Posted: 06 Apr 2018 07:40 PM PDT
Las
pasadas elecciones de diputados y concejos municipales han representado
un punto de inflexión en la lucha de clases del país, pues han
significado el inminente desplome de la herramienta que, hasta hoy,
había representado los intereses de la clase trabajadora: el FMLN.
NUESTRA SALIDA DEL FMLN: DECLARACIÓN OFICIAL DEL BP
Por Militante BPJ
No
se puede tapar el sol con un dedo, el FMLN ha sufrido una de sus más
grandes derrotas desde que se constituyó como partido político a partir
de los Acuerdos de Paz, a tal punto que no tiene comparación con ninguna
de sus derrotas pasadas, a pesar de que algunos se esfuerzan por hacer
creer que es una derrota más en la historia del partido de la cual
saldrán bien librados como lo han hecho en ocasiones anteriores. Esta
lectura simplista les está saliendo cara, pues negándose a realizar
cambios profundos, la dirección está llevando a la aniquilación total al
partido que se forjó con el sudor, lagrimas, sangre y vida de miles de
militantes honestos que murieron al defender los ideales revolucionarios
de un futuro más justo para todos y todas.
¿Quiénes son los culpables de la crisis del FMLN?
¿Pero
qué ha fallado realmente? ¿Dónde debemos buscar a los culpables? La
dirección del partido y sus mandos medios se han esmerado en hacer creer
a las bases y a la opinión pública que los culpables debemos buscarlos
en todas partes -la derecha y la compra de votos, Nayib y la campaña de
voto nulo, los malos funcionarios del gobierno, etc.- menos al interior
del partido. Esto ha bloqueado la posibilidad de encontrar soluciones
que eliminarían de raíz los males que han propiciado esta crisis. Si
bien es cierto los factores externos influyeron en gran medida en la
pérdida de votos debido a que son el reflejo del descontento acumulado,
los factores internos, tanto políticos como organizativos, son los
realmente claves para entender el desmoronamiento del FMLN. Una mirada
rápida a la historia de los últimos 13 años del partido nos ayudará a
dilucidar esto de mejor manera.
Cuando
en 2005, a propuesta de la Comisión Política ya liderada desde entonces
por Medardo Gonzalez, se eliminaron las elecciones internas para elegir
a la dirección y a las personas propuestas para desempeñar cargos de
elección popular -diputados, concejales, alcaldes, presidente- se dio
paso a una manera dictatorial cada vez más marcada para la toma de
decisiones. El argumento que manejaron desde entonces fue que eliminando
las elecciones internas se fortalecía la democracia interna y que el
partido eliminaría las discordias innecesarias entre compañeros y, por
tanto, el partido se uniría y fortalecería cada vez más y más. ¡Nada más
absurdo!
Con
la eliminación de las elecciones internas, lo único que se fortaleció
en el partido fue la burocratización de los dirigentes, los cuales
mediante métodos autoritarios y antidemocráticos para la toma de
decisiones lograron apaciguar por años las críticas al interior bajo la
supuesta consigna de la unidad. Como un daño colateral de este craso
error, se desarticularon sistemáticamente comités de base que mostraban
actitudes críticas hacia la dirección del partido y se descuidó
progresivamente la formación política de los militantes. La dirección se
blindó de tal manera que nadie se atrevía a cuestionar sus infalibles
decisiones, y quienes lo hacían eran estigmatizados, tildados incluso de
hacerle el juego a la derecha.
Este
error que es fundamental para la sanidad interna de un partido
revolucionario, porque coarta el derecho de todo militante a expresarse y
ser escuchado con seriedad, se vio reforzado por otro grave error
político: el programa reformista impuesto por los dirigentes.
Llegados
a este punto es necesario aclarar a que nos referimos cuando hablamos
de reformismo, y por qué desde la teoría marxista consideramos que es la
razón principal de la bancarrota del FMLN.
