Cervantes

Hoy es el día más hermoso de nuestra vida, querido Sancho; los obstáculos más grandes, nuestras propias indecisiones; nuestro enemigo más fuerte, el miedo al poderoso y a nosotros mismos; la cosa más fácil, equivocarnos; la más destructiva, la mentira y el egoísmo; la peor derrota, el desaliento; los defectos más peligrosos, la soberbia y el rencor; las sensaciones más gratas, la buena conciencia, el esfuerzo para ser mejores sin ser perfectos, y sobretodo, la disposición para hacer el bien y combatir la injusticia dondequiera que esté.

MIGUEL DE CERVANTES
Don Quijote de la Mancha.

17 de octubre de 2024

A 79 años de aquella artera trastada.. una historia de horror jamás contada… Por José Sant Roz

 A 79 años de aquella artera trastada.. una historia de horror jamás contada…

Publicado por: Jose Sant Roz

José Sant Roz

  1. Los militares que planificaron el golpe del 18 de octubre de 1945, en contra Isaías Medina Angarita, lo primero que hicieron fue buscar apoyo en un frente civil, contactando para ello a don Rómulo Betancourt. Cuando Medina se entrega a los militares insurrectos lo primero que les dice es: “Tengan cuidado con Acción Democrática”. Vayan tomando nota de esta tremenda advertencia…
  2. Debe quedar claro que para aquel golpe, para nada intervino la tan mentada, sociedad civil. Se hizo a la callada, hasta tal punto que casi nadie de los altos dirigentes de AD lo conocían previamente. A la postre, aquel 18 de octubre, acabó convirtiéndose en una maldición para Venezuela, porque de él sobrevendría la entrega total del país a las compañías petroleras, sobrevendría el golpe contra Gallegos, el asesinato de Carlos Delgado Chalbaud y el subsiguiente golpe de Pérez Jiménez hasta 1958. Debe decirse que lamentablemente don Rómulo Gallegos se prestó a una farsa, llegando a asumir la presidencia, a partir de aquel golpe.
  3. Las razones supuestamente democráticas de aquel Golpe fueron ante todo un aire de libertad grandioso, deseos de cambios que acabasen de echar por tierra de manera definitiva y total al gomecismo. La transición se estaba llevando a cabo con cierto orden para no caer de nuevo en otra dictadura como la de Gómez. Medina era un hombre de carácter, sencillo y patriota, que según Mariano Picón Salas en muy poco tiempo se estaba convirtiendo en un excelente dirigente de masas. Dice don Mariano: “Es un hombre alto y vigoroso, con una voz suave; que crea adonde llega una atmósfera amistosa que nos hace olvidar su poder; que es un político de excelente salud y jovial ánimo, aquí donde tantos hombres públicos llevaron el encono de su hígado enfermo; que cuando va a hablar en público y mientras otros doctores acuden a leer su papel, él improvisa la palabra justa, sencilla, que da como una flecha certera en quienes le oyen. Mientras los oradores están sumidos en su manuscrito o en la contemplación interior de las frases que quieren decir, él observa al pueblo y es precisamente de los rostros de los auditores, de donde saca la frase que todos aguardan[1]
  4. El poeta Andrés Eloy Blanco, buen amigo de Isaías Medina Angarita y compañero de palos, solía decir que Isaías se había graduado en la Universidad de la “Península”, refiriéndose a un conocido bar ubicado en la esquina de La Gorda en Caracas, cerca del viejo Silencio; allí, entre una y otra cervecita pudo estudiar el estado del pueblo, sus estrecheces y aspiraciones. Pero a medida que el general Medina fue ascendiendo de rango también fue cambiando las cervecitas en algún bar, por el whiskycito con los nuevos amigos del Country Club. Siendo Presidente éstos le enseñaron a jugar golf y a libar el whisky con soda. Como el general Medina era calvo, los caraqueños decían que el whisky tumbaba el pelo; y si hubiese estado en los cuarteles comiendo sancocho y bebiendo cervecita con los oficiales jóvenes, quizás no lo hubiesen tumbado sus propios discípulos[2].
  5. Después del gobierno de Medina (a quien derrocaron faltándole seis meses para concluir su mandato), pudo haberse elegido a un hombre sin ataduras de partido, que continuase la bien coordinada administración de los últimos dos presidentes. Presidencia que pudo haber recaído en don Caracciolo Parra Pérez, don Arturo Uslar Pietri o don Juan de Dios Celis Paredes. Entonces no se conocía el sectarismo adeco que se implantaría entre nosotros de manera tan funesta; bajo los regímenes de Eleazar López Contreras e Isaías Medina Angarita, al que tenía talento se le abrían las puertas, se le ayudaba y se le daba trabajo y se le permitía hacer sus labores en paz. Aunado todo esto a la terquedad de don Arturo Uslar Pietri – quien rechazaba obsesivamente la nominación de un candidato independiente de consenso ante la enfermedad de Diógenes Escalante – se abonó el terreno para que los enemigos de Medina justificaran cívicamente el Golpe.
