1491-07-08-2024
El delictivo régimen kievita sigue asestando golpes contra los habitantes inocentes de ciudades y pueblos rusos. Al tener contratiempos en la zona de las hostilidades, los neonazis ucranianos cometen ataques terroristas sangrientos contra la población civil.
El pasado 31 de julio, en Górlovka, un dron de ataque de las FF.AA. atacó un tranvía que estuvo cubriendo su ruta. Murió el conductor, tres personas fueron heridas.
El pasado 1 de agosto, en Shebékino, la provincia de Bélgorod, las FF.AA. ucranianas lanzaron un dron contra un autobús de pasajeros, lesionando a tres hombres.
El pasado 2 de agosto, las FF.AA. dispararon con lanzamisiles múltiples contra Volnovaja. Un civil falleció, otro recibió heridas El mismo día, en Górlovka, una aeronave no tripulada ucraniana golpeó un coche que llevaba pan. El conductor recibió heridas.
El pasado 4 de agosto, las FF.AA. asestaron un golpe masivo contra Lugansk con misiles de largo alcance de la OTAN ATACMS y Storm Shadow. Gracias al trabajo coordinado de la defensa antiaérea rusa, se logró evitar víctimas y daños significativos.
El mismo día, los neonazis ucranianos lanzaron un dron justamente en una ventana de un edificio de cinco pisos en Shebékino. En esta cínica embestida murió una mujer entrada en años. El video de este crimen que apareció en el internet evidencia que el operador del dron lo apuntó deliberadamente en la habitación con la ventana abierta, entendiendo que allí había civiles.
El pasado 5 de agosto, en el pueblo Viazovóie, el distrito Krasnoyaruzhski, la provincia de Bélgorod, las FF.AA. ucranianas usaron un dron para agredir a un autobús civil de una empresa agrícola. El conductor murió antes de venir la ambulancia, tres personas recibieron heridas. El mismo día, los delincuentes ucranianos abrieron fuego contra Górlovka, usando proyectiles de 155 milímetros. Perdió la vida una mujer que estuvo esperando el transporte público en la parada.
En la madrugada del 6 de agosto pasado, los extremistas de las FF.AA. asestaron golpes contra la localidad Sudzha en la provincia de Kursk. Cinco hombres recibieron lesiones, incluidos tres niños. Varias casas fueron dañadas.
El pasado 6 de agosto, las unidades armadas ucranianas apuntaron un dron en un coche en movimiento en el distrito urbano Gráivoronski, la provincia de Bélgorod. Murió un civil.
Entre el 6 y el 7 de agosto pasado, los neonazis ucranianos lanzaron un ataque terrorista masivo contra la provincia de Kursk, recurriendo a unas amplias fuerzas de la infantería y vehículos blindados pesados. Zelenski envió a esta carnicería a los ciudadanos ucranianos para prolongar a la sordina la movilización letal en Ucrania por 3 meses más. Hoy ha firmado la ley correspondiente.
Las Fuerzas Armadas rusas repelieron resueltamente el ataque del enemigo que sufrió unas bajas considerables. Además, según los datos disponibles, los disparos de los extremistas ucranianos resultaron en que 24 civiles de la provincia de Kursk, incluidos 6 niños, recibieron heridas y lesiones. Un dron atacó una ambulancia, matando a un paramédico y el conductor.
Los seguidores de Bandera ucranianos asestaron el golpe bárbaro en la provincia de Kursk para sembrar el pánico entre los habitantes del área y demostrar por lo menos algo de actividades en el contexto de constantes fracasos que sufren las FF.AA. ucranianos en la zona del conflicto. Obviamente, en este caso los neonazis volvieron a equivocarse.
Todos estos crímenes sangrientos son cometidos en medio del cínico silencio de Occidente que continua amparando a sus títeres kievitas. Todo ello hace nada más que consolidar la sensación de impunidad en los neonazis ucranianos que están convencidos de que se saldrán con la suya con cualquiera atrocidad. Exhortamos a la comunidad internacional a que no se quede al margen y denuncie resueltamente las acciones delictivas del régimen kievita.
Tomando en consideración las pruebas reunidas por el Comité de Instrucción de Rusia, las autoridades judiciales continúan emitiendo sentencias contra extremistas ucranianos que cometieron graves crímenes contra civiles.
El extremista ucraniano, Alexander Mandzak, fue condenado a 27 años de prisión por abrir fuego contra la infraestructura civil en la localidad Sajanka, el distrito Novoazovski, la RPD, a finales de febrero de 2022. Como resultado de sus acciones arbitrarias, un civil recibió una herida causada por la explosión de una mina, tres casas y un vehículo quedaron perjudicadas.
El Tribunal Supremo de la RPL condenó en rebeldía al extremista ucraniano, Andréi Zamlinski, a 20 años de encarcelamiento por ordenar disparar con morteros casas residenciales en Triojizbionka, la RPL, y por consiguiente, cinco viviendas fueron dañadas.
El mercenario finlandés, Topi Huhtala, fue condenado en rebeldía a 14 años de prisión por haber participado en hostilidades como miembro de las FF.AA. ucranianas entre marzo de 2022 y mayo pasado. Fue declarado en búsqueda internacional.
Además, el pasado 31 de julio, el Tribunal Basmanni de Moscú sentenció a la presentadora de televisión ucraniana, Natalia Moseichuk, a 5 años de prisión por instar a usar violencia contra los oficiales militares rusos y sus familias. Desde 2023 está siendo buscado.