El reformismo como uno de los puntos claves para entender la caída del FMLN
En
nuestro artículo titulado La necesidad de desechar las políticas
reformistas, el cual pretendía analizar brevemente el reformismo
aplicado por el FMLN, explicábamos que: “El reformismo desde sus
inicios, tanto teóricos como prácticos, ha estado en constante lucha con
la revolución socialista, y no en consonancia con ella como muchos han
creído. Entre los principales fundamentos teóricos del reformismo
clásico –sintetizados por Bernstein a finales del siglo XIX- destacan:
la desaparición de las crisis generales del capitalismo gracias al
sistema crediticio, alianzas empresariales, etc.; el ascenso del
proletariado a clase media; y la mejora política y económica del
proletariado por medio de la lucha sindical. Es decir, el proceso de
reformas sociales como el fin último, y no como un medio de la
revolución socialista”.[1]
La
política reformista se caracteriza por utilizar casi exclusivamente la
lucha legal desde el parlamento y el gobierno para aprobar reformas en
favor de la clase trabajadora para paliar su situación de miseria
actual. Estas reformas se ven expresadas en el incremento del gasto
social. Por ejemplo, cuando el FMLN llegó al gobierno en 2009, se
comenzaron a aprobar programas sociales, se aprobaron nuevos subsidios y
se aumentaron algunos ya existentes, el aumento al salario mínimo, etc.
Medidas muy buenas pero que en sí no iban a solucionar las
contradicciones profundas entre las clases que experimentaba a diario de
primera mano las desigualdades, porque no ponían en el centro de la
discusión la toma del poder, ni a mediano ni a largo plazo, por parte de
los trabajadores para solventar realmente sus condiciones de vida.
Además, están fundamentadas sobre arena, sin cambiar el capitalismo
estas reformas buenas en sí mismas son fáciles de revertir de la noche a
la mañana, sobre todo ahora con una asamblea dominada por la derecha.
El
reformismo es un mal inherente de los partidos de izquierda que han
perdido el rumbo, y no es exclusivo del FMLN, la historia se ha repetido
una y otra vez con los partidos tradicionales de la clase trabajadora
alrededor del mundo, tal es el caso del PT en Brasil, PRD y Morena en
México, el PSOE en España, Syriza en Grecia, el kirshnerismo en
Argentina, etc. Estos partidos han adoptado programas reformistas,
buscando darle un rostro humano al capitalismo han fracasado en el
intento de resolver los problemas más acuciantes de los trabajadores. Y
debido a la crisis del sistema capitalista, estas concesiones o reformas
si no se avanza con medidas estructurales, llegan a convertirse en su
contrario: contrarreformas, debido a que el dinero ya no alcanza para
seguir manteniendo los programas sociales en un principio, y en el caso
del FMLN, en lugar de combatir la elusión y evasión fiscal optó y sigue
optando por más endeudamiento. De esta manera se logra llegar a un punto
insostenible, donde se pone de manifiesto una cuestión central: o
atacamos los bolsillos de la clase dominante para seguir favoreciendo a
la clase trabajadora o le recortamos/quitamos a los trabajadores todas
las concesiones que antes les dimos. La dirección del FMLN con su
política tímida, su miopía revolucionaria y sus negociaciones
parlamentarias ha demostrado que prefiere atacar a la clase trabajadora,
antes que tocar los intereses de la clase dominante, de tal manera que
en el último periodo hemos sido testigos de cómo el FMLN desde el
gobierno y el parlamento ha impulsado recortes a los subsidios, ha
aprobado nuevos impuestos como el de la telefonía, aprobó una reforma de
pensiones que deja intactas las ganancias de las AFP, impulsó y aprobó
los /Asocios Públicos Privados, el año pasado se votó a favor de la
reforma a la Ley de Extinción de Dominio, dicha reforma dejaba sin
dientes la Ley que tenía como objetivo principal combatir la corrupción,
etc.
Por
su parte las masas proletarias han estado probando estas herramientas
tradicionales de lucha una y otra vez a pesar de la traición de las
direcciones y, contrario a lo que estos dirigentes reformistas piensan,
han estado aprendiendo y sacando conclusiones constantemente, porque la
mentalidad de los trabajadores no es estática, no aprenden de los libros
aprenden de la experiencia cotidiana. Y sabiendo esto, una de las
lecciones que ha dejado los recientes resultados electorales es que la
clase trabajadora está harta del reformismo y busca ir más allá por la
conquista de sus demandas, porque la crisis cada vez golpea más fuerte:
los salarios siguen siendo de hambre, no hay empleo para la juventud, la
inseguridad va al alza, la educación de calidad sigue siendo un
privilegio de pocos, hay pésimos servicios de salud, la condiciones de
explotación no han sido resueltas. Mientras existan estas condiciones
miserables las masas seguirán construyendo y buscando una alternativa
que en verdad les soluciones sus problemas, irán a prueba y error como
en un laboratorio. Por tanto, mientras no exista un partido
revolucionario y socialista, seguirán siendo engañadas y traicionadas
por los dirigentes, pues solo la lucha por el socialismo puede
catalogarse como una alternativa real a esta crisis.