  6. Otras causas que contribuyeron con este desastre, fueron de carácter externo. Muy certeramente observa el doctor Carlos Chalbaud Zerpa, que Medina Angarita no pudo calibrar a tiempo los súbitos cambios que se dieron en la geopolítica imperante a raíz de la muerte del presidente Franklin Delano Rooselvelt. Entonces la luna de miel del gobierno americano con Stalin había fenecido y se iniciaba la Guerra Fría. El Presidente Harry Truman la inaugura, pero Venezuela ha quedado colgada en los acuerdos del pasado: Medina establece relaciones diplomáticas y consulares con la Unión Soviética. No sólo su comportamiento es “suave” con los comunistas sino que los acoge para enfrentar a los adecos. Me refería el doctor Carlos Chalbaud Zerpa (ya fallecido) que se había regado la especie de que el régimen medinista iba a comunizar a la juventud a través de profesores marxistas en los liceos. En las elecciones municipales de 1944 el Partido Democrático Venezolano que apoya a Medina, PDV, llevó planchas unidas con el ultra-izquierdismo reunido bajo las siglas UPV, Unión Popular Venezolana. Además, contra la opinión de López Contreras quien había propuesto que el Día del Trabajador se celebrara el 24 de julio, Medina cede al influjo de los comunistas y opta por escoger para tal celebración el 1º de mayo. Este acto de Medina fue asumido por López Contreras como una afrenta. Le dijo don Eleazar a su ministro Julio Diez: “A mí me han ofrecido armas y dinero para que encabece un movimiento tendiente a derrocar el actual gobierno… La determinación de que he hablado la haré efectiva, si se dicta el decreto ejecutivo declarando el 1º de Mayo Día del Trabajador, porque tal medida la estimaré como una ofensa personal que se me infiere.” Es significativo que a los once días después de que Medina legaliza al Partido Comunista de Venezuela, se ejecuta el Golpe.
  7. Betancourt es uno de los primeros “filocomunistas” que comprende rápidamente que sin el consentimiento del Departamento de Estado es imposible gobernar en América. A partir de 1941, se apresura a comunicarle a todo el mundo que él ha dejado de ser comunista, principalmente al embajador de EE UU, y a varias instituciones gubernativas del país del Norte. Betancourt tiene clara una cosa: él no quiere ir dando saltos de matas por el mundo como los Machados, Salvador de la Plaza o Juan Bautista Fuenmayor. Él quiere gobernar con estabilidad y buenos acuerdos con EE UU para poder llevar a cabo su programa político. Y para gobernar hay que dejarse de pendejadas de andar presentándose como filocomunista porque con tal sambenito entre tantos analfabetos jamás llegará a nada. El horror al comunismo provocaba pánico entre grandes sectores de la población porque ya EE UU habían implementado una campaña feroz contra lo que ocurría en la Unión Soviética. Betancourt es el primer político moderno que entiende cabalmente la situación de “profunda mediocridad política existente aquel pueblo venezolano” y decide manipularlo y actuar en consecuencias, sin muchos miramientos. Resulta realmente insólito, cómo izquierdistas de la talla de Domingo Alberto Rangel y Simón Sáez Mérida fueron estúpidamente engañados por Betancourt.
  8. Cuando Betancourt se entera que Medina en un acto patriota y valiente tiene un serio altercado con Henry J. Linam, Presidente de la Creole y lo expulsa del país, se frota las manos. Él se encargará de hacer ver a los diplomáticos de EE UU lo impropio de esta medida y de otras más (legales) que ha implementado contra el capital foráneo, incrementando así el recelo norteamericano. Betancourt entonces, procurará presentarse ante los gringos como el mejor sustituto de Medina para el próximo periodo presidencia, pero no a travñes de unas elecciones sino de un golpe de estado. El periódico que servía a las empresas petroleras era “La Esfera” y llevaba a cabo una tenaz campaña contra la nueva política en hidrocarburos y a él se le une Betancourt. Nada de extraño tiene pues, que el diario adeco “El País” y el ultraderechista de “La Esfera” vayan a celebrar con bombos y platillos la caída de Medina.
