bolívares. Hoy está esa misma presentación en 40 mil bolívares.
- Incluso,
hay una marca que tiene tanto aserrín y colorante
rojo, que pone diarréicas a las mascotas, y en un par de semanas
pierden masa y
energía.
Animales
desnutridos y humanos derrotados moralmente, …con una
ira irracional que los lleva a maldecir al Presidente de la República.
No
fue suficiente con desaparecer los pañales, con encarecer las
fórmulas para lactantes, había que destrozar a quien ama a esos seres
inocentes, …
- Si
hay algún culpable no puede ser el gobierno, es la mano
invisible del mercado, la omnipresente ley de la oferta y la demanda, y
más
allá: el frío cálculo de una guerra que está utilizando los corazones,
los
afectos, el amor, como una herramienta para pervertir, corromper,
dañar,
ensuciar a las personas y construir un odio a sí mismos, en una campaña
mucho
más sórdida que soltar una bomba atómica.
- Las
mascotas son pérdidas colaterales, el blanco del ataque es
el corazón humano. El demonio anda suelto.
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