Como
podemos ver, ha sido la política reformista anti revolucionaria, la
falta de democracia interna, la burocratización de la dirección la que
ha llevado al FMLN a esta crisis profunda. La desconfianza en el
carácter revolucionario de las masas les ha pasado una factura grande,
pues los ha llevado a confiar únicamente en los esfuerzos
parlamentarios, cuando lo que debió haberse hecho siempre fue buscar la
correlación de fuerzas con la clase trabajadora en las calles y no con
los partidos que sostienen al régimen dentro del parlamento. Se debió
utilizar el parlamento para denunciar la ineficacia del mismo para
avanzar a la revolución, por medio de la agitación mediante constantes
llamados a la movilización en las calles -en contra de la corrupción y
las medidas impulsadas por la derecha- y la elevación del nivel político
de las masas, y no debió utilizarse para alejarse cada vez más del
sentir y pensar del pueblo o para atacarlo con medidas
antirrevolucionarias cuando la “correlación de fuerzas en la asamblea”
los obligaba a hacerlo o alimentar ilusiones de que a través del
parlamento y solo a través de este, consiguiendo una mayoría absoluta de
diputados se pueden cambiar las condiciones de vida, negando así el
poder revolucionario de las masas en las calles y fábricas a través de
las movilizaciones, huelgas, tomas de fábricas, etc.
¿Cuál ha sido la lucha del BPJ dentro del FMLN?
El
Bloque Popular Juvenil desde su incorporación a la Corriente Marxista
Internacional en 2008, ha jugado un papel de tendencia clandestina
dentro del partido, clandestina en el sentido que las tendencias al
interior se eliminaron hace casi dos décadas atrás. Desde entonces hemos
defendido las ideas del marxismo revolucionario de Marx, Engels, Lenin,
Rosa Luxemburgo y Trotsky en todos los espacios que como militantes y
simpatizantes del FMLN se nos ha brindado.
Desde
entonces venimos criticando y advirtiendo los peligros de la política
reformista impulsada por la dirección del partido. En nuestro documento
¿Qué FMLN necesita la clase trabajadora? Escrito en abril de 2008, meses
antes que el FMLN llegará al gobierno por primera vez en la historia
afirmábamos que:
“Si
se nos pregunta si podemos cambiar la sociedad usando las mismas
herramientas del sistema nosotros respondemos que sí es posible, pero
asumiendo posiciones revolucionarias y teniendo en cuenta que lo
fundamental será la lucha del proletariado y la juventud en las calles,
fábricas y escuelas. Le debemos decir a la masa que estas instituciones
no serán las que necesitaremos para transformar la sociedad de manera
radical, sino que las necesitamos destruir y formar instituciones
basadas y controladas por el movimiento obrero organizado.(…) Nosotros
no creemos que debamos dejar nuestras diferencias para después de llegar
al gobierno, pero sí consideramos que la izquierda, la clase obrera y
la juventud revolucionaria nos debemos unir para llevar al FMLN al
gobierno y los marxistas del BPJ lucharemos fielmente para evitar un
fraude electoral, combatir las mentiras de la burguesía y explicar a los
jóvenes y trabajadores la necesidad de un gobierno de izquierda que
debe aplicar una política verdaderamente de izquierda. Nosotros sabemos
que la llegada del FMLN al gobierno no es suficiente para dar una
solución a nuestras problemáticas, será necesario que el nuevo gobierno
obrero defienda y aplique un programa de clase y socialista”.[2]
Nuestro
apoyo crítico hacia el FMLN ha sido una de las grandes diferencias del
BPJ al interior respecto a otros colectivos. Los obstáculos y los mismos
errores que pudimos haber cometido en el pasado fueron combatidos a
través de hacer nuestro el lema de Lenin de “explicar pacientemente”, de
esta manera logramos ganar la simpatía de muchos militantes y
simpatizantes de izquierda que han apoyado nuestra lucha por llevar y
defender las ideas del marxismo científico en el partido, nos acercamos a
las bases a través de la participación en comités de base, apoyando en
las marchas, difundiendo nuestras posturas a través de nuestro periódico
Militante y comunicados coyunturales. En esta lucha ardua, los bloqueos
no fueron pocos, la nula aprobación de la crítica y autocrítica sana
hizo que muchos dirigentes nos vieran con desconfianza y llegaran a
tacharnos en más de una ocasión de ultraizquierdistas, oportunistas y
hasta de ser agentes de la derecha. Cuando la dirigencia se veía
acorralada por nuestras criticas correctas que dejaban al descubierto su
incapacidad de dirigir el instrumento de los trabajadores, utilizaba
métodos incorrectos para acallarnos, no solo a nosotros sino a cualquier
militante que se atreviera a hacerlo. Siguiendo la herencia venenosa
del estalinismo, heredada por la mayoría de partidos de izquierda
después de la degeneración de la URSS a manos de Stalin, solucionaban
las diferencias políticas a través de aplicar medidas organizativas, un
error fatal.