  9. No es difícil imaginar la cantidad de información sobre la situación venezolana, que dirigentes políticos como Betancourt, Raúl Leoni, Valmore Rodríguez y Gonzalo Barrios pasaban al Departamento de Estado. Me refería el doctor Carlos Chalbaud que no fue Pérez Jiménez quien buscó para dar el Golpe la ayuda de A.D. sino que la condición sine qua non que impuso el Departamento de Estado para poder reconocer el gobierno de facto que de allí surgiera, fue el que los golpistas se unieran a un partido de oposición. Es decir que ya A.D. había realizado un trabajo impresionante con Valmore Rodríguez a la cabeza, para convertirse en la niña preferida del Departamento de Estado norteamericano.
  10. El Golpe ya se tenía planeado en junio de 1945, es decir que la pantomima de Betancourt y Raúl Leoni, el 3 de julio de ese mismos año, visitando a Diógenes Escalante en Washington para proponerle la presidencia de la República es toda una farsa. Como ya tienen preparado el Golpe van y hacen “una visita de cortesía” al Departamento de Estado[3], que no es otra cosa que de ponerle al tanto de cuanto han decidido con un grupo numeroso de oficiales a la cabeza de Marcos Pérez Jiménez. Téngase en cuenta también que Pérez Jiménez estuvo en Washington en 1945, “en misión militar buscando armamento”; estuvo en el Pentágono, y cuando regresó al país dijo que había sido todo un éxito su gestión[4]. Añádase a todo esto el que en vísperas del Golpe, Delgado Chalbaud había tenido conversaciones radiotelefónicas en inglés con el presidente Truman por intermedio del embajador Frank Corrigan. Existe incluso todavía la duda si López Contreras, gran amigo de Corrigan, también tuvo su parte en este tinglado, tomando en cuenta que él sí era furibundo anticomunista, y estaba alarmado por la dirección izquierdista que tomaba el régimen de Medina. Quizás, siendo visto como uno de los últimos mastodontes del gomecismo no se le incluyó, pero actuó tras bastidores. Si algo debe quedar claro, es que a Medina no se le podía echar en cara que fuese gomecista y que por lo tanto había que echarlo del poder por esta razón. En 1935, por un discurso que pronunció en presencia de Gómez estuvo a punto de ser encerrado en una mazmorra.
  11. Es tan cierto el hecho de que Betancourt se había convertido en el niño mimado del Departamento de Estado, que el 30 de octubre, a sólo 12 días de haber sido derrocado Medina, aparece en “El Heraldo” una información que fue trasmitida de Washington: “Los intereses norteamericanos creen que el régimen de Betancourt es más democrático que el antiguo régimen de Medina, y aseguran que no habrá dificultades serias entre EE UU y Venezuela acerca de la producción petrolera ni la propiedad de las explotaciones petroleras en Venezuela.[5]” Pero ya antes, el 29, el señor James Byrnes, Secretario del Departamento de Estado, anuncia desde Washington “que el gobierno de EE UU había entendido su pleno reconocimiento al gobierno de Venezuela…[6]”.
  12. En Venezuela era costumbre (y lo siguió siendo hasta 1998), que cuando arribaba al país un magnate gringo, los presidentes se esmeraban en atenderlos como si fuesen dueños de nuestro territorio. Así sucedía, por ejemplo, con Rockefeller. Pues bien, se dio un caso atípico con Medina: se presentó en Miraflores míster Linam, presidente de la Creole, para tratar con el presidente el álgido problema de los impuestos petroleros. Ese día, la agenda del presidente de la república estaba totalmente copada, de modo que a Linam no se le pudo recibir al instante. Entonces, Linam, protesta, molesto y ofendido le dice al decano de guardia: “-Por favor, dígale que regreso a mi oficina donde me esperan asuntos urgentes por resolver, y que volveré cuando el presidente esté menos atareado.” En cuanto el presidente recibe este mensaje, replica al mensajero: “El señor presidente de la República le hace saber lo valioso de su tiempo, pero también que si no puede esperar, tiene 48 horas para abandonar el país.” Linam fue expulsado de Venezuela “por irrespeto al presidente”. Betancourt, como los demás genuflexos, débiles y cobardes de nuestro continente, haría ver a EE UU el peligro de un nuevo nacionalista gobernando en América Latina (como Lázaro Cárdenas). Este temor fue expresado por centros del poder financiero del Norte. No sabemos hasta qué punto estas reacciones de Medina podían haber sido inspiradas por la influencia de algunos comunistas que apoyaban a su gobierno. Téngase en cuenta que los periodistas Miguel Otero Silva (dueño de “El Nacional”), Pedro Beroes (dueño de “Ultimas Noticias”) y Gabriel Bracho Montiel (dueño de “El Morrocoy Azul”) eran todos comunistas y trabajaban en el gobierno de Medina.
