Resumen Latinoamericano (de nuestro corresponsal), 26 de abril de 2018.-
Comunicado del Comité de Defensa de la República catalana CDR, su manifiesto con motivo de la Fiesta catalana de Sant Jordi del lunes 23 y las fotos de nuestro Plantón por la Embajada de España en San Salvador.
“La cultura nos abre la mente. Nos hace personas libres. El 23 de Abril se celebra en Catalunya el día de Sant Jordi. Este día es símbolo de la lengua, cultura e identidad catalanas. Por ello es también una jornada para reivindicar el derecho a la libertad de expresión. Hoy, en esta primera acción del CDR Sivar desde El Salvador también exigimos la liberación de los presos políticos en todo el estado Español, condemanos la actitud represiva del gobierno y la criminalización a los movimientos de base como los CDR, a la juventud vasca como los 8 jóvenes de Altsasu o a artistas y músicos como Valtonyc o Pablo Hasel, condenados a largas penas de cárcel por sus textos antimonárquicos y rebeldes contra el franquismo siempre existente en el Estado español.
Para ello teníamos preparado entregar al Embajador del Reino de España nuestro manifiesto, el libro de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de UN, un CD con canciones de Pablo Hasel y Valtonyc y una Super Rosa Gigante Amarilla por l@s Pres@s Polític@s.
Como es práctica habitual de la sede diplomática en El Salvador, ningún funcionario diplomático nos quiso recibir y nos mandaron a las Fuerzas de Seguridad del Estado franquista FSE. Entregamos los presentes reivindicativos pero no así nuestra rosa amarilla gigante por l@s Pres@s. Por el respeto a la libertad y la cultura CDRSivar proclama hoy:
¡Libertad presos políticos!
¡Askatasuna euskal preso politikoentzat!
¡Llibertat presos polítics!”
POR LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN
23 de Abril de 2018, CDR SIVAR, Comité de Defensa de la República en El Salvador.
El día internacional de Sant Jordi es una festividad milenaria donde el pueblo catalán celebra, más allá del consumismo, la cultura, la lengua y lascostumbres.
Cualquiera que vaya en estas fechas y pasee por las avenidas y calles de las principales ciudades y pueblos catalanes podrá saborear el olor fresco de un pueblo milenario. En esta “diada” en cada plaza se abre un retazo de nuestra historia contada a través de leyendas sobre dragones y armaduras; encada rincón el color rojo de las rosas rociadas con gotas de agua fresca bajo un calor primaveral; escritores y escritoras asoman sus cabezas entre las páginas de sus libros mientras ofrecen firmas, aproximándose por un día a aquellas personas que disfrutan con sus metáforas y giros literarios. Es un día de festividad pero también de reivindicación de la memoria, la justicia y el derecho a una reparación hacia todo un pueblo que sufrió una represión y que por no aburrir hoy resumimos en la época franquista, conscientes que viene desde mucho atrás. En 1936 un estado gris, lleno de muerte yrepresión, que por desgracia hoy todavía permanece, prohibió el primer Sant Jordi tras el inicio de la guerra civil. La diada de Sant Jordi se rebautizócomo “la fiesta de las letras” cerrando por completo una tradición milenaria en la cultura catalana, que no se re-estableció hasta entrada la supuesta democracia y escaso reconocimiento de la diversidad de los pueblos en el estado, tal y como la historia nos muestra en pleno 2018. Como cada año,llega Sant Jordi, pero en en estos tiempos donde el régimen del 78 ha tomado fuerza, corremos el riesgo de repetir la historia, puesto que estamos antela “re-envestida” de un estado fascista que ha escondido por años sus fauces en las cloacas de la historia.