Nosotros
siempre estuvimos claros de que nuestro trabajo en el FMLN era
principalmente ese: difundir las ideas del marxismo revolucionario,
impulsar el debate y la crítica para la transformación del partido, de
tal forma que se pasara de un programa tibio y reformista a uno
verdaderamente revolucionario. En esto abocamos todas nuestras fuerzas
en los últimos 10 años.
Elecciones 2018: punto de inflexión
Los
desastrosos resultados electorales no son fortuitos, sino más bien son
el fruto de casi una década de aplicar un programa absurdo y reformista
desde el gobierno y el parlamento que no tenía como objetivo avanzar en
la construcción del socialismo. Ha sido un revés a partir de todos los
errores cometidos, los cuales de no enmendarse presagia, no solo la
derrota en la carrera por la presidencia del próximo año, sino el
aniquilamiento total de todo el partido.
Para
los marxistas del BPJ, particularmente, esta derrota no ha sido una
sorpresa, lo veníamos advirtiendo desde hacía mucho tiempo atrás,
cualquiera que se tome la molestia de visitar nuestra web podrá
comprobarlo por sí mismo. Para muestra, sírvanse los siguientes
extractos de publicaciones de años atrás:
En nuestro articulo El caso Funes y las lecciones para la izquierda salvadoreña, escrito en 2016 se lee:
“Un
error en la teoría se expresará tarde o temprano en un error elevado a
la décima potencia en la práctica, como decíamos más arriba la única
forma de evitar este tipo de errores es iniciando un procesode
democratización del partido, debatiendo nuestro programa, táctica y
estrategia a desarrollar. Las presiones que tienen nuestros funcionarios
son muchas y debemos empujarles para que las medidas que puedan tomarse
en el futuro no sean a beneficio de la burguesía y en detrimento de la
clase obrera. Durante estos años de experiencia en el parlamento, y en
el poder Ejecutivo, es claro de cuán importante es contar con métodos
extraparlamentarios para desarrollar la lucha revolucionaria. Debemos
utilizar las instituciones del Estado como tribunas de agitación y no
como una vía de enriquecimiento personal.
Necesitamos
un FMLN democrático y revolucionario, con una política de clase
independiente; en determinados momentos en el parlamento se pueden hacer
alianzas mínimas con algunos partidos ajenos a la clase obrera, esto
dependerá de un contexto y análisis especifico de cada caso, de
preferencia estas alianzas breves deben de llevarse a cabo cuando hay
entrampamientos para aplicar políticas en contra de la burguesía y a
favor de la clase obrera, de ningún modo esto debe de convertirse en una
regla para todo. El proletariado solo puede confiar en sus propias
fuerzas. Elevar el nivel político de la clase trabajadora debe de ser
nuestro principal objetivo, de ningún modo debemos obviar la lucha de
clases por la abstracta consigna de la unidad nacional“[3].