  13. Para completar, Venezuela tarda en romper relaciones con los gobiernos de Hitler, de Mussolini y de emperador Hirohito. Todo esto produce gran incomodidad en Washington, y el Departamento de Estado decide incrementar su participación en el referido Golpe del 18 de octubre. De lo cual deducimos que desde entonces Betancourt estaba, como insistimos, junto con Pepe Figueres (el títere gringo de Costa Rica), Muñoz Marín (el títere gringo de Puerto Rico) y otros arrastrados al poder de EE UU en Latinoamérica, fuertemente atado a los mandatos de los norteamericanos en cuestiones políticas y económicas de nuestro continente. Por este motivo, resulta paradójico y hasta cómico (como muchas otras cosas de este país), que cuando Gallegos sea derrocado en 1948, salgan comunistas y copeyanos a celebrarlo.
  14. Otro punto traumático previo al 18 de octubre, fue la elección del posible sucesor del presidente Medina. Veníamos arrastrando el vicio de que, para ser Presidente de la República, era indispensable haber nacido en el Táchira, por lo que Caracciolo Parra Pérez, Juan de Dios Paredes y don Arturo Uslar Pietri, quedaban descartados. A esto se agrega el hecho de que una arteriosclerosis (o producto de un envenenamiento que se le hizo) don Diógenes Escalante sufre un severo trastorno mental del cual nunca se repuso, quedándonos entonces en Venezuela sin un hombre de consenso para así mantener tranquilas las aguas. Esto hizo que el presidente erradamente se inclinara por su ministro Angel Biaggini, “quien además de no contar con el apoyo de A.D. carecía de popularidad y de ortografía. En unas declaraciones dadas a la prensa había escrito la palabra ENTUSIASMO con C, y aquello provocó burlas sangrientas”. El desprestigio de Biaggini llegó a tal extremo, que en los colegios, en las clases de dictado, cuando casualmente el maestro citaba la palabra entusiasmo, los alumnos a coro gritaban: “¿Con C o con S, profesor?[7]” Se ha querido justificar históricamente el Golpe, diciendo que Medina era terco y prepotente en sus decisiones y que la propuesta candidatural de Biaggini fue la gota que rebasó el vaso; pero si estábamos bajo un gobierno democrático, ¿por qué los adecos no propusieron su propio candidato? ¿Por qué Medina debía satisfacerles?
  15. Mezcladas todas estas confusiones que nos llegaban de fuera, con la ambición de Rómulo Betancourt y un grupo numeroso de destacados oficiales, se organiza el Golpe. No la tienen todas consigo los jefes de la conjura, pues sólo 150 (de entre más de 300) oficiales deciden unirse a la asonada militar. A Rómulo Betancourt se le invita a participar en el crimen; don Rómulo Gallegos tiene que conocerlo. La noche anterior, es decir, el 17 de octubre de 1945, Acción Democrática organiza un mitin para pulsar (y preparar) a la gente de su partido. Entonces, los dirigentes políticos como Betancourt y Rafael Caldera estaban emulando las actividades de los comunistas y fascistas europeos los cuales contaban con jóvenes entrenados militarmente. Aquella gente estaba siendo engañada también cuando fue arrastrada por Betancourt para que respaldara un atentado tan inmoral contra Medina, quien había sido elegido por el Congreso de la República. 
  16. En ese mitin del Nuevo Circo, la noche del 17 de octubre, Betancourt con su voz desagradable y chillona gritó eufórico: “Acción Democrática no participará en ningún gobierno como pariente pobre, porque aspira a la totalidad del poder”. Antonio Pizani Pardi dice en su libro “De Cipriano Castro a Rómulo Betancourt”, que Pérez Jiménez para llevar a cabo el Golpe propuso invitar a un partido como parte civil en la transformación que buscaban. Pérez Jiménez era un hombre cuya cultura no sobrepasaba la lectura de los artículos políticos que traían entonces el periódico de A.D. “El País”; él mismo contaría a Agustín Blanco Muñoz que sus lecturas preferidas eran las “Selecciones de Reader Digest”. Téngase además en cuenta que es Pérez Jiménez quien en reunión secreta de miembros de la UPM con AD propone que sea Betancourt quien presida el gobierno provisional.