Hablamos de riesgo, cuando volvemos a oir pronunciar desde los ministros del actual gobierno “español” al gobierno autonómico de Catalunya, Generalitat, como en aquellos tiempos era pronunciada “la Generalidad”. O cuando el tribunal supremo de Justicia, muestre una vez más su utilización política de la Justicia, y prohíbe las “señeras y la estelada1” en los actos públicos del fútbol o ante la presencia del rey Felipe al serconsiderada según la ley orgánica sobre Protección de
la Seguridad Ciudadana un posible problema de seguridad y orden público. Hablamos de riesgo cuando el Ministerio de Educación, haciendo uso de laaplicación del 155 en Cataluña, amenazó con dejar escoger a las familias la lengua de escolarización de sus hijos e hijas, vulnerando un modelo deinmersión lingüística promocionada desde Catalunya y admirado por Europa por su promoción del multi-lingüismo. Riesgos algunos de ellos sutiles, que escapan a aquellos lectores que no comprenden todavía que significa tener una lengua propia, una cultura propia, y sobretodo una historia como pueblo, que no es precisamente lo que pretenden los autores de “Tavarnia” que quieren desdibujar y burlarse del derecho fundamental, reconocido enlos tratados de derecho internacional, por la lucha de auto-determinación de un pueblo, reduciéndola al capricho a-histórico de un grupo de gente queriendo decidir separarse del vecino.
Riesgos que no sólo están en Catalunya cuando de paso se aprovecha por retirar una seria de 24 fotografías de un artista madrileño titulada “presos políticos”; o se confirman las condenas a raperos como la Insurgencia, Valtonyc o Pablo Hasel por calumnias einjurias a la Corona, además del delito de enaltecimiento del terrorismo.
O cuando en Euskal Herria el Estado Español continúa su política de venganza acusando de terrorismo a 8 jóvenes de Altsasua que llevan más de 500 díasen prisión por una pelea de bar.
Riesgos porque en pleno 2018, no sólo se ataca y amenaza una lengua, sus símbolos y su cultura y/o expresión, sino también la libertad de expresión y política, con el muy de moda delito de SEDICION, pero también con leyes como la ley Morzada (ley Orgánica de Seguridad Ciudadana) dondeactivistas sociales y el derecho a la información están siendo vulneradas; La reforma del artículo 578 del Código Penal, que prohíbe el “enaltecimiento” del terrorismo y la “humillación de las víctimas de los delitos terroristas”, las cuales son una vuelta de tuerca donde personas usuarias de redes sociales, periodistas, profesionales del derecho, artistas musicales y comités sociales han sido procesadas, tal y como ya se venía actuando desde el 2000 contra el pueblo de Euskal Herria; Riesgos por el aumento de delitos por sentimiento religioso hacia jóvenes que deciden usar el humor; encarcelamiento a un grupo de titiriteros; la persecución de mensajes de Twitter y humoristas investigados; el encarcelamiento de 9 representantes de la sociedad civil y amiembros del “Govern legítimo” de Catalunya y el exilio de otros 6 más, entre los cuales se encuentra al actual candidato presidencial Carles Puigdemont yex-presidente tras las elecciones impuestas por el régimen español con su aplicación del 155.
Es por ello, que desde El Salvador, decidimos constituirnos como CDR-El Salvador para denunciar los vulneración a la libertad de expresión pero también a la libertad de asociación y derecho político puesto que las personas elegidas democráticamente y las personas de la sociedad civil, entre los cuales ahora están en punto de mira los Comites de Defensa de la República (CDR) que denunciamos el retroceso democrático apuntando al régimen del 78, podemos acabar en la cárcel junto a ladrones y corruptos, además de violadores o maltratadores femicidas al estar incumpliendo la ley, olvidando que los derechos civiles, sociales y políticos se logran enfrentando aquellas leyes injustas en busca de una transformación social, política y económica másequitativa, tal y como hicieron nuestros antepasados que repartían panfletos en las fábricas durante el franquismo, las mujeres al luchar por el sufragio universal, o la población afrodescendiente para terminar con el racismo y el apartheid, militando en partidos y asociaciones clandestinos, o incluso en nuestra generación apoyando la in-sumisión frente al servicio militar.
Porque en democracia, la legalidad no es lo mismo que la legitimidad, este 23 de Abril, el CDR-El Salvador se constituye presentando “una rosa, un libro y una rebelió” para la libertad de los presos políticos.
Lunes 23 de Abril, San Salvador, El Salvador