De por medio está la llamada Troika, conformada por la Comisión Europea
(CE), el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Central Europeo
(BCE), que usa la deuda de los países para extorsionar y someter a los
pueblos. Tras usar este mecanismo con Grecia, Portugal, Irlanda y
España, este sábado lo ha hecho con Chipre, pero está vez se traspasa
una línea que hasta hoy no se había traspasado: se tocan directamente
los ahorros de los trabajadores y trabajadoras, un hecho que desde el
estallido de esta crisis capitalista no se había visto.
Dicen los dirigentes de la Troika que el caso de Chipre es un caso muy
específico. También decían que Irlanda no era Grecia, que Portugal no
era Irlanda y que España no era ninguna de las anteriores y al final las
cuatro han acabado bajo su yugo, con drásticas medidas que afectan de
lleno al pueblo.
Después de confiscar parte de los ahorros de los y las chipriotas y
establecer un corralito en el país, muchos ciudadanos de otros países
piensan ahora que es lo que puede pasar con sus depósitos.
La credibilidad de los políticos de la UE está bajo cero. Rompieron la
promesa de que el dinero de los depositantes no se tocaría jamás, que
estaba plenamente a salvo.
La fórmula que ha aplicado la Troika es que el Estado de Chipre asuma
parte del préstamo como garante, unos 10.000 millones de euros, y el
resto, directamente a cargo de la clase trabajadora, subidas de
impuestos y confiscación directa de los ahorros.
Así, los ciudadanos ven como se acaba de imponer un impuesto
extraordinario del 9,9% sobre los depósitos de más de 100.000 euros y
uno de 6,75% para los de menos de 100.000 euros.
Obviamente esta medida ha generado pánico entre los ahorradores. Este
sábado se generaron colas para retirar dinero de los bancos.
LibreRed