  17. El día 15 de octubre aparece un vocero del lopecismo, don Ramón David León, quien advierte mediante un artículo en “La Esfera” lo siguiente: “No estamos por un pacífico Golpe de Estado por el que aboga actualmente Acción Democrática…” De modo que Betancourt fue embarcado como piloto principal de una nave averiada y la pasará a dirigir con el nombre de Presidente de la Junta Revolucionaria de Gobierno. Luego, por el tristemente famoso Jurado de Responsabilidad Civil Administrativa, recibirá el mote de Robespierre de Guatire. Quisieron dársela los adecos de ser los verdugos de los “corruptos”, y terminaron ellos siendo los padres, abuelos, padrinos y bisabuelos de todas las malditas deudas (internas y externas) que hoy nos agobian.
  18. Es curioso que cuando Betancourt regresa de Chile en 1941 le diera por declarar que el pueblo venezolano tenía una extraordinaria vocación democrática; el pueblo, no él. Y así ha sido siempre: nuestro pueblo tiene voluntad democrática pero sus dirigentes, no: son todos golpistas. Apenas iniciaba su gobierno Medina, cuando Betancourt (recién llegado al país) comienza a realizar una frenética actividad conspiradora.  Dice en su libro Luis Cordero, aquí citado, que Betancourt organizó con los oficiales de la Marina de Guerra las primeras células conspirativas en 1943, y entre los adictos a ella estuvo el teniente de fragata Armando López Conde, y posteriormente, un hermano de éste, Horacio López Conde de la Aviación, es quien propone fervorosamente en la UPM, que sea Betancourt quien aparezca aliado a los militares en la conjura del 45. Y es así como aparecen los primeros escarceos golpistas en casa del médico Edmundo Fernández. Dice el doctor Pedro José Lara Peña que solamente en el año de 1945, Betancourt había intentado por lo menos cuatro Golpes de oficiales y sub-oficiales (Véase el libro “Juan de Dios Celis Paredes, Hombre y Saga” de Carlos Maldonado Bourgoin, Edición patrocinada por la Fundación Juan de Dios Celis Paredes, 1993, pag. 92.)
  19. En la asonada militar del 18 de octubre, los adecos entraron por la puerta miserable del arrime: sirvieron de parapeto civil para un horrendo crimen que aún estamos pagando, que lo pagó don Rómulo Gallegos quien quedó casi inhabilitado para producir algo que valiera la pena intelectualmente; las tensiones políticas se recrudecieron con el asesinato en la persona del Teniente coronel Carlos Delgado Chalbaud, aunado a otros hechos que tuvieron mucho que ver con numerosas sublevaciones, como la fallida en enero de 1946: el amotinamiento ese año, de los Araujo en el Estado Trujillo; una amenaza de bombardeo sobre la ciudad de Caracas por parte de los dictadores Trujillo y Somoza, en febrero de 1948; la estúpida alianza anticomunista, la creación de las bandas armadas de A.D.; y finalmente la dictadura de Pérez Jiménez que disfrutaron con largueza y fruición los copeyanos (para finalmente venir a dar con esta vergonzosa democracia fundada precisamente por el Golpista Mayor).
  20. En principio se creyó que el Golpe lo había urdido don Eleazar López Contreras. A Medina lo cogen un poco desorientado esa madrugada del 18 de octubre. Medina no era ningún cobarde, sino que por un extraordinario sentido patriota, prefiere inmolarse ante que desatar una guerra civil. Esa mañana cuando se dirige al Cuartel Bermúdez él mismo ordena prisión para un grupo de oficiales que se muestran ambiguos cuando les interroga sobre su lealtad al gobierno. Luis Miquelena líder de los autobuseros le ofrece asaltar Miraflores con civiles armados. Medina no quiere derramamiento de sangre. Una llamada de Maracay lo deja desconcertado, frío: allí todas las dependencias militares están alzadas, y han matado al gobernador, doctor Aníbal Paradisi. Todo, pues, un grupo de jóvenes y brillantes militares engañados por la ambición de Betancourt y Pérez Jiménez
  21. Podía resistir Medina, pues las fuerzas leales al gobierno habían sometido a los sublevados del Cuartel San Carlos, y además la Policía mostraba una decidida lealtad al régimen constitucional. El pobre Medina se entrega para no tener que sacrificar a lo más granado de la joven oficialidad venezolana. Aniquilar a toda aquella juventud habría sido monstruoso, sobre todo cuando estaban pendiente álgidos problemas con Colombia, y estaba todavía reciente la tragedia de 30 años de dictadura. Medina quizás consideró que a lo mejor con su fin se iniciaba otra etapa para el país, más positiva, y era necesario que los restos últimos del gomecismo desaparecieran, incluyéndolo a él. Así que aceptó entregarse. Fue un acto de desprendimiento inmenso como el del Libertador en 1830 cuando huyó a Cartagena para tomar un barco y largarse a Europa.
