Por Julio Escalona, Resumen Latinoamericano, 4 de febrero de 2019.
Estamos luchando por llegar a la orilla y no morir en el intento
Estoy citando un decir de los marinos venezolanos cuyo sentido se entiende claramente: después de soportar y vencer los rigores del mar, morir cuando por fin, se alcanza la orilla. Los venezolanos todavía estamos lejos de la orilla. Pero la propuesta de Pepe Mujica parece indicarnos que es mejor que desistamos, por ahora, del intento de acercarnos a ella, pues en lo inmediato ese intento puede conducirnos a una tragedia. Gracias compañero Pepe, yo tomo muy en serio su propuesta.
Los venezolanos estamos bordeando la orilla, pero seguimos luchando por llegar a ella, cuando la orilla significa paz, salud, armonía, prosperidad, democracia y respeto a los derechos humanos para las venezolanas y venezolanos de todos los credos, opiniones, visiones, esperanzas y sueños. Por supuesto, la defensa y el respeto para la pródiga y generosa naturaleza que diariamente nos da la vida sin esperar nada a cambio.
Estamos bordeando la orilla, pero hemos estado en ella, la hemos entrevisto, la hemos presentido, la hemos soñado desde la época de Guaicaipuro, del Negro Miguel, Gual y España, Miranda, Bolívar, Zamora, Pío Tamayo, Eutimio Rivas, José Montesinos, Livia Gouverneur, Rudas Mezone, Alexander Alzolay, Fabricio Ojeda, Alberto Lovera, Bartolomé Vielma Hernández, Jorge Rodríguez, Vera Betancourt, Víctor Soto, el Teniente Hurtado, Francisco Prada, Alí Rodríguez…
Una condición para resolver los problemas de Venezuela es que cese la agresión de EEUU: Venezuela es un país en guerra
El proceso bolivariano, como todos los procesos políticos, está lleno de imperfecciones, de errores. Estos errores, no sólo se agudizan, sino que se magnifican, cuando dicho proceso se realiza enfrentando el cerco y asedio permanente de una potencia imperial dirigida por un gobierno criminal como el de Trump.
Son conocidos el bloqueo comercial, económico y financiero, pero se sabe menos y sobre todo casi no se ponderan, los efectos de la guerra mediática, de las operaciones de guerra psicológica y las consecuencias, en la sociedad venezolana, de la guerra económica, que es responsable principal de la escasez y la inflación inducidas, del contrabando de extracción hacia Colombia, Brasil, las Islas del Caribe; de los ataques a nuestra moneda, del mecanismo hiperespeculativo del llamado dólar today.
¿Ha habido errores de la política económica gubernamental? Sí. ¿Hay corrupción en el seno del gobierno? Desgraciamente, sí. Pero el principal origen de los males de hoy está en los efectos de la guerra económica y muy particularmente de los bloqueos y en general, de la guerra suigéneris que bajo las órdenes de Trump se realiza contra nuestra patria.
¿Están permanentemente amenazadas nuestras fronteras por la concentración de fuerzas regulares, particularmente de Colombia y más recientemente, de Brasil? Sí. Incluso, ahora, mediante los acuerdos entre Netanyahu y Bolsonaro, por fuerzas militares y de seguridad sionistas.
¿De bandas paramilitares y bandas criminales (Bacri)? Si. Bandas que hostigan y atemorizan a nuestra población, que cometen secuestros, asesinatos, robos… Que participan del contrabando de gasolina, de productos agrícolas (café, granos), ganado, materias primas y productos en proceso que Venezuela importa como una necesidad de nuestros procesos de producción y empresarios maulas y funcionarios gubernamentales corruptos, facilitan que terminen en manos de los que dirigen la ofensiva contra el proceso bolivariano y salgan hacia Colombia, Brasil, el Caribe…
Bandas, formadas también por miembros de las fuerzas militares regulares de Colombia, camuflados, que participarán como conductores, animadores, en el momento en que se dé la orden de atravesar nuestras fronteras (si es que nuestras iniciativas políticas y diplomáticas, más la solidaridad internacional. no logran evitarla) y se generalicen los asesinatos y crímenes horrendos contra nuestra población.
¿Es legítima la reelección del Presidente Maduro?
Por supuesto que sí. La reelección está, sin dudas, ampliamente permitida por la constitución de la República Bolivariana de Venezuela. Luego, fue escogido como candidato e inscrito debidamente, por el Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), el Partido Comunista de Venezuela, el Partido Patria Para Todos y otras organizaciones políticas, todas debidamente registradas y facultadas para tal fin, según la leyes y reglamentos de Venezuela. Inscribió su candidatura cumpliendo igualmente, todos los requisitos exigidos.
Participaron cuatro candidatos y el obtuvo la mayoría simple de los votos en la única ronda electoral que se realiza en Venezuela. No existe en nuestra constitución segunda vuelta electoral y no es necesario obtener la mayoría absoluta de los votos. Esta condición es la que está establecida constitucionalmente en Venezuela, no ahora sino siempre.
