Los
políticos estadounidenses sienten nostalgia por los años posteriores a
la Segunda Guerra Mundial y no se dan cuenta de que EEUU ya no es capaz
de seguir siendo el líder mundial, afirmó Barry Gewen en su artículo
para National Interest.
Sin embargo,
según el autor,
esta ilusoria superioridad militar, económica y política se debe a que
todo el mundo estaba en ruinas tras la Segunda Guerra Mundial.
Actualmente, Washington no tiene otra opción que "guardar lo que queda
de su superioridad".
La política anticomunista siempre ha sido el lado opuesto de la
ideología de EEUU. No obstante, tras la disolución de la URSS, la imagen
liberal —en la que se basó la superioridad estadounidense— perdió su
relevancia, además, no pudo soportar la tensión nacional, étnica y
religiosa. Además, la democracia 'impuesta' por Washington a los países
de África y Oriente Próximo, no ayudó a resolver los conflictos internos
en las regiones.
"EEUU es un gran país. Y sigue siendo grande.
Pero jamás tendrá la autoridad y la fuerza que tenía después de la
Segunda Guerra Mundial, y sería una sabia decisión si Washington guarda
la fuerza que posee", subrayó el experto.
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AP Photo/ Lefteris Pitarakis
Gewen
profundizó que "lo necesario para EEUU es encontrar alguna forma de
coexistir con otras grandes potencias como Rusia y China". Además,
Washington "debe separar lo necesario de lo deseado, y lo deseado de lo
posible", según declaró Gewen, citando al conocido politólogo
estadounidense Hans Morgenthau.
El experto agregó que Washington no debe permanecer pasivo ante los
procesos independentistas en Europa. De acuerdo con el politólogo, "sólo
Dios sabe" qué países de Europa puedan sufrir crisis o guerras civiles,
ya que, por ejemplo, Escocia y Cataluña, así como una parte de Bélgica,
Flandes, pueden obtener la independencia en un futuro próximo.