  22. Expulsado Medina, nos sucedió una etapa de un extraordinario sectarismo, con demagogos en cada esquina queriendo salvar al país: se impuso el manguareo del sindicalismo, la destrucción o el abandono de los servicios públicos, una enorme proliferación de corruptos en la administración pública junto con el despilfarro y la consabida impunidad que abarcaría horrendamente todo el siglo XX.
  23. Uno de los golpistas, el capitán Mario R. Vargas le confesará a un grupo de dirigentes comunistas que no encontraron dificultades algunas para hacerse con el gobierno porque ya estaba pactado previamente que una de las primeras cosas que haría Estados Unidos sería reconocer diplomáticamente el gobierno de Marcos Pérez Jiménez, Carlos Delgado Chalbaud y Rómulo Betancourt ante el mundo; el capitán Mario R. Vargas les dijo textualmente: “Antes de dar el Golpe nosotros habíamos consultado con la Embajada de los EE UU, y no procedimos hasta haber recibido su total aprobación.[8]”. Además, el embajador de Estados Unidos en Venezuela, Frank P. Corrigan “reconoce el éxito del gobierno recién formado para impedir el desborde de gente incontrolada.” El 30 de octubre el Secretario de Estado estadounidense le había solicitado a Corrigan que le agradeciera a Betancourt por las garantías dadas a las compañías petroleras. El mismo Corrigan se apresura a responder el día 31 de octubre l Departamento de Estado: “Mis relaciones con Betancourt, así como las del personal, van de amistosas a íntimas.[9]
  24. Es notoria, pues, la simpatía de EE UU hacia el nuevo gobierno instaurado a partir del 18 de octubre, sobre todo cuando Betancourt se apresura a decir que su gobierno será completamente diferente al de Medina; añade que el gobierno de Medina “mantuvo estrecha relación con los grupos comunistas, combatidos por nosotros.” Sigue dando explicaciones al Departamento de Estado, y todas sus respuestas son aprobadas; se ha portado como un colegial quien habiendo sido reprendido por travesuras pasadas ha aprendido muy bien la lección. Es tajante en su sumisión a los intereses norteamericanos: “Si hicimos la revolución fue para darle un vuelco a la política y la administración del país. Hemos expuesto estos anhelos y necesidades al gobierno amigo de los EE UU.”, concluyó en un documento Betancourt.
  25. Una de las medidas que se apresura a tomar Betancourt es derogar de la Ley de Reforma Agraria del gobierno de Medina que tanto escozor había causado a los consorcios norteamericanos, y esto con el fin de satisfacer los gustos y pareceres del inversionista Nelson Rockefeller, quien comienza a adquirir inmensas extensiones de tierras en el país, se convierte en uno gran latifundista. Betancourt dice que eso beneficia la economía del país. Para que se vea el “palo de hombre” de quien nos estaba gobernando, haciendo una revolución a la medida de los gustos gringos, el nuevo presidente de la Creole (MR. Arthur T. Proudfit), satisfecho con la lección que le han dado a quien con dignidad expulsó del país a míster Linam, declara que ha discutido lineamientos políticos con Betancourt. Ufanos declaran este señor y la Standard Oil, el no haber hallado en todo su vasto imperio un hombre mejor calificado que Betancourt para entenderse en materia petrolera. Luego serán los peritos de la Creole (en 1948) quienes redacten las leyes relativas a impuestos y regalías.
  26. Ya para 1946, Corrigan reporta que Betancourt acostumbra pedirle consejos a Alan Dawson, consejero político de la embajada, cada semana o cada diez días para discutir asuntos de interés mutuo[10]. Existe un hecho que revela la cobardía y traición de Betancourt a los sagrados intereses de la Nación venezolana. Cuando comienza a tomar medidas que provocan cierta incomodidad en el ambiente político nacional como la instalación del Jurado de Responsabilidad Civil y Administrativa para supuestamente enjuiciar corruptos, Betancourt previamente se pone de acuerdo con míster Dawson. Le dice que ese Jurado de Responsabilidad Civil y Administrativa es una simple pantomima política para entretener a público de galería, y que trasmita a su gobierno que no se preocupe en absoluto por sus decisiones. Míster Dawson tranquiliza al Departamento de Estado en un informe donde le dice: “La política de Betancourt no refleja ninguna tendencia antiamericana, sino más bien resultados de los demagógicos esfuerzos de la Junta para obtener apoyo popular mediante medidas radicales…[11]” Y añade este miserable consejero de la embajada de EE UU al Departamento de Estado el 14 de febrero de 1946, todo lo que resume el estado criminal de esta burda y fatua democracia que ha llegado al poder en Venezuela: “La Junta considera que las medidas demagógicas le serán de utilidad en las próximas elecciones en las que votarán analfabetos.[12]” Y hasta a finales del siglo XX, hasta 1998, con las felonías y triquiñuelas puestas en práctica por Betancourt estuvo funcionamiento esta monstruosa democracia del Puntofijismo, siempre de rodillas ante EE UU.
