Este dictamen desmorona el principal argumento utilizado para comenzar el proceso de destitución o “golpe blando” contra Dilma Rousseff. El grupo de peritos convocado por el propio Senado brasileño determinó que “no existen” las “pedaleadas”, como se denominaron comunmente a las irregularidades presupuestarias supuestamente cometidas durante la gestión de 2015 por Dilma Roussef.
La presidenta fue convocada a declarar el próximo 6 de julio ante la Comisión Especial de Impeachment de la Cámara Alta. Pero aun no se se conoce la definición de Dilma, si acudirá personalmente o elegirá ser representada por su abogado José Eduardo Cardozo.
Los peritos establecieron que las irregularidades detectadas en la administración durante 2015 fueron el aumento de tres partidas presupuestarias para organismos públicos que lo solicitaron, que contaron con el visto bueno de Dilma.
El informe manifiesta, en concreto, que las razones por las cuales se abrió el juicio político contra la mandataria no debería tener lugar según los técnicos, porque Rousseff no tuvo que ver directamente y para la existencia del proceso, según la Constitución, debe haber una acción directa sobre el hecho que se le acusa.
La pericia fue entregada esta mañana a la dirección del Senado. Y el 9 de agosto, según lo define el cronograma, será votado el informe previo de la comisión de impeachment sobre las acusaciones contra Dilma.
La causa sigue abierta, pero como reza la sabiduría popular “La mentira tiene patas cortas” y al parecer, la verdad brilla demasiado fuerte en el Cono Sur, como para que la puedan apagar un puñado de miserables que desprecian a sus pueblos.