Se otorgaron plenas garantías a todos los participantes. Incluso, en la ronda de negociaciones entre representantes del gobierno de Venezuela y representantes de la oposición, que se realizó en República Dominicana el año pasado (2018), facilitada por el presidente del mencionado país, Danilo Medina y por el ex presidente de España, José Luis Rodríguez Zapatero, los representantes de la oposición exigieron garantías adicionales, las que fueron concedidas y sobre esa base se realizó la convocatoria a elecciones.
Se estableció un preacuerdo entre gobierno y oposición. Cuando se convocó la reunión para la firma que formalizara este preacuerdo, los representantes de la oposición, entre los que se encontraba Julo Borges, sin explicación alguna, se levantaron de la mesa y rompieron las negociaciones. Lo que causó frustración en el presidente Danilo Medina y profunda molestia, en el expresidente Rodríguez Zapatero. El que lo desee puede buscar las declaraciones que ellos hicieron después que la oposición rompió las negociaciones.
Aun así, luego un sector de la oposición pidió el aplazamiento de la fecha fijada por el Consejo Nacional Electoral para la realización de las elecciones presidenciales, y así se hizo. Se aplazó la fecha.
Debo agregar, que este fue un proceso con acompañantes internacionales provenientes de EEUU, Europa, de la región latinocaribeña, entre ellos, miembros de los más importantes organismos electorales de nuestra región. Hubo ninguna impugnación contra los resultados y los distintos acompañantes internacionales avalaron los resultados.
Sin embargo, de todas maneras, ese sector decidió llamar a la abstención y hoy, por decisión del presidente de EEUU, dice no reconocer al presidente Maduro y forma parte de una operación que incluye entre las opciones que están abiertas, la intervención militar, que implicaría el asesinato de miles de venezolanos y muy probablemente la destrucción de la patria venezolana, que, sin dudas, se levantaría de nuevo.
Entonces, compañero Mújica, ¿por qué debemos anular ese proceso y desconocer al presidente Maduro? Ud. está interviniendo en los asuntos internos de nuestra patria, nada menos que en la sustitución del presidente de la república
Si no se ha comprobado que hubo fraude o por lo menos algún notorio hecho irregular. Si en medio de toda la conflictividad que existe en Venezuela la consulta electoral terminó de manera absolutamente pacífica. Incluso, si los servicios de información de EEUU, convictos y confesos enemigos de Venezuela, no reportaron ni han reportado ningún hecho irregular. Si como se sabe el Centro Carter, encabezado por el propio presidente Carter, ha calificado el sistema electoral venezolano como el mejor del mundo. Si después de más de 20 procesos electorales en el curso de 20 años, nadie ha logrado demostrar irregularidades en los procesos electorales de nuestro país ¿Por qué hay que desconocer el resultado electoral que, precisamente, eligió al presidente Maduro? ¿Por qué se alega desconocer la acción de más de 9 millones de electores, entre los cuales me cuento?
Ud. sabe que la razón esencial es que el gobierno de EEUU, uno de los principales representantes y brazo ejecutor del Pentágono-Otan en nombre del capital transnacional, precisamente, representando intereses de ese capital, quiere derrocar al gobierno de Venezuela.
El presidente Trump no ha podido atacar militarmente a nuestra patria, porque la geopolítica ejecutada por el presidente Maduro lo ha derrotado sistemáticamente, tanto en la OEA (valiéndose de los vasallos que ahí tiene) como recientemente en el debate político que hubo en el Consejo de Seguridad.
El Secretario General de la ONU acaba de declarar, obligado por el respeto a la Carta de las Naciones Unidas y al derecho internacional, que sólo reconoce como presidente de Venezuela a Nicolás Maduro, pues sólo la Asamblea General de las Naciones Unidas y el Consejo de Seguridad, pueden decidir lo contrario.
Con todo respeto, compañero Mujica, Ud. no tiene ninguna facultad para proponer una nueva elección y eso lo coloca al margen del derecho internacional. Sobre todo, en un momento tan crítico para el pueblo venezolano. Su voz tiene peso y respeto continental. ¿Es mucho pedirle que ese peso lo ponga a favor de la defensa y soberanía de nuestra nación amenazada por la intervención imperial?
La propuesta de Pepe Mujica la resume él mismo de la siguiente manera: “Una especie de junta ejecutiva donde estuvieran todas las tendencias, pero fuertemente monitoreada y garantizada por Naciones Unidas”. Concluye: “No veo otro camino que dé garantía”.
Entiendo que esa “junta ejecutiva”, que saldría de unas “elecciones totales”, sustituiría al presidente Maduro y creo entender, por la denominación de “elecciones totales”, que se trata de, además de sustituir al presidente, elegir una nueva Asamblea Nacional, y hasta nuevos gobernadores, nuevos alcaldes, lo que contraría la opinión manifestada por una mayoría de venezolanas y venezolanos, que participaron en unas elecciones absolutamente legales, realizadas tan recientemente como el 20 de mayo del año pasado y hace escasamente dos meses, en las elecciones para gobernadores y alcaldes. Eso, sin que nadie haya demostrado que hubo fraude, aun cuando se sabe que dicha elección, la de presidente, se realizó bajo la presencia de observadores internacionales y nacionales.
