Cervantes

Hoy es el día más hermoso de nuestra vida, querido Sancho; los obstáculos más grandes, nuestras propias indecisiones; nuestro enemigo más fuerte, el miedo al poderoso y a nosotros mismos; la cosa más fácil, equivocarnos; la más destructiva, la mentira y el egoísmo; la peor derrota, el desaliento; los defectos más peligrosos, la soberbia y el rencor; las sensaciones más gratas, la buena conciencia, el esfuerzo para ser mejores sin ser perfectos, y sobretodo, la disposición para hacer el bien y combatir la injusticia dondequiera que esté.

MIGUEL DE CERVANTES
Don Quijote de la Mancha.
La Colmena no se hace responsable ni se solidariza con las opiniones o conceptos emitidos por los autores de los artículos.

2 de agosto de 2025

¿Quién trajo toda esta basura, todas estas creencias, todos esos abominables esperpentos?

José Sant Roz

Estoy leyendo el interesante libro de Pedro Calzadilla: “La república parricida, Fiesta Memoria y Nación, Venezuela, 1830-1842”[1] En un futuro trabajo haré una nota sobre esta obra de Calzadilla, tan necesaria para el conocimiento de nuestra historia, principalmente sobre esa pertinaz colonización mental que no cesa, la de los europeos, quienes dejaron aquí sembrados con los valores de la iglesia católica, sus festividades y sus horribles órdenes protocolares. Lo que acabamos adorando. Rezando. Unos creyendo que irán al infierno, sin conocerlo. Para ir al infierno hay que conocerlo primero. El infierno en este mundo es no tener un destino. Sencillamente.

Pero además de las creencias que nos trajeron, nos implantaron aquellas burdas y miserables fiestas, las de las corridas de toros, honrar la Semana Santa con sus penitentes y sus tétricas procesiones, que a la vez se enlazan y acoplan muy bien con los horribles prejuicios hacia los pobres, indios, negros y enfermos, con las denigrantes costumbres del racismo (porque el catolicismo trae en sí una buena dosis de racismo), y todas las miserias del capitalismo.

Cuando los reyes de España ordenaron aquella expedición para revisar y analizar el Paraíso Terrenal encontrado por el almirante Cristóbal Colón, en La Española[2], lo que encuentra es espantoso para nosotros, pero no para ellos[3]: Pareciera no caber en aquel trozo de territorio, hasta hace poco una delicia de paz, siquiera el suspiro de otro desengaño: el despecho, la envidia, el placer por el insulto, han envenenado el aire de todos los espacios hasta la Patagonia. Así como había en Europa un presentimiento de nuevos mundos para ser explotados y buscar oro y mandar esclavos desde África, existe aquí en las llamadas Indias Occidentales, un presagio de pestes y maldades públicas irreparables por los siglos de los siglos. Cómo debió ser la impresión de aquella comisión real que fue a conocer el Paraíso pero que al llegar a las costas de La Española lo primero que ve a la distancia no es la dulce serenidad de un millón de almas arropadas bajo los benéficos preceptos de la religión cristiana, sino las sombras balanceantes, en horcas, de unos cuerpos espantosamente ultrajados. Las calles ennegrecidas por las alas enormes de unas aves que nunca había visto: los zopilotes (zamuros).

Por doquier, pues, estaba el espectáculo de la suciedad, de la fetidez, del desorden y de un basural y unos desperdicios que los habitantes de aquella isla jamás habían conocido (de utilería que no necesitaban). Es entonces cuando van a aparecer en las Indias Occidentales, los indigentes, tullidos y menesterosos, seres andrajosos “inútiles y sin destino”, inútiles para funciones totalmente ajenas a su cultura; seres hambrientos de alimentos y de necesidades desconocidas; se estremecerá la región por el robo de bagatelas, por vulgares peleas callejeras, borracheras, y prostitutas tras la soldadesca; reinará la inseguridad en las pocas casas levantadas; hombres arrumados en el puerto, con cadenas, carne humana para el negocio de la esclavitud; caciques amarrados y herrados como reses, con sus llagas civilizadas; niños sin padres, padres sin niños, mujeres sin hogar, hogares calcinados, vientos de locura en los rostros fatigados de los colonizadores porque aún les queda mucho por deshacer. A más de cinco siglos los malditos europeos siguen destrozando nuestro continente. Claramente, lo que luego se cansaría de decir Bolívar: La influencia de la llamada civilización indigesta a nuestro pueblo, de modo que lo que debe nutrirnos nos arruina.


[1] Ediciones LA LETRA QUE FALTA, Caracas, 2024.

[2] La Española, hoy dividida entre la República Dominicana y Haití, fue el primer territorio conquistado y colonizado por España en América. Cristóbal Colón llegó a la isla el 5 de diciembre de 1492.

[3] Sucede en todos los lugares a lo que llegan los europeos para civilizar el mundo, para hacerlo más democrático, más humano, e imponer los sagrados valores del desarrollo y el progreso.


 

Alerta Venezuela

No dejen de ver este conmovedor video

LatinoAmérica Calle 13

The American Dream

Facebook, Israel y la CIA











La Revolucion de la Clase Media


Descontento en el corazon del capitalismo: el Reino Unido

Descontento en el corazon del capitalismo: el Reino Unido

La Ola se extiende por todo el mundo arabe : Bahrein

La Caida de un Mercenario

La Revolucion no sera transmitida (I)

(II) La revolucion so sera transmitida

(III) La Revolucion no sera transmitida

(IV) La Revolucion no sera transmitida

(V) La Revolucion no sera transmitida

(VI) La Revolucion no sera transmitida

(VII) La revolucion no sera transmitida

(VIII) La Revolucion no sera transmitida

Narcotrafico SA

La otra cara del capitalismo...

Manuel Rosales mantenia a la oposicion con el presupuesto de la Gobernacion del Zulia...

El petroleo como arma segun Soros

Lastima que se agacho...

El terrorismo del imperio

Promocional DMG

Uribe y DMG