  27. Los frutos de aquella felonía: Existen horribles crímenes que condujeron en términos del sensualista don Jeremías Bentham, a “exitosos” resultados en esta parte norte de América del Sur. Uno de ellos, el asesinato en la persona del Gran Mariscal de Ayacucho y el otro, el derrocamiento de Isaías Medina Angarita. Recordemos, que encontrándose muy enfermo el Libertador, excluido del escenario político colombiano, Sucre constituía la gran tranca para que los santanderistas pudieran hacerse con el poder. Había pues que eliminar a Sucre, un crimen, el de Berruecos, que llevaron a cabo los generales José María Obando y José Hilario López; como consecuencia de este asesinato llega al poder Francisco de Paula Santander: regresa de su exilio dorado como un héroe; pero ya antes Obando había estado en la presidencia encargado provisionalmente y lo estará dos veces más. José Hilario López recogerá también grandes laureles de este asesinato disfrutando de la presidencia en un período donde pone a funcionar a los zurriagueros y bajo el cual se vive bajo un tenebroso terror. Entre los que formaron parte de esta conjura se encuentran también Francisco Soto, Vicente Azuero y Florentino González, todos ellos en su momento prospectos de primer orden para ocupar la presidencia. Los períodos se hicieron muy cortos para satisfacer a todos. Juan José Flores, quien también estuvo envuelto en el tinglado del crimen contra Sucre, fue el mandamás de Ecuador durante 15 años. Indirectamente, también Páez resultó beneficiado por este crimen, pues poco después de que se ejecuta, Obando eufórico le escribirá a Santander: “En Venezuela contamos con uno idéntico a nosotros: el general Páez.” Porque, sépase que en todos los documentos oficiales y no oficiales existentes en Venezuela que se recogen posteriormente al asesinato de Sucre, nunca se condena este crimen. Páez sobre él guardará un especioso, insólito y vulgar silencio: le convenía.
  28. Sin duda que Pérez Jiménez cuando invitó a los adecos para unirse al Golpe contra Medina, imaginó que los utilizaba, como también Rómulo y su gente pensaron que a la postre serían ellos quienes sacarían la mejor parte. Para darle algún cariz ideológico y político a esta vil acción, la llamaron “Revolución de octubre” e inmediatamente se buscaron a un hombre valioso que tapara aquella bastarda y burda trapacería: lo encontraron en el pobre Rómulo Gallegos. Luego, echaron mano de dos agencias internacionales: la Casa Relin (Bernard) y la firma Nathanson, que se dieron a la tarea de difundir por el mundo lo fantásticofabuloso formidable que había resultado la Revolución de Octubre para el pueblo venezolano. Al igual que con el Crimen de Berruecos, el golpe del 18 de Octubre se extendió en el tiempo cubriendo casi toda la democracia Puntofijista, en la que se beneficiaron aquellos criminales con la presidencia de la república: Betancourt de primero, luego siguen Raúl Leoni, Gonzalo Barrios y Carlos Andrés Pérez, CAP. Este CAP, el 18 de Octubre, tomó camiones de la UCV para trasladar armas a la Escuela Militar tomada por Mario Vargas y Delgado Chalbaud. Ocupó junto con Domingo Alberto Rangel la estación de radio Revolución y allí difundió el primer manifiesto[13]. Rafael Caldera quien fue hijo nefasto de aquella acción también tuvo su parte, por convertirse en el ala verde o cristiana de AD. Igualmente Luis Herrera Campins, quien al producirse el Golpe sale en nombre de la UNE a dar gritos histéricos de que había que solidarizarse con la Junta Revolucionaria[14]. Después, Luis Herrera Campins habría de hacer su peregrinación a la CIA reclamando su parte, por haber apoyado el Golpe. Ya a Caldera lo habían nombrado Procurador del gobierno golpista.
  29. Esos fueron en realidad los frutos de aquella cruenta mentira, cuyos resultados los tuvimos a la vista durante casi medio siglo, cuando se nos ubicó como el tercer país más corrupto del mundo, y por haber sido el primero adecos y copeyanos se sentían afortunados. Por su lado: Colombia ufana ocupaba el sitial del más violento del mundo. Algo que nunca debe olvidarse. Más que historia viva, candente…

