China, líder global desde hace tiempo en la producción de paneles fotovoltaicos, se ha convertido en el principal consumidor de éstos. De hecho, adquiere la tercera parte de los paneles fotovoltaicos que ella misma produce. Está previsto que hasta finales del año el gigante asiático acapare 14 gigavatios de paneles solares del total de 55 gigavatios que se producen en todo el mundo, es decir, la cuarta parte de la energía solar que se produce en planeta.
A diferencia de países como EE.UU. o Alemania, China no instala sus paneles solares en techos de edificios, sino en la tierra, organizándolos en campos gigantes, especialmente en el desierto de Gobi. Los paneles solares, capaces de producir un gigavatio de energía solar, ocupan el mismo espacio que una planta nuclear o de gas natural.
El desarrollo de energía solar en China se debe a la voluntad del Gobierno, que introdujo el programa de tarifas bonificadas, gracias a las cuales se pueden pagar los generadores solares con la energía que producen; así como un plan de 5 años que busca instalar más paneles solares. Uno de los objetivos de China pasa por resolver el problema de la contaminación, que ha llegado a ocultar el sol en ciudades enteras durante días. Abriendo nuevas plantas solares, China busca cerrar las que usan carbón, siendo ya 18 gigavatíos los cerrados hasta el momento.
El segundo país donde más ha crecido este año el desarrollo de energía solar es Japón, que busca fuentes de energía limpia tras la tragedia de Fukushima. En general, se prevé que este año los países de Asia Pacífico generen la mitad de la energía solar del mundo, siendo la India el tercer jugador en importancia.
Fuente: Fortune