Publicado por: Jose Sant Roz
José Sant Roz
- Cada mañana, los escuálidos se desayunan, casi de madrugada, con lo que dice Jaime Baily: “Hay un acuerdo secreto en el que Trump le ha planteado a Maduro que vaya dejando el poder, calladito, y lo mejor que puede hacer es que coja para Cuba en diciembre, sin muchos aspavientos…”. De allí, atragantados de ilusiones y sin haber todavía trasegado el café de la mañana, se ahítan de otros tantos “finales” sin final alguno aún, pasando luego en fila india interminable, a ver los mensajes de Eric Prince e Iván Simonovis, los de Carla Angola y Patricia Poleo, los del Rincón, los del Avendaño, los de Miguel Ángel Rodríguez y Nito Pérez Osuna… En el fondo, ahora tienen una GRAN ESPERANZA porque seguramente no tendremos gas en diciembre. ¡Qué victoria! “¡No habrá hallacas este año, ni misas de aguinaldo ni mucho menos de Gallo (pataruco), cosa tan buena, qué alegría, Señor, Tú sí eres grande!”. Así los van trasmitiendo por todos los grupos de WhatsApp, principalmente en los grupos de Condominio, que son cientos de miles en todo el país.
- Otros aclaran en los distintos grupos opositores: “Y tengan en cuenta queridos vecinos, que si falta gas, tampoco habrá gasoil, y lo más seguro es que falte también la gasolina. Según me cuentan no se van a conseguir muchos productos básicos. Esto nos tiene felices. Creo que éste, será uno de los diciembres más dichosos desde aquel que vivimos en 2002, ¡Dios es grande y misericordioso y sé que nos apiadará de nosotros, que no nos desamparará!”.
- Y estos mensajes, tienen un efecto severamente pernicioso no sólo en esos que llaman ni-ni, sino también en muchos chavistas que no sólo se asustan, sino que también se hacen eco de ellos comentándolos a los demás con horror, con pena y harta preocupación. Porque está estudiado y demostrado, por los detritus cerebrales de los geniales gringos y europeos, que para destruir a un país fuera del orden y de las reglas internacionales, se debe hablar negativamente de él las 24 horas del día, todos los días, hasta que se hunda, hasta que se llegue a una inmensa tragedia, hasta que se produzca una guerra civil o hasta que se elimine a sus más destacados líderes, principalmente a su presidente. Como se hizo con Allende, como se hizo con Gadafi. Esa es la norma, esa es la ley, y el principio de sobrevivencia de los más poderosos.