Posted: 25 Jul 2017 11:20 AM PDT
Por Luis Britto García.
CUANDO LOS RICOS PROTESTAN (1.03.2014).
 
 
CUANDO LOS RICOS PROTESTAN (1.03.2014).
Decía
 el novelista colombiano William Ospina que en todo el mundo los ricos 
celebran y los pobres protestan, mientras que en Venezuela los pobres 
celebran y los ricos protestan. Nuestros privilegiados se sublevan 
 contra todo el que gana elecciones: en catorce años el bolivarianismo 
triunfó en 18 de 19 consultas inobjetables. La oposición las desconoció 
todas, salvo un referendo donde obtuvo pírrica victoria, o aislados 
triunfos en elecciones locales.  En los comicios del 8 de diciembre de 
2013 los bolivarianos ganaron  240 de 337 alcaldías: no es raro que los 
disturbios se concentraran primero en 18, luego en 8, finalmente en 6 
alcaldías opositoras de población de clase media. No es gran hazaña 
bloquear a los vecinos acomodados con barreras de basura incendiada bajo
 la solícita protección de autoridades y policías locales. Algunos 
sicarios abalean a sus propios manifestantes por la espalda o abaten 
bolivarianos desde  edificios. Incendian medio centenar de metrobuses y 
varias centrales eléctricas. Caen víctimas de ambos bandos: lo que 
interesa al sicariato es la víctima, materia prima para las 
transnacionales de la desinformación. Adoradores de la muerte ahorcan 
muñecos como los que anuncian las atrocidades del Cartel de Sinaloa.
Comenta sagazmente Alejandro Fierro que “De
 ser cierto el relato de los medios internacionales sobre el hartazgo de
 la juventud, hace tiempo que el chavismo tendría que haber sido 
derrotado en las urnas, puesto que el 60% de la población venezolana 
tiene menos de 30 años”(Other News, 20-2-2014). Reciente encuesta
 de GIS XXI aporta datos esclarecedores: 79% de los jóvenes entre 14 y 
24 años estudia; 67% de ellos en instituciones públicas y  gratuitas. 
90%  considera que los estudios le aportan muchas o bastantes 
oportunidades. 73% aprecia que el mejor sistema es la bolivariana 
democracia participativa; 6%, la democracia representativa, 6% la 
dictadura. 60% piensa que el mejor sistema económico es el socialista; 
21% el capitalista. Añadamos que  nueve millones y medio de venezolanos 
-uno de cada tres- estudia, y uno de cada diez en Educación Superior. Si
 la mayoría del estudiantado apoyara la protesta, el gobierno caería en 
horas bajo el empuje de la tercera parte de la población. Pero según elGuinnes World Book Records 2008, somos para ese año elpaís más feliz del mundo. De acuerdo con la EncuestaGallup 2010, somos el quinto país más próspero del mundo. Conforme al Happy Planet Index, Venezuela presenta para 2010 una marca de  Bienestar Experimentado de 7.5 sobre 10,  lo cual la empata con Suiza y lo coloca apenas por un decimal por debajo de Noruega.
 En una década hemos disminuido la pobreza en más de treinta puntos; 
somos el país con menor desigualdad social de la 
Latinoaméricacapitalista. No es un cuadro de frustración o falta de 
expectativas. Masivas manifestaciones de mujeres, estudiantes y 
campesinos bolivarianos recorren el país sin que las agencias 
internacionales las registren. En Venezuela alborota 
una minoritaria combinación de lumpen violento con clase media que sólo 
respeta elecciones cuando las gana. 
Encuesta
 publicada el 24 de febrero por Hinterlaces arroja todavía más luz. 42% 
de los consultados opina que Maduro debe concluir su mandato; 29% 
considera que sólo podría salir por referendo revocatorio; apenas 23% 
elige la opción de “salir a la calle”: una mayoría de 71% apoya por 
tanto la institucionalidad. Sobre la economía del país, 35%
 reclama “mano dura contra los acaparadores y especuladores”; 29% “una 
alianza entre gobierno nacional y empresa privada”; de nuevo apenas un 
minoritario 22% se pronuncia por la “salida ya” del Presidente.
La
 dirigencia  de cuarentones que promueve disturbios no sólo no 
representa a la juventud ni a la mayoría del país: ni siquiera 
representa la mayoría de la oposición. Leopoldo López, quien desencadena
 la violencia el 12 de febrero azuzando una multitud para que destruya 
el edificio de la  Fiscalía y luego desaparece, llegó de tercero en las 
elecciones primarias para candidaturas presidenciales. María Corina 
Machado, febril partidaria de la línea incendiaria, no obtuvo ni 2% de 
la votación en ellas. Ambos compiten  en  riña de protagonismo para 
arrebatarle el liderazgo de la ultraderecha a Capriles, quien declaró 
que el gobierno no se conquista con disturbios de calle, luego de haber 
convocado uno que dejó una docena de muertos. No respetan la democracia 
ni siquiera entre ellos.
En
 2002 el gremio patronal Fedecámaras impuso por golpe de Estado a su 
Presidente como dictador por 72 horas; intentó quebrar al país con un 
cierre de empresas o lock out de más de dos meses y cortó la 
distribución  de alimentos. La actual oleada de violencia arranca 
después de que el empresariado desvanece en importaciones fantasmas 
50.000 millones de dólares que el gobierno les otorga  con tasa de 
cambio privilegiada; luego de que los negociantes inician una guerra 
económica con desabastecimientos estratégicos y sobreprecios usurarios, y
 en cuanto  el gobierno la contrarresta con una Ley de Precios Justos 
que fija tope de 30% al beneficio comercial ¿Las protestas reclaman 
otros 60.000 millones de dólares vaporizables? ¿Legalizar beneficios de 
1.500%? ¿Una nueva dictadura?
¿O
 son  desesperado llamamiento al Golpe de Estado o la intervención 
extranjera? El último y más violento foco de disturbios se concentra en 
algunos municipios del fronterizo estado Táchira, puentes de una 
prolongada infiltración paramilitar ¿Excusa  una invasión que secesione 
el rico Occidente de Venezuela? ¿La recolonización de la Patria de 
Bolívar? Todo  se puede esperar de quien cree tener derecho a todo sin 
contar con el voto de nadie.
PS:
Venezuela, la rebelión de los ricos.
PS:
Venezuela, la rebelión de los ricos.