[1] Citado en “Betancourt y la Conjura militar del 45”, Luis Cordero Velázquez, Edit. Lumego, Caracas, 1975, pag. 33.

[2] Conversaciones con el doctor Carlos Chalbaud Zerpa

[3] “Tres décadas caraqueñas”, Manuel Alfredo Rodríguez, Monte Avila, Caracas, 1967, pag. 938, citado por Alfonzo Ramírez en “Biografía de Andrés Eloy Blanco”, Gobernación del Estado Mérida, IDAC y José Agustín Catalá, Centauro, 1997. Pag. 347.

[4]“Habla el General”, Agustín Blanco Muñoz, UCV, Editorial José Martí, Caracas, 1983. Pag. 368.

[5] “Betancourt y la Conjura militar del 45”, Luis Cordero Velázquez, Edit. Lumego, Caracas, 1975, pag.28.

[6] Ut supra, pag. 27.

[7] Expresado por el doctor Carlos Chalbaud al autor de este trabajo.

[8] “Veinte años de política”, Juan Bautista Fuenmayor, Editorial Mediterráneo, España, 1968, pag. 304.

[9] Citado en “Betancourt y la Conjura militar del 45”, Luis Cordero Velázquez, Edit. Lumego, Caracas, 1975, pag. 304.

[10] Ut supra, pag. 304.

[11] Ut supra, pag. 304.

[12] Ut supra, pag. 304.

[13] “La verdad inédita”, Ana Mercedes Pérez, Ernesto Ermitano Editor, Caracas, 1957, pag. 20.

[14] La Junta Revolucionaria de Gobierno. El Pensamiento político venezolano del siglo XX, tomo 5º, pag. XVIII.

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