12 marzo, 2017
“Maltrataron a niños, mujeres embarazadas, hombres, hubo compañeros que los masacraron a palos, desalojaron a todo el mundo, nos obligaron a salir por la fuerza, hubo quema de ranchos, de nuestras pertenencias, nos llevaron las motos, guarañas, gallinas, marranos, bombas manuales de sacar agua, y hubo muchos que hasta los documentos se los quemaron porque quemaron la ropa, la amontonaban y la quemaban”, declaró Luis Sereno del Hato Orticero.
Los desalojos se hicieron de madrugada sin preaviso: 68 personas en Orticero, 300 en Las Mercedes, 500 en Jovito, 1.100 hectáreas de siembra destruidas. En cada caso estuvo la coordinadora de la Oficina Regional de Tierras del Instituto Nacional de Tierras (Inti) Barinas, Ingrid Gil Guzmán. La acompañó el Coronel Bolívar -funcionario de la Gobernación que dirige el sistema regional de seguridad y orden público- convoyes del ejército, la Guardia Nacional, la Policía Municipal, y, en el caso de Orticero, el grupo de antiextorsión y secuestro.
“Cuando llegaron a hacernos el desalojo pasaron los tractores para destruir las siembras, les echaron gasolina a los plátanos, infectaron los pozos de agua que habían hecho los campesinos para consumo humano y de animales, se llevaron los animales, quemaron nuestras casas, nuestras cosechas, todo se lo llevaron a su paso”, contó por su parte María Alejandra Tovar, del Hato Las Mercedes.
Hasta el momento se encuentran detenidas cuatro personas con acusaciones de extorsión, abigeo, resistencia a la autoridad, y usurpación ilegal de tierras. Serían más, todavía se están confirmando los datos. “Queremos que salgan limpios, sin cargos”, afirmó Pedro Alvarado, vocero de la Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora (Crbz), miembro del Parlamento Nacional de Comunas por el estado Barinas. Todos se reunieron el sábado por la noche para pasar en limpio los elementos y planificar los pasos para enfrentar estos desalojos y, como todos acuerdan, los próximos que se intentarán hacer.
La principal responsable señalada ha sido hasta el momento la coordinadora del Inti Barinas, Ingrid Gil. El Inti nacional por su parte, donde acudieron los campesinos el viernes por la tarde, informó no haber ordenado ningún desalojo, y planteó la necesidad de que reingresen a sus tierras. “Hay una cabeza que ordena, debemos saber cuál es”, afirmó el vocero de la Crbz.
Durante el transcurso del domingo y los próximos días tendrán lugar reuniones en los predios con comisiones enviadas por el Inti. Se trata de frenar los desalojos, reingresar a los campesinos, y resolver definitivamente el problema de la titularidad de las tierras. Porque los vacíos jurídicos, la falta de cartas agrarias, han permitido que se intenten estas restauraciones latifundistas. El problema no es nuevo: el año pasado el Inti fue tomado tres veces por los campesinos para pedir la destitución de Ingrid Gil, señalándola de hacer negocios con latifundistas y terratenientes. En el mes de diciembre había sido desalojado el Hato Barrancoso, y en enero el Hato Las Mercedes -este fue entonces su segundo desalojo. Si el Inti nacional no ordenó los desalojos, todo indica en cambio que sabían de la situación de Barinas, de la trama de complicidad que se vino construyendo.
“Falta una decisión firme tanto jurídica, administrativa, como política por parte del Estado”, señaló Alvarado. Eso permite que los antiguos dueños todavía reclamen, tengan acuerdos con tribunales y sectores corruptos y cómplices del gobierno, intenten recuperar lo perdido. Esto marca una contradicción con las mismas políticas del gobierno: muchos de estos sectores desalojados son productores, tienen financiamiento del gobierno, están incorporados en el plan de siembra comunal.
¿Qué tensiones, intereses en conflicto, lucha de clases, existe al interior de las instituciones para por un lado quemar siembras y ranchos, y por el otro financiarlas para producir de manera comunal? ¿Quiénes están ganando la pulseada?
Los campesinos ya se han organizado para dar los pasos legales y de lucha necesarios para reingresar a sus tierras, ser reintegrados por los daños, hacer lo que el país necesita en este momento: producir alimentos. Ya han sido asesinados más de 300 campesinos y campesinas en los años de revolución.
Son necesarios más para que se tomen acciones necesarias? El escenario abierto en Barinas indica que el conflicto por la tierra sigue vigente y crece. Algunos creen que la hora de la revancha comenzó y tienen cómplices. Los campesinos, dicen, no dejarán que les quiten lo que es suyo. Aprendieron de Chávez.
@Marco_Teruggi