Por: José Sant Roz | | Versión para imprimir
¿Usted cree que el imperio gringo permitiría en su territorio la existencia de un portal para definir el valor del dólar en países como México, Colombia, Perú, Chile, Brasil o Argentina? ¿Y que además lo que ese portal estableciera en relación con el valor del dólar fuese adoptado por todas las empresas transnacionales que le venden productos a esos países aliados de los gringos?
Y el gran trauma es que hemos tratando de hacer una revolución socialista dentro de unas inmensas amarras capitalistas, de modo que el gran encontronazo lo estamos viendo en el caos de la frontera donde hacen con nuestro bolívar lo que les da la gana.
¿Cómo conciliar el modelo yanqui de Uribe-Santos con nuestro modelo chavista allí en Cúcuta o en Maicao?
Hermano, esto no es para andarse con pañitos de agua caliente: si escogimos ser socialistas seámoslo entonces por todo el cañón. Hemos venido aplazando decisiones en la creencia de que encontraremos un resquicio por el cual podamos recomponer nuestra estabilidad económica (semi-burguesa), cosa que no permitirá por ningún motivo el imperio yanqui.
Aquí todos queremos seguir contoneándonos al son eterno del dólar para todo, y bandadas de locos salen con fajos de billetes nuevos a Cúcuta o a Maicao para comprar dólares y con ellos estafar al pobre pueblo de Bolívar.
Esto está convertido en un manicomio total y el gobierno está hierático, como anonadado ante el espanto de la especulación, como si no supiera qué hacer, cuando tiene todo en sus manos, la Constitución, la ANC, los gobernadores, los recursos de la Nación, las Fuerzas Armadas y un pueblo que en medio de todo está desesperado y decidido aunque angustiosamente a encontrar una solución…
¿Qué tal si mañana, muertos de la risa los gringos nos ponen el dólar al valor de un millón? Es decir que la pensión con todos sus aumentos no llegaría ni al cuarto de dólar, de modo que no se podría comprar prácticamente ni dos huevos y medio.
Con esa intensa fuga de billetes hacia Colombia y aquí sencillamente dando cifras y datos sobre la manera cómo nos joden en Cúcuta o en Maicao. El bendito cuento del gallo pelón…
La situación debería estar a estas alturas clarísima para la revolución, y sobre todo para la Asamblea Nacional Constituyente. Porque la gente le dio el voto a los constituyentes para que resolvieran este espantoso lío económico. Y si esto no llegara a tener compón imagínense la raya que le caería encima a la revolución. La ANC tiene de manera inmediata que ¡ACTUAR!, Dios mío: ¡INTERVENIR URGENTEMENTE LA BANCA! Apoderarse el pueblo de los puertos y centros de distribución de alimentos. Intervenir sin muchas ceremonias a todos los grandes comercios. Convertirse el Estado en único IMPORTADOR, SEÑORES Y SEÑORAS.
No nos queda otro camino que cerrar la frontera, por el desaguadero de plata que coge hacia ese corredor de delirio y espanto.
La Sundde y la guardia nacional bolivariana no sirven para ponerle coto al despelote del bachaqueo, a la especulación y el contrabando. Todo este gran verguero es político, y hay que buscarse un hacha para cortar de una buena vez todos los malditos nudos gordianos que nos llevan ahorcando desde hace siete años.
¡Cuántas leyes de Emergencia Económica implementadas para que todo siga empeorando!
La economía nuestra no es real, es una economía monstruosamente ficticia elaborada por mecanismos hollywoodenses, con toda una parafernalia criminal equivalente a la utilizada por los laboratorios del Departamento de Estado norteamericano para destruir Libia, por ejemplo.
Ante las "cotizaciones" definidas por el portal de la CIA, "Dólar Today", el país está postrado en un cataclismo económico total, como si ya estuviera a la deriva y sin posibilidad alguna de recuperación. Por la manera como ha venido definiendo nuestra economía ese portal de la CIA, la experiencia nos indica que actuando del mismo modo como en el pasado no podremos acabar con ese mecanismo de fijación del dólar. Al parecer no existe manera de que ese mecanismo criminal de destrucción masiva de nuestra moneda pueda ser controlado, precisamente porque está apoyado por el imperio. Coño, señores, se trata de una guerra frontal, y no podemos salir a dar declaraciones contra ese portal, sencillamente.
La respuesta a esta criminal guerra tiene entonces que ser con un arma que no puede estar en la cartilla del modelo capitalista. No es un tema para economistas que todos han sido formados en la fundamentación del esquema liberal o neoliberal. La respuesta tiene que estar sustentada de manera contundente, neta y absolutamente formal sobre el hecho de que aquí todo el aparato productivo, financiero y de distribución de alimentos, medicinas, etc., debe estar en manos del Estado. Porque, qué fácil sería ir a la degollina de un supuesto control de precios que nunca podrá darse, en medio de elementos horriblemente distorsionadores de nuestra realidad. ¿Así, cuándo la revolución va a salir de este peo? ¡NUNCA!