En
el artículo Un verdadero vuelco hacia la izquierda o capitular ante el
enemigo de clase, escrito en agosto de 2017, asegurábamos que:
“Hemos
vertido en nuestras páginas, no en pocas ocasiones, cómo esta actitud
más propia de los partidos afines al capital y no de partidos
revolucionarios, está llevando por la senda del descalabro todo un
proceso de años de consolidación, de luchas, de tradiciones y métodos,
que terminará por arrastrar todo el aparato organizativo y en su
momento—esperemos que no sea así—lo sepultará bajo los escombros de la
decepción y la desconfianza de la clase trabajadora.(…)
El
desencanto y desilusión en muchos compañeros militantes y simpatizantes
con respecto a los zig-zags del partido y sus acuerdos y negociaciones
por arriba, continúan socavando la base social del FMLN. Los que están a
la cabeza se encuentran entre la indecisión de aplicar un programa de
medidas transitorias hacia el socialismo que, inevitablemente tocará los
intereses de la clase dominante, o continuar con el programa de la
conciliación de clases y la unidad sin principios que pregonan los
reformistas desde dentro. Estos agentes de la derecha, que se escudan en
una fraseología de izquierda son los elementos más nocivos para el
movimiento revolucionario en las circunstancias actuales. El tiempo para
rectificar el rumbo se agota, lo mismo que la paciencia de las masas,
el periodo que se avecina marcará la radicalización de las tendencias en
el seno del FMLN, o hay un vuelco hacia la izquierda revolucionaria o
el ala reformista del partido terminará por crear las condiciones más
convulsivas, violentas y catastróficas que preparará el camino para la
victoria de la reacción[4]
Y
en la editorial de febrero 2018, previo a las elecciones, titulada
Perspectivas políticas de las elecciones 2018 advertíamos que:
“Se
pinta un panorama gris para el FMLN haciendo muy posible que las
posiciones ganadas en el pasado sufran un serio revés, esto significaría
no solo la perdida de escaños en el parlamento sino también la perdida
de alcaldías considerados bastiones históricos dando paso a una ofensiva
brutal de la derecha para dar paso atrás a los programas (o los que
queden de ellos) impulsados por el FMLN en el pasado, presionados por el
imperialismo norteamericano a través de sus entidades internacionales
todas aquellas “recomendaciones” parasalirde la crisis económica
(aumento al IVA, reducción del gasto público, una nueva reforma al
sistema de pensiones, flexibilización laboral) serán retomadas por los
diputados de derecha apoyados por otros sectores del Estado, como la
Sala de lo Constitucional, y presionarán porque estos se cumplan
convirtiendo los últimos años del periodo de Sanchez Cerén, y en
dependencia de cómo el FMLN reaccione, como la muestra más clara del
fracaso de un gobierno reformista. Esto dejaría solo dos alternativas
para los diputados y alcaldes del FMLN que puedan ser electos en estas
próximas elecciones: o dan un giro hacia las masas, convocándolas a las
calles y a las tomas de fábricas o claudican a las presiones de una muy
posible mayoría de diputados de derecha, (…) Creemos que las bases del
FMLN, de los sindicatos y de las organizaciones que haremos un llamado
al voto al FMLN en estas elecciones debemos también explicar que no se
trata si tienes treinta o diez diputados en la Asamblea, sino en la
capacidad que tengan estos para agitar al conjunto de la clase obrera
alrededor de un programa revolucionario. Salir de cualquier revés solo
será posible si el actual programa se sustituye con uno auténticamente
socialista“.[5]
Ante
la crisis profunda que revelaron los resultados electorales, comenzamos
una campaña para pedir la destitución de la Comisión Política, pues los
consideramos los grandes culpables de este crimen. Su dimisión habría
dado paso a la posibilidad de llamar a un congreso para elegir una nueva
dirección y sobre todo un nuevo programa. Sin embargo, contrario a
tomar una actitud favorable que diera muestras de querer enmendar la
situación, la arrogancia ha salido a flote de manera más marcada que
nunca.
La
CP se aferra a sus puestos, conseguidos por medio de una pantomima de
elecciones internas con planilla única en 2015. Se han llamado en
diferentes municipios a ampliadas y asambleas que solo tienen como único
objetivo soltar presión, nosotros hemos estado participando en estos
espacios sin mayores frutos siendo bloqueados cada vez que nuestros
argumentos generaban simpatía entre las bases. La dirección del partido
no quiere cambiar nada, seguirá aplicando métodos incorrectos y una
política de reformismo. ¡Están llevando al vertedero al proyecto
histórico que hasta hoy había sido la herramienta de la clase
trabajadora!
Trotsky
advertía de manera contundente en el Programa de Transición que: La
crisis histórica de la humanidad se reduce a la crisis de la dirección
revolucionaria. La dirección deformada y burocrática del FMLN se empeña
en dejar clara su crisis profunda, su incapacidad y su falta de voluntad
para rescatar lo poco que ha quedado del partido.
Se
nos ha tratado de persuadir mediante la máxima popular de que “los
trapos sucios se lavan en casa” que al hacer pública la crítica le
“hacemos el juego a la derecha”; ante esto, respondemos que la crítica
pública es clave y la única alternativa cuando dentro del partido a
partir de la crisis y desde antes no se han abierto espacios de debate
real que nos lleven a sacar conclusiones revolucionarias, y que cuando
se ha logrado tener un espacio las opiniones no han sido tomadas en
serio. ¿Hacerle el juego a la derecha? ¿Acaso no se dan cuenta que los
únicos que han allanado el camino para el regreso de la derecha han sido
ellos mismos, con su falta de claridad y capacidad para dirigir la
lucha de clases? La experiencia nos hace creer que el partido bajo la
dirección actual no hará ningún cambio sustancial, que dejará pasar el
tiempo para que la critica se diluya y sumergirá a los militantes en una
dinámica de estancamiento y contemplación.