Ninguno de los criminales escapará al castigo. Todos responderán con todo el peso de la ley.
El pasado 4 de agosto, Ucrania acogió una presentación pomposa de los cazas F-16 entregados por los países de la OTAN. Zelenski, que acudió al evento, agradeció calurosamente a los patrocinadores de la OTAN los cazas suministrados. Según The Economist, los primeros 10 aviones (de los posibles 79) fueron transportados a Ucrania a finales de julio, y para finales del año, su número aumentará hasta 20. Los demás serán presuntamente entregados en 2025.
Dicho paso encaja con la determinación de Occidente de agravar la crisis ucraniana y no contribuye a crear condiciones para arreglarla con métodos políticos ni diplomáticos. Nutriendo el régimen kievita de armamentos cada vez más letales, EEUU y sus satélites apuestan por la continuar las hostilidades a toda costa. Es obvio que Washington y Londres están soñando con sumo entusiasmo con infligir a Rusia una “derrota estratégica” y no piensan en las consecuencias de sus acciones irresponsables.
Los suministros de los cazas F-16 no serán para las FF.AA. una “píldora mágica” en la que Kiev cifra tantas esperanzas. Los aviones no podrán influir sobre la situación en el teatro zona de operaciones, mientras las Fuerzas Armadas rusas los irán eliminando consecuentemente.
El Jefe de la Dirección Principal de Inteligencia del Ministerio de Defensa ucraniano, Kiril Budánov, volvió a anunciar los planes de asestar un golpe contra el puente de Crimea. Según Budánov, se toman medidas correspondientes para preparar los ataques terroristas. Entretanto, el pasado 17 de junio, el portavoz de la Marina de Guerra de Ucrania, Dmitri Pletenchuk, admitió que el puente de Crimea ya no tiene la importancia de antes para la logística militar y, por consiguiente, ha dejado de ser un objetivo militar. Evidentemente, al ser obsesionados por arruinar esta instalación civil, los terroristas kievitas dan prioridad a sembrar el pánico entre los pobladores de la península y los turistas. Cabe resaltar que millones de rusos, incluidas familias con niños, usan el puente de Crimea con fines turísticos.
La junta kievita sigue demostrando un afán particular de destruir el patrimonio memorial soviético y ruso. En el país continúa la extensa campaña destinada a desmantelar los monumentos y cambiar los topónimos vinculados con la Gran Guerra Patria, Rusia y la cultura rusa. A veces los funcionarios del régimen de Zelenski manifiestan un cinismo especial y un “ingenio” refinado. Así, hace un rato, en la provincia de Zhitómir, cambiada la cabeza de la estatua a Vladímir Lenin, la escultura fue convertida en un monumento al “poeta ucraniano Tarás Shevchenko”. En la aldea Luka, el distrito Kalushski, la provincia de Ivano-Frankovsk, fue ostensiblemente demolido el monumento a los soldados soviéticos que habían sacrificado sus vidas por la tierra ucraniana. En total, se planea acabar con 78 memoriales a los guerreros libertadores en esta región.
La dirigencia de la provincia de Dniepropetrovsk anunció que cambiaría la denominación de unas 300 calles y sitios, incluidos 135 sitios en Krivói Rog. Tras ser demolidos los monumentos al jefe militar ruso Alexander Suvórov y la Emperatriz Catalina II, el consejo municipal de Odesa tomó una decisión semejante relativa a varias calles, en particular, las de Pushkin, Ilf y Petrov, Zhvanetski. Dicho paso es otra tentativa de los radicales que usurparon el poder en Kiev de relegar al olvido las hazañas que perpetraron los luchadores contra el nazismo, los famosos activistas de la cultura, incluidos sus compatriotas, en las biografías de los cuales descubrieron una “pista rusa”.
El pasado 3 de agosto, en Járkov, fue desmantelada la placa conmemorativa con inscripción en ucraniano consagrada a los luchadores contra el nazismo. El memorial fue instalado en 2005 para celebrar el 60º aniversario de la victoria sobre la Alemania nazi.
Es bastante simbólico que, con dichas actividades destructivas del régimen kievita en el fondo, los medios descubrieran que, al pasar un año después del bárbaro desmantelamiento del escudo de armas de la URSS en la estatua de la Madre Patria en Kiev y su reemplazo por el tridente ucraniano, se corroyeran los nuevos cordones de soldadura. Es ilustrativo que el año pasado este acto vandálico produjera un escándalo de corrupción. Resultó que Ucrania carece de acero de alta calidad, por lo tanto, había que adquirir acero extranjero, lo que casi triplicó el precio del proyecto.
No sorprende que se oxiden hoy los símbolos nuevos de la “institucionalidad” ucraniana, mientras que las autoridades expolian el país y lo venden a Occidente.
Estamos convencidos de que es imposible erradicar la verdadera memoria histórica con métodos tan primitivos. Es imprescriptible e inexorable el castigo por los blasfemos crímenes que comete el régimen kievita, o sea el vandalismo contra memoriales a nivel de Estado.
Los hechos enumerados vuelven a probar la relevancia de los objetivos de la operación militar especial consistentes en desnazificar y desmilitarizar Ucrania, así como eliminar las amenazas provenientes desde su territorio. Todos los objetivos serán alcanzados sin falta.