NEIRLAY
ANDRADE / REBELION – El secretario nacional del Partido de la Izquierda
de Francia, François Delapierre, calificó como “una fuente de
inspiración” las experiencias democráticas de América Latina, de la
izquierda y especialmente de Venezuela, de cara a la crisis del modelo
económico neoliberal que actualmente sacude a Europa.
“Nosotros estudiamos las políticas del Gobierno Bolivariano para fabricar nuestro programa” de acción, declaró Delapierre, jefe del comando de campaña de Jean-Luc Mélenchon durante las últimas presidenciales celebradas en Francia, de visita en Caracas para participar en el seminario Neoliberalismo del Viejo Mundo versus Socialismo del Nuevo Mundo.
En entrevista con la Agencia Venezolana de Noticias (AVN), el dirigente parisino catalogó a Venezuela como “una fuente de inspiración para la izquierda mundial” y subrayó el papel histórico que tiene la nación suramericana en el nuevo siglo.
“Nosotros en Francia, y en Europa, necesitamos la victoria de la izquierda, de Hugo Chávez, porque Venezuela, como otros países de América Latina, abren nuevos caminos frente a al crisis”, dijo a propósito de las elecciones presidenciales del próximo 7 de octubre.
Delapierre precisó que la políticas económicas y sociales de Caracas no son “únicamente una fuente de inspiración programática” sino que además van acompañadas de “una demostración concreta”: sí es posible cumplir con las demandas del pueblo a pesar de tener tan cerca al imperio estadounidense.
“Europa está destruida por las crisis y las políticas neoliberales. Necesitamos puntos de apoyo de otros países con respuestas eficaces y compatibles con los intereses del pueblo, y Venezuela es el punto de mayor avanzada, es el motor para la izquierda mundial”, dijo.
Advirtió sobre las amenazas que se ciernen sobre la experiencia bolivariana, no sólo por la tentativa de la derecha local de regresar al poder sino por el interés del capital financiero internacional por convertir al país en presa para sus operaciones mercantiles.
Delapierre describió como un círculo vicioso la política de la banca europea y advirtió que se trata de la apuesta financiera por la que opta el abanderado de la derecha venezolana, Henrique Capriles: “La banca europea no puede prestar dinero a los Estados pero puede prestar a los bancos privados y luego éstos prestan a los Estados con intereses muy altos”.
Denunció una “campaña de prensa organizada por Estados Unidos contra el Gobierno de Chávez”, pero aseguró que esta acción mediática no ha calado entre la población de izquierda ni entre los jóvenes de las barriadas francesas.
La soberanía de los recursos energéticos, la consolidación del sistema democrático, la apuesta por un mundo multipolar y el desarrollo de un modelo cooperativista fueron los puntos del programa nacional de Gobierno destacados por el izquierdista.
Admitió que en Europa no se ha construido aún “una respuesta de izquierda” a la crisis y recordó que en el caso francés la bonanza petrolera está en manos de una empresa privada que no paga ningún tipo de impuestos por los beneficios que recibe.
Al referirse a las misiones de salud y al trabajo conjunto entre Caracas y La Habana, el sociólogo manifestó su emoción ante la idea de que una persona pueda ser salvada por una de otro país: “Eso es una visión cultural de la cooperación entre seres humanos que enfrenta el discurso de competencia todos contra todos”
“Nosotros estudiamos las políticas del Gobierno Bolivariano para fabricar nuestro programa” de acción, declaró Delapierre, jefe del comando de campaña de Jean-Luc Mélenchon durante las últimas presidenciales celebradas en Francia, de visita en Caracas para participar en el seminario Neoliberalismo del Viejo Mundo versus Socialismo del Nuevo Mundo.
En entrevista con la Agencia Venezolana de Noticias (AVN), el dirigente parisino catalogó a Venezuela como “una fuente de inspiración para la izquierda mundial” y subrayó el papel histórico que tiene la nación suramericana en el nuevo siglo.
“Nosotros en Francia, y en Europa, necesitamos la victoria de la izquierda, de Hugo Chávez, porque Venezuela, como otros países de América Latina, abren nuevos caminos frente a al crisis”, dijo a propósito de las elecciones presidenciales del próximo 7 de octubre.
Delapierre precisó que la políticas económicas y sociales de Caracas no son “únicamente una fuente de inspiración programática” sino que además van acompañadas de “una demostración concreta”: sí es posible cumplir con las demandas del pueblo a pesar de tener tan cerca al imperio estadounidense.
“Europa está destruida por las crisis y las políticas neoliberales. Necesitamos puntos de apoyo de otros países con respuestas eficaces y compatibles con los intereses del pueblo, y Venezuela es el punto de mayor avanzada, es el motor para la izquierda mundial”, dijo.
Advirtió sobre las amenazas que se ciernen sobre la experiencia bolivariana, no sólo por la tentativa de la derecha local de regresar al poder sino por el interés del capital financiero internacional por convertir al país en presa para sus operaciones mercantiles.
Delapierre describió como un círculo vicioso la política de la banca europea y advirtió que se trata de la apuesta financiera por la que opta el abanderado de la derecha venezolana, Henrique Capriles: “La banca europea no puede prestar dinero a los Estados pero puede prestar a los bancos privados y luego éstos prestan a los Estados con intereses muy altos”.
Denunció una “campaña de prensa organizada por Estados Unidos contra el Gobierno de Chávez”, pero aseguró que esta acción mediática no ha calado entre la población de izquierda ni entre los jóvenes de las barriadas francesas.
La soberanía de los recursos energéticos, la consolidación del sistema democrático, la apuesta por un mundo multipolar y el desarrollo de un modelo cooperativista fueron los puntos del programa nacional de Gobierno destacados por el izquierdista.
Admitió que en Europa no se ha construido aún “una respuesta de izquierda” a la crisis y recordó que en el caso francés la bonanza petrolera está en manos de una empresa privada que no paga ningún tipo de impuestos por los beneficios que recibe.
Al referirse a las misiones de salud y al trabajo conjunto entre Caracas y La Habana, el sociólogo manifestó su emoción ante la idea de que una persona pueda ser salvada por una de otro país: “Eso es una visión cultural de la cooperación entre seres humanos que enfrenta el discurso de competencia todos contra todos”