La propuesta de Pepe Mujica implica que los neoliberales pueden entrar a la “junta ejecutiva” que el propone
Como dice Mujica, sería una “junta ejecutiva donde estuvieran todas las tendencias”. Por lo tanto, los neoliberales, que ni siquiera se han atrevido a presentarse como tales a una elección popular en Venezuela, porque están muy desacreditados, mediante la negociación, ¿por qué no podrían entrar si como tendencia ellos existen en Venezuela?
Se presenta esta paradoja en la propuesta de Mujica: La elección del presidente Maduro ampliamente certificada nacional e internacionalmente no es válida, pero una negociación podría llevar a los neoliberales a compartir el poder. Esto es inaceptable
Ahora compañero Mujica, si Ud. se permitió intervenir en los asuntos internos de Venezuela, no he encontrado palabras suyas, condenando que el presidente Trump haya nombrado un presidente para nuestra patria. Ese ciudadano ha violado la constitución bolivariana, recibe órdenes y orientaciones de un gobierno que se ha declarado enemigo de Venezuela y nos amenaza con una intervención militar, que, dada la experiencia conocida, Venezuela podría quedar destruida con miles de venezolanos asesinados o heridos física, moral y psicológicamente, con nuestra infraestructura física bombardeada y destruida ¿Cómo se llama compañero Mujica a un ciudadano de un país que proceda de esa manera contra su patria? ¿Cómo Ud. con su voz que pesa e influye no condena una solución que puede significar sacrificios inenarrables para los venezolanos?
No olvide que quien facilitó que Almagro fuese Secretario General de la OEA fue Ud. ¡Hay que ver cuanto daño le ha hecho a la región y a Venezuela en particular, quien fue su canciller durante un buen tiempo! Yo lo respeto a Ud. pues se atrevió a romper con él y el Frente Amplió lo expulsó de sus filas. La región latino caribeña, creo, se los agradece profundamente.
Yo entiendo que a Ud. no le gusta el presidente Maduro. Ya una vez dijo algo como esto: Maduro debe estar loco, teniendo presos políticos. Fue en una época en la que la organización llamada Vanguardia Popular, dirigida por Leopoldo López, llamó a tomar violentamente las calles de Venezuela y ello provocó muertos, heridos, destrucción de bienes, etc. Finalmente, la justicia venezolana se ocupó de él y lo envió a la cárcel, donde se le han respetado, hasta el detalle, sus derechos.
Ud. y yo fuimos guerrilleros y la justicia de esos tiempos persiguió, torturó y asesinó a muchos de nuestras compañeras y compañeros. A Ud. le tocó padecer prisiones infamantes que supo llevar con valentía y dignidad. Por eso tiene mi reconocimiento.
Los que lo reprimieron no estaban locos, evidentemente. Eran unos asesinos, muy conscientes de lo que hacían. Es posible que Maduro esté loco, sí, por atreverse a desafiar a la dominación imperial en una fase en la que hay una clara deriva hacia el fascismo. Pero Ud. no lo dijo por eso. Llamar loco a un presidente, asediado por la violencia, es algo más que un maltrato diplomático. Eso lo leí en una declaración de prensa que se le atribuye a Ud. Consulté con amigos muy cercanos y ellos leyeron lo mismo. No sabe cuánto deseo que Ud. no haya dicho eso, pues guardo respeto por Ud.
La presencia de la ONU no fue una garantía en Libia, todo lo contrario
Cuando mediante una operación mediática, estilo holivudense, Gadafi fue “derrocado”, a través de la toma de una Plaza Verde que no estaba en Trípoli, la capital de Libia, sino reproducida mediáticamente en Qatar, la ONU, en lugar de condenar el hecho y denunciarlo, lo legitimó. El Secretario General de ese entonces, Ban Ki Moon, lo refrendó con una visita al llamado gobierno de transición ubicado en Bengasi.
En Haití la presencia de la ONU, mediante las fuerzas de paz que mantiene ahí, no ha sido capaz de evitar situaciones crueles, hechos criminales. Esto no niega el carácter heroico de funcionarios de la ONU en otras partes del mundo. Lo que pasa es que el poder de EEUU en la ONU sigue siendo decisivo. El problema pues no es la ONU. Es el gobierno de EEUU.
Mujica y López Obrador
El presidente López Obrador, hasta donde sé, se ha mantenido en una posición de principios: el respeto a los asuntos internos de los Estados. De acuerdo con ese principio, el no tiene por qué pronunciarse sobre la bondad o no del presidente Maduro y su gobierno. Que se pronuncie o no es un asunto de sus convicciones. Se espera, por supuesto, que si lo hace, sea para defender a un pueblo agredido y a punto de ser sometido a graves suplicios.
Le agradezco profundamente al presidente de México por mantener esa posición en un momento tan crucial para Venezuela y toda la región latinocaribeña.
Nuestra patria se levantará digna, orgullosa y esperanzada
Luchamos por la paz, la guerra es una pesadilla infernal, que nos pueden imponer. Con dignidad y sin temor lucharemos. Los traidores, los corruptos, los falsos, los mentirosos, se quedarán sin máscaras. La guerra se las quitará.