LO QUE ODIAS DE MI
Porque no se puede encerrar el mar en un vaso,
ni guardar un rayo de sol para mañana.
Porque no se puede detener el viento con un golpe de voz,
ni detener la lluvia con una orden.
Porque, en la oscuridad de la noche,
durante un mágico momento, cualquiera se deja llevar.
Por eso, ni en sueños,
jamás he sido,
ni seré tu dueño.