...la
famosa Ley Helms-Burton —una más—, agresiva, repugnante, es tan brutal
que prácticamente amenaza a nuestro país —como ha explicado Alarcón
varias veces— con privar al pueblo de todo lo que tiene. Prácticamente
no le quedaría una escuela, no le quedaría un círculo infantil, no le
quedaría un centro de educación de minusválidos, no le quedaría
hospital, ni del médico de la familia quedaría nada; cuando vinieran a
aplicar las medidas que les han exigido a otros países, es posible que
al ciento por ciento de los médicos de la familia los dejaran cesantes,
porque, ¿con qué y para qué les pagan?
Prácticamente
todos los agricultores de este país perderían sus tierras, excepto
algunos de los que ya fueran antiguos propietarios, y la inmensa mayoría
son propietarios porque la Revolución les entregó la tierra. Todas las
UBPC, todas las cooperativas, perderían lo que tienen, todas sus
propiedades.
En
un país como Cuba, donde el 85% de las familias es propietario de su
vivienda, en virtud de las leyes de la Revolución y de la obra de la
Revolución, todas esas familias perderían la propiedad de las viviendas.
Es algo tan estúpido que nosotros casi estuvimos a punto de enviar un
telegrama de agradecimiento a Helms y a Burton, y decirles: "Oigan,
muchas gracias, miren que ustedes nos están ayudando."
Como
ha dicho el mismo Clinton, de acuerdo con esa Ley Helms-Burton las
indemnizaciones que tendría que pagar Cuba no serían 5 000 ó 6 000
millones por las que fueron propiedades norteamericanas. Habría que
discutir, además, es una cifra que no es nuestra cifra; y, bueno, si
quieren hasta la aceptamos, pero faltaría pasar la cuenta de las decenas
de miles de millones que nos deben de indemnización por el bloqueo.
Hasta estaríamos dispuestos a pagar propiedades norteamericanas si nos
indemnizan. Les iba a decir que según cálculos de Clinton, la ley
mencionada exige pagar 100 000 millones al incluir las propiedades de
cubanos que después se hicieron norteamericanos, y de acuerdo con la
ley, el bloqueo seguiría hasta que no se pagaran los 100 000 millones.
Parece que se dieron cuenta y algunos empezaron a hablar de que había
que introducir algunas modificaciones, entre las muchas barbaridades;
pero a nosotros nos da exactamente lo mismo. Sabemos lo que significaría
que este país cayera de nuevo en manos de Estados Unidos, con ley y sin
Ley Helms-Burton. Lo que dicen que ocurrió en Indonesia sería pálido,
lo de Guatemala una bobería.
Pero
lo último, lo inconcebible es creer que los cubanos harían como los
esclavos que llevaban al circo romano y que decían: "¡Viva el César, los
que van a morir te saludan!" Es como si hubiera un solo cubano aquí en
disposición de decir: ¡Viva el emperador! o ¡Viva el imperio, los que
van a morir vamos a doblar la cabeza para que nos liquiden!
Ellos
tienen que saber que aquí no queda nadie que no empuñe un arma y
combata hasta el final, hasta una muerte verdaderamente gloriosa; lo
inglorioso es poner el cuello para que el imperio lo corte. Ellos saben
que eso no puede ocurrir y no ocurrirá jamás, a pesar de las idioteces
que dicen —¡qué desprecio, qué desprecio!—; debieran enseñarles algo los años que lleva Cuba resistiendo y luchando, porque aquel destino no lo aceptará jamás,
|
|