Nuestro trabajo independiente y las organizaciones de masas
Todo
lo planteado anteriormente, ha llevado al BPJ a través de una discusión
amplia en Asamblea a la decisión de romper con el FMLN, con su
dirección burocratizada y reformista principalmente. Esto no quiere
decir que creamos que dentro del partido no hay elementos rescatables,
claro que los hay, a todos estos camaradas les dedicamos nuestra
admiración y respeto. Nuestra lucha nunca fue en contra de las bases,
sino contra la dirección podrida que representaba, representa y
representará un freno para la revolución socialista que anhelamos miles
de revolucionarios alrededor del mundo. A todos aquellos militantes que
quieren construir junto a nosotros el partido revolucionario les abrimos
las puertas de la organización para que puedan unirse a nosotros en
esta tarea histórica del proletariado.
Nuestra
declaración de independencia solo parte en términos formales, puesto
que en términos reales siempre hemos sido independientes política y
financieramente. Esta decisión, está enmarcada en un análisis dialéctico
de la lucha de clases en El Salvador y alrededor del mundo, pero no
implica que nuestro objetivo haya cambiado, al contrario, sigue siendo
el mismo: Luchamos por la construcción del partido marxista
revolucionario que nos llevará hacia el socialismo, para esto nos
abocamos a las masas proletarias que son las designadas históricas para
llevar a cabo una revolución de este tipo. Y evidentemente las masas ya
no están siendo orientadas y no están siguiendo al FMLN.
Las
perspectivas de la lucha de clases se presagian muy agitadas para el
próximo periodo, la derecha con mayoría parlamentaria no desaprovechará
una mínima oportunidad para recobrar todo aquello que ha perdido y
atacará de manera cruda a la clase trabajadora. El FMLN no será una
opción real de las masas para buscar la presidencia en el próximo
periodo, la disputa será entre Bukele y el designado por la burguesía,
que será seguramente Calleja. Es una verdad hoy más que nunca que
cualquier partido que no se dote de un programa verdaderamente
revolucionario fracasa en su intento de desarrollar una revolución
triunfante. Las simpatías y el apoyo que cualquier candidato de
izquierda pueda obtener serán puestos a prueba a partir de la política
que se decida aplicar. Y ante esto no hay una tercera vía, o es una
política reformista o es una política verdaderamente anticapitalista y
revolucionaria. De elegir la primera, el descrédito y la decepción antes
las masas llegará más rápido de lo que llegó con el FMLN en el pasado.
Como
defensores del marxismo, confiamos plenamente en el potencial
revolucionario de las masas proletarias, que son un gigante dormido que
tarde o temprano despertará para acabar de una vez y para siempre con
las condiciones de miseria que el capitalismo les impone y la condena a
una vida decadente y miserable. Nosotros estaremos siempre dispuestos a
dar la vida en esto si es necesario, llevando por todos los medios
posibles los planteamientos del socialismo y luchando hombro a hombro
por la construcción de un partido marxista y revolucionario pues es la
única forma de conquistar una sociedad totalmente diferente a la que nos
condena el sistema capitalista.
¡Basta de traiciones, no más oportunismo y reformismo en el movimiento obrero!
¡Por la construcción de un partido revolucionario y socialista!
¡Socialismo o barbarie!
[1] La necesidad de desechar las políticas reformistas. Link: http://bloquepopularjuvenil. org/la-necesidad-de-desechar- las-politicas-reformistas/
[2] ¿Qué FMLN necesita la clase trabajadora? Link: http://bloquepopularjuvenil. org/que-fmln-necesita-la- clase-trabajadora/
[3] El caso Funes y las lecciones para la izquierda salvadoreña. Link: http://bloquepopularjuvenil. org/el-caso-funes-y-las- lecciones-para-la-izquierda- salvadorena/
[4] Un verdadero vuelco hacia la izquierda o capitular ante el enemigo de clase. Link: http://bloquepopularjuvenil. org/un-verdadero-vuelco-hacia- la-izquierda-o-capitular-ante- el-enemigo-de-clase/
[5] Perspectivas políticas de las elecciones 2018. Link: http://bloquepopularjuvenil. org/perspectivas-politicas-de- las-elecciones-2018/
Publicado por La Cuna